La única que puede garantizar la estabilidad, es la presencia movilizada y contundente del pueblo. El 5 de diciembre no debe ser solamente un acto protocolario de transmisión del poder, ni siquiera una fiesta de simpatizantes en el zócalo, porque éste, aunque lleno, sería pequeño para expresar la magnitud y las profundidades del cambio en la ciudad.
Cuauhtémoc Cárdenas está solo y su único acompañante real en la tarea que tiene asignada es el pueblo.
Sin el pueblo movilizado y participante, de nada valdrán especialistas, doctos, administradores y políticos honrados junto a él, pues la ciudad tiene miles de secretos que habrá que desentrañar y revelar a los ciudadanos. No es una tarea para tres años únicamente, sino ``otro camino'' que el pueblo decidió el 6 de julio.
El 5 de diciembre, la ciudad, además de festejar, deberá crear un nuevo sentimiento y pactar con Cárdenas llevar adelante los cambios asumiendo que no es un simple cambio de gobierno, sino un momento histórico de la ciudad y el país. Por eso, el 5 de diciembre todos deberán estar juntos, desde Chapultepec hasta el zócalo; desde el Monumento de la Revolución al zócalo: jóvenes, estudiantes; barrios, unidades habitacionales; sindicatos, organizaciones urbanas; empresarios, artistas e intelectuales; trabajadores de la cultura, todos los músicos de la calle, toda la música de la ciudad. En cada esquina, deberá estar la demostración de la cultura y esa alegría deberá ser el mensaje a todos los enemigos del cambio: en el cambio cabemos todos; contra él, nada.
El 6 de julio, resolvimos con la cabeza; ahora debemos usar el corazón y crear el nuevo sentimiento, la nueva música, la cultura; crear para construir los nuevos caminos en el arte, en las finanzas, en las escuelas, en el transporte, en el comercio, en el trabajo, en la responsabilidad de los hombres públicos. La ciudad unida en la tarde del 5 de diciembre, no espera oír discursos, sólo el de Cárdenas para sellar el compromiso de que estamos ante un parteaguas en la historia de la ciudad y que todos tenemos la misma responsabilidad para defenderla.
Fueron muchos los escollos y obstáculos para llegar a ese momento y son muchas las expectativas; fueron las advertencias de miles que entraron por Madero en constantes manifestaciones; fueron los estudiantes en el 68; las protestas obreras y los maestros en el 59; fueron los médicos en el 66; los electricistas en los 70; los universitarios, los damnificados del 85 y los movimientos populares, constantes como el zumbido de las abejas, los que abrieron la ciudad. No puede aceptarse un cambio de piel porque el voto del 6 de julio, no fue para cambiar apariencias, ni un voto de castigo, sino una decisión profunda. Ahí deberán estar los héroes Superbarrio, El Ecologista Universal, El Chupacabras, Superanimal, El Buscaniños y toda la legión de enmascarados que resistieron con fantasía los peores momentos.
Desde Chapultepec, desde el Angel de la Independencia, desde el Monumento a la Revolución, la fuerza política del carnaval hará que el corazón de la ciudad sea el de todos, cada rostro es el autor de la historia, el causante central de la decisión del cambio: la gente.
Esa es la estabilidad, y en ese acto del 5 de diciembre deberá despositarse la confianza en los cambios, y por eso no puede faltar nadie a cantar el Himno Nacional para reafirmar que estaremos unidos no sólo para celebrar, sino también para enfrentar a los que se resistan y conspiren contra el cambio democrático. No sólo es un acto del PRD, es un acto de la ciudad y su historia, donde el pueblo, por salud, por el futuro, tiene la necesidad y urgencia de tomar la ciudad con sus nuevos gobernantes. Si alguien falla, se lo reclamará la historia, como dicen los juramentos, y por eso la bandera en el zócalo ese día deberá estar izada hasta en la noche y no será arriada; ahí ondeará cuando Cuauhtémoc hablé y diga hasta dónde hemos llegado y hasta dónde seguiremos.
Sólo tengamos miedo de los que no convoquen ese día, pues por salud deberá sentirse la fuerza del pueblo para que haya un buen gobierno y el gobierno tenga fuerza.
PD. Ve preparando en tu barrio y tu escuela, tu carro alegórico con su música respectiva. Hemos ganado todos la ciudad.