Luis Javier Garrido
La manzana

El país, a pesar de todo, sigue siendo el botín de un grupo, y las relaciones entre el Ejecutivo y los legisladores no hacen sino mostrarlo.

1. El diferendo que opone a Los Pinos con el llamado ``bloque opositor'' en torno a la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de 1998, ha puesto de relieve, una vez más, que no hay en México todavía un freno institucional al Ejecutivo y a los intereses económicos que representa.

2. El escenario no es difícil de predecir: los diputados no priístas, que constituyen la mayoría en la Cámara de Diputados, podrían asumir la responsabilidad que les confiere al artículo 74 constitucional redactando nuevas iniciativas, o bien haciéndole a las del Ejecutivo leves cambios en la lógica de la ``normalidad democrática'', y sin duda optarán por esta última alternativa.

3. La estrategia del llamado ``bloque opositor'', defendida por Porfirio Muñoz Ledo (PRD) y Santiago Creel (PAN), los artífices del llamado Pacto de Esopo (27 de agosto de 1997), tuvo sus límites desde un principio y el principal de ellos lo constituyó el entendimiento de fondo que existe tanto de los dirigentes de Acción Nacional como de los del PT con el salinismo. El frágil acuerdo pudo llevar a los diputados no priístas a gobernar la Cámara y a repartirse los cargos en las Comisiones, pero no puede conducir a que se tomen decisiones que respondan a las necesidades del pueblo y no de unos cuantos grupos, y no hay secreto alguno en ello pues Felipe Calderón (jefe nacional del PAN) no se ha cansado de repetir que los panistas se reservan el derecho de votar con el PRI (como lo hicieran a lo largo del sexenio pasado).

4. Los dirigentes del PAN han tenido ante el escenario de la descomposición del régimen una clara ventaja sobre los del PRD. Al haber hecho un mejor análisis de lo que acontece, entendieron que no se está viviendo un proceso de transición (aunque así lo declaren a los medios), sino que Córdoba y Salinas continúan detentando el poder del Estado por lo que la mejor vía para ganar espacios políticos es aceptar las ``reglas del juego'' que se le imponen. Y por lo mismo han mantenido, contra viento y marea, su ``alianza estratégica'' con el salinismo (a pesar del ``affaire Lozano Gracia''), confiando en que ésta podrá llevarlos a Los Pinos (o a la mayoría parlamentaria) en el 2000, y por ende no están dispuestos a seguir en el ``bloque opositor''.

5. El salinismo podría tener así un escenario ``ideal'' para la sucesión, imponiéndole su candidato presidencial al PRI, en donde nada podrá impedir que Córdoba (en nombre de Salinas) dé su tercer ``dedazo'', sino también al PAN, partido en donde dos salinistas, Diego y Castillo, controlan el aparato, y su candidato sería obviamente Carlos Medina Plascencia. De ahí la reciente profesión de fe salinista de Vicente Fox, y sus esfuerzos por imponerse al PAN como candidato de Washington, para lo que está ofreciendo Pemex, la empresa más codiciada por el capital trasnacional.

6. La mención de quien detenta realmente el poder político (y económico) en México molesta por eso tanto a los usufructuarios del nuevo reparto de poder: porque evidencia que no hay en México transición sino reacomodo, y porque advierte sobre lo que se pretende para la sucesión presidencial, confundiendo a los mexicanos.

7. La principal función de los partidos ``de oposición'' en el momento actual sería, en la lógica de Ernesto Zedillo la de actuar ``con madurez'', lo que en el lenguaje cifrado de los tecnócratas quiere decir: a) en materia económica, respaldar lo esencial de los programas neoliberales y, b) en lo político, evitar las movilizaciones y declaraciones que pudieran cuestionar la tesis de ``la normalidad democrática''.

8. Pero no sólo eso: el gobierno pretende además que los partidos deben ayudarlo a salir de cualquier atolladero, todo lo cual tendría desde luego su recompensa: la de permitirles acceder a mayores espacios políticos. Y al parecer, los dirigentes de los partidos han aceptado. Como los lechones regiamente aderezados que los monarcas ingleses devoraban en bandeja de plata, parecen estar felices disfrutando la manzana de sus nuevos cotos de poder.

9. La nueva estrategia gubernamental está rindiendo sus frutos y, ante las graves irregularidades en las elecciones de Veracruz y Tabasco, PRD y PAN están atados de manos y no pueden ya impugnarlas por la vía de la resistencia civil.

10. La lección de estos últimos meses es muy clara: el fin del ``sistema'' no llegará por las transacciones de los partidos con el gobierno sino por la movilización de la sociedad.