La Jornada 24 de octubre de 1997

Funcionarios de la UNAM no los identificaron como los agresores de un vehículo oficial

Claudia Herrera Beltrán Ť Al dar su testimonio sobre los hechos que antecedieron a la toma de la rectoría de la UNAM en 1995, dos altos funcionarios universitarios y el ex secretario general de la institución, Jaime Martuscelli, no pudieron identificar a Fernando Belaunzarán, Adolfo Llubere y Víctor Valero como causantes de los daños cometidos contra una camioneta propiedad de la máxima casa de estudios.

El secretario de Servicios Académicos de la UNAM, Salvador Malo Alvarez; el director de Administración Escolar, Leopoldo Silva, y Martuscelli acudieron ayer al juzgado cuarto de distrito en Materia Penal del Reclusorio Oriente como testigos en el proceso penal contra los activistas del Consejo Estudiantil Universitario (CEU).

Los tres funcionarios universitarios, que se encontraban en un juzgado por primera vez, coincidieron en que no podían adjudicar a los ceuístas los daños a una camioneta Suburban el 22 de septiembre de 1995, horas antes de la toma de la Rectoría. En presencia de Llubere y Belaunzarán, así como de Sergio Soto, abogado de éstos, Malo y Silva explicaron que vieron en el lugar a Belaunzarán; sin embargo, no lo reconocieron como responsable de los daños.

En la declaración de Martuscelli, subdirector del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), quedó claro que quienes se encontraban en el vehículo eran Salvador Malo, Leopoldo Silva, Jorge González Teyssier, coordinador del Colegios de Ciencias y Humanidades, y los entonces, secretarios de Asuntos Estudiantiles, Rafael Cordera, y de Servicios Académicos, Roberto Castañón Romo.

Hace dos años, la agresión al vehículo fue uno de los hechos de violencia más graves ocurridos en el movimiento de rechazados del bachillerato universitario, y que llevó a los estudiantes que participaban en la protesta a posesionarse del edificio de la Rectoría por unas horas.

En esa ocasión los jóvenes afirmaron que un periodista y una madre de familia habían resultado lesionados cuando la camioneta salió rápidamente del estacionamiento y por ello, justificaron, reaccionaron con enojo y golpearon el vehículo.

Salvador Malo, último en dar su testimonio en la sesión de ayer, que duró más de 12 horas, dijo que no ubicaba a Llubere y a Valero. Incluso comentó que en el caso de Llubere, sabía de él a través de los medios de comunicación, pero fue hasta ayer cuando lo conoció en persona.

Silva, quien antecedió en turno a Salvador Malo y necesitó más de cuatro horas para dar su versión de los hechos, dijo que no le constaba que Valero se haya subido en el cofre del vehículo y que haya golpeado el parabrisas, como denunció la UNAM. De igual forma, negó haber visto que Llubere se encontrara dentro del vehículo.

A su salida del juzgado, a las 16:30 horas, Martuscelli dijo que él no viabaja en la camioneta dañada y que lo citaron porque aparentemente alguien lo mencionó como uno de los pasajeros del vehículo.

--¿Cuál es su versión de los hechos?

--No presencié nada. Existe un video que fue tomado por personal de la Universidad, pero a mí no me toco estar ahí. No iba en la camioneta y me trasladé a otras oficinas alternas en otro vehículo que estaba a unos 200 o 300 metros.

El primero en llegar fue Martuscelli, quien al mediodía ya se encontraba en el juzgado del Reclusorio Oriente. Una hora después, Leopoldo Silva acudió puntual, y a las 14:30 horas Salvador Malo también estaba en el pasillo en espera de rendir su declaración.

Los otros dos ex funcionarios citados a petición de la defensa de los ceuístas, Roberto Castañón, director de Educación Media Superior de la SEP, y Rafael Cordera, asesor del Instituto Federal Electoral, informaron que por causas ajenas a su voluntad no podían cumplir con la notificación que les fue entregada esta semana, pero en los próximos días deberán cumplir con el ordenamiento judicial.

Interrogado sobre el camino que debe seguir este proceso judicial y la función que desempeñan las autoridades de la UNAM cuando presentan denuncias ante la Procuraduría General de la República, Martuscelli respondió que no sabe a qué tipo de arreglo se puede llegar. ``No estoy comprometido''.

Luego de aclarar que era la primera vez que asistía a un juzgado, dijo sentirse bien pese a estar involucrado en la denuncia. ``No es agradable estar aquí cinco horas, pero me trataron muy bien'', añadió.