Podría agravarse por las lluvias la situación de los 300 mil damnificados de Oaxaca, indica la Cruz Roja Urgen campañas para prevenir incendios forestales, advierte
Víctor Ballinas, enviado, Puerto Escondido, Oax., 25 de octubre/I Ť La situación de los más de 300 mil damnificados de la sierra y de los pueblos de la costa se puede complicar aún más debido a que todavía ``se esperan siete días de lluvia'' que pueden acabar con los pocos caminos rurales que quedaron, advirtió al gobierno del estado la Cruz Roja Mexicana.
Es urgente que los gobiernos estatal y municipales emprendan campañas a fin de prevenir incendios en las comunidades rurales, pues en esta zona de 25 mil 360 kilómetros cuadrados, en los próximos meses de sequía, un incendio por la hojarasca y los árboles que derribó el huracán sería de consecuencias mayores que el ocurrido en Quintana Roo en octubre de 1996.
Cruz Roja, junto con funcionarios del gobierno del estado han realizado la evaluación de los daños en salud, vivienda y agua potable. En los estudios efectuados a muestras de agua han detectado que 50 por ciento de los pozos de la comunidades el agua es de mala calidad.
Junto a ello, en los próximos días o semanas podrían presentarse brotes de enfermedades diversas por el agua que las comunidades toman, debido a que puede estar contaminada por los animales muertos y las personas ``desaparecidas'' --los campesinos constataron que fueron arrastrados por el agua y el viento-- y aún hay localidades en las que por estar incomunicadas beben de ese líquido.
Diariamente la Cruz Roja Mexicana distribuye en la zona afectada que está atendiendo, en los distrito de Pochutla, Jamiltepec y Juquila, 150 toneladas de víveres y agua, además, ropa en pequeñas cantidades.
Con apoyos internacionales, la Cruz Roja destinará 20 millones de pesos para 10 mil techos de casas de las que el viento y el agua derribaron en las comunidades mayormente afectadas. Hasta el momento, el monto de la ayuda en agua y víveres asciende a 40 millones de pesos y se espera alcanzar un total de 6 mil toneladas de alimentos distribuidos.
La ayuda que recibe esta institución de parte de la población, empresas y organizaciones en diversas partes del país es transportada a Puerto Escondido, Huatulco y Acapulco para su distribución.
En Oaxaca, por la inaccesibilidad de los caminos, por el derribamiento de puentes, fracturas de carreteras y bloqueo en veredas rurales, la ayuda es acercada a los pobladores por helicópteros de la Secretaría de Marina, en coordinación con la Cruz Roja. Sin embargo, por el número de la población afectada no se les distribuye regularmente.
Nos ayudan, pero la despensa no alcanza para ocho días
Los vientos y la lluvia del 9 de octubre acabaron con 12 de las 70 viviendas precarias del asentamiento El Camalote, en plena sierra. Al lugar sólo se tiene acceso por vía área para distribuir alimentos.
A 14 días de que azotó el huracán, el 23 de octubre llegó el helicóptero por segunda vez con despensas para las familias. Estas, al escuchar el ruido, corrían hacia el aparato. Se cubrían con sus manos el rostro por la tierra y polvo que levanta en su aterrizaje y los voluntarios de Cruz Roja sacaban las despensas y el agua que amontonaban para que las familias afectadas se las repartieran.
Todos los pobladores reunidos esperan la ayuda. ``No nos alcanza lo que nos dejan. Somos mucha familia y esto que reparten está bueno, pero no rinde; se acaba rápido y no podemos bajar al pueblo porque el agua tapó los caminos'', lamentan.
Concepción García, afectada de esa comunidad narra lo anterior y mientras es descargado el helicóptero agrega: ``nunca habíamos visto esto, fue muy fuerte: mucho viento, mucha agua, un ruido fuerte y se llevó casas y otras las dejó sin techo. Acabó con nuestras cositas y ahora no tenemos qué comer''.
--¿Esta es la primera vez que les traen ayuda?
--No, con esta es la segunda vez. Pero vinieron hace siete días y lo que nos dejaron no nos alcanzó. Tenemos hambre. Queremos que nos dejen más comida para más días, para que cuando vuelvan todavía tengamos comida.
--¿ Ya los revisaron los doctores ?
--Sí, ya estuvieron aquí. Inyectaron a los niños y nos dieron pastillas para el agua. Hay diarreas y fiebres nada más.
De entre la maleza salen las personas a recoger su ayuda: ``Es que si no alcanzamos tenemos que caminar siete horas al pueblo y de ahí, ¿cómo traemos la despensa, si no hay camino? Se cayó el puente. El agua borró el camino; ahora tenemos que bordear entre agua y piedras. No pasan ni los caballos''.
Queremos tierra, porque si viene otra lluvia, ¿qué vamos a hacer?
``Jamás se había visto. Ya en otra vez el agua del río se subió, pero no causó tanto daño. Ahora sí, el río se llevó a seis personas, las arrastró porque subió dos metros y medio de alto. Se llevó como 30 casas'', dice Margarita Carrillo.
El agua se llevó la mitad de su casa. Su estufa de gas, tanques, mesa, camas y ropa. Continúa: ``Ya no queremos estar aquí. Lo primero que tiene que darnos el gobierno es tierra, porque ya no podemos estar aquí. El río se ensanchó 50 metros de cada lado. Esto estuvo peor que en 1974, cuando el río creció''.
Necesitamos láminas para la casa, pero lo principal es la tierra , señala Felipe López, también habitante de Río Grande, comunidad del municipio de San Pedro Tultepec. ``Tenemos 25 años viviendo aquí y nunca pasó esto. Por radio y en la televisión vimos que venía un huracán, pero ahora sí que nunca nos imaginamos esto. No habíamos vivido una situación así. Estuvo muy feo''.
El campesino, agrega: ``Mi casa se la llevó la crecida. Era mucha agua, por más que quisimos regresar por las cosas, no pudimos; el agua nos tapaba. Creció mucho y se llevó lo que teníamos. Ojalá que el gobierno nos dé tierra, eso es lo primero''.
En la zona hotelera se hundió una parte del Fiesta Mexicana
Fernando García Ríos, propietario del Hotel Fiesta Mexicana, ubicado en la zona hotelera de Puerto Escondido, pide que se investigue quién es responsable del hundimiento de una parte de su hotel por el reblandecimiento del suelo.
Exactamente ocho días después del paso del huracán se hundió la calle Benito Juárez en el entronque con la calle dos norte y se llevó una parte del hotel. Otra sección está cuarteada, necesita apuntalamiento o se caerá también.
Ninguna autoridad se ha presentado 12 días después del siniestro, ni del gobierno estatal ni del federal, dice García Ríos. Que se investigue esto, porque el edificio de partió y se hundió debido a que el drenaje se fracturó con el huracán, esto reblandeció el suelo y luego de ocho días se abrió un boquete de unos 50 metros de ancho por 40 o más de profundidad.
El fraccionamiento donde está ubicado el hotel fue construido por Fonatur. Luego construyeron más fraccionamientos pero no dejaron salida para el agua del drenaje; utilizaron el que había, por eso los tubos no resistieron la presión del agua y se fracturaron.
El hotel se encuentra cerrado, los empleados aceptaron dos semanas de vacaciones forzosas para que sea reparado, mientras que 100 empleados no recibirán salario alguno.