La Jornada 29 de octubre de 1997

Me ordenaron que no hablara sobre elementos de civil, señala el detenido

Bertha Teresa Ramírez Ť Eleazar Pérez Zavala, integrante del grupo Jaguares a quien se acusa de las ejecuciones de tres jóvenes de la colonia Buenos Aires, así como del homicidio de Guillermo Faustino Balderas, muerto durante la balacera del 8 de septiembre, asegura que no tuvo ninguna participación en esos hechos. ``La intervención que tuve fue exclusivamente de apoyo ante el auxilio que nos solicitaron elementos de civil del grupo de zorros''.

Durante una entrevista en su celda del área de seguridad del Reclusorio Oriente, catalogó los hechos como uno de los más difíciles que recuerda en sus 10 años de servicio en la policía capitalina por la confusión que prevaleció ese día entre los efectivos uniformados y los vestidos de civil; se les advirtió que habría un operativo en una zona con gran índice delictivo y sobre la llegada de un grupo de civiles armados -- que descendieron de una camioneta pick-up amarilla.

Decidido a romper el silencio que le impusieron mediante fuertes presiones, ya que hablar es su última carta ``para defender mi vida y demostrar que soy inocente'' --ha sido amenazado de muerte--, relató que el 2 de octubre, en el batallón de Balbuena fue llamado a la oficina del titular del GED, Moctezuma Ilhuicamina Zepeda Rodríguez, ``donde también se encontraban el general Enrique Tello Quiñones, director de Agrupamientos de la Secretaría de Seguridad Pública y el jefe de Motopatrullas, Jesús Alonso Valdez (Sagitario); éste último le advirtió: `ten cuidado con lo que hablas, porque si hablas te va a pasar algo''.

Esa tarde lo llevaron a la SSP y esperó 45 minutos en la antesala de la oficina del general Felipe Bonilla Espinobarros, director general de Operaciones, quien acompañado por el general Luis Roberto Gutiérrez Flores, director de la Policía Judicial, ``salió y me tomo del brazo, ordenó que me esposaran y me entregó''.

La orden de mantener silencio fue precisa y terminante. En días anteriores ya se la había dado Zepeda: ``no declare sobre los elementos de civil, la presencia de jefes, el camión Ruta 100 y los occisos''.

Pérez dijo que su único pecado fue haber ``intervenido pidiendo auxilio al registrarse la balacera''. Reveló que en el lugar de los hechos vio vestidos de civil a Jaguar --Zepeda-- y a Jaguar 2 --Ambrosio Cruz Martínez-- y a Jaguar 1 --Francisco Javier Padrón--; también vio a su compañero Ricardo Lerín (asesinado el 4 de octubre en un presunto asalto).

También vio llegar a un grupo de 15 a 20 personas vestidas de civil que venían armadas y que descendieron de una camioneta amarilla y una patrulla bancaria, cuyos tripulantes no bajaron y al percatarse de que continuaban los disparos se alejaron de ahí.

Encarcelado cerca de los zorros

Pérez Zavala, de 33 años, trabajó durante los primeros seis años en la SSP como policía sectorial en la delegación Gustavo A. Madero y más tarde fue incorporado al Grupo Bengala, que se transformó en Grupo Jaguar. En su expediente destaca el haber desactivado una bomba en una escuela ubicada en Acueducto de Guadalupe en 1993. En la misma área en la que está aprehendido están detenidos los dos zorros a quienes acusa.

El día de la balacera, después de recibir la orden de retirarse del lugar de los hechos, se trasladó al Batallón de Motopatrullas de Balbuena, donde llegó a las 17:10 horas. Minutos más tarde vio llegar un camión de la desaparecida Ruta 100 con zorros vestidos de civil. De la unidad descendieron varios policías y bajaban una camilla ``que pusieron atrás del asta bandera'' y que algunos zorros no bajaron del camión, ``pues se comentó que arriba traían detenidos''.

A las 18:30 horas, cuando integrantes del GED recibieron la orden de desarme, Eleazar regresó su arma, su chaleco antibalas y su radio al armero, quien registró la entrega. Hacia las 20:45 horas salió del batallón después de hacer un parte informativo y ``haberle explicado varias veces cómo fueron los hechos a Zepeda''.

Sí hubo operativo

La mañana del 8 de septiembre, los integrantes del GED fueron advertidos que habría un operativo en el que participarían con zorros vestidos de civil, relata. ``Esa tarde circulaba a bordo de mi motocicleta junto con otros compañeros --Agustín Avila Quiñones y José Luis Casillas-- sobre el Eje 3, en patrullaje normal, a través del radio recibimos el mensaje de que nos reuniéramos en las calles de Doctor Jiménez y Gómez de los Santos en la colonia Doctores''.

Entonces se percataron que un vehículo venía en reversa de poniente a oriente y que unas 20 personas vestidas de civil lo iban correteando y disparando al aire.

Dos civiles que se identificaron como zorros les dijeron: ``¡sobre ese vehículo! Doy vuelta en u y sigo a los sujetos a bordo del vehículo Grand Marquis negro hojalateado''.

Pérez dijo que en la calle de Solís prácticamente dio alcance al automóvil y se detuvo a unos 10 o 15 metros, ya que el sujeto que iba a lado del conductor le disparó. Sólo unos minutos más tarde llegaron dos zorros vestidos de civil, quienes se subieron con él a la motocicleta y reanudaron la persecución --señaló que hasta el reclusorio supo que uno de ellos era Oscar Manuel Bazán Figueroa.

``Seguimos al automóvil, vemos que va sobre la lateral de Viaducto y que da vuelta en la calle de Andrade y que se estaciona de lado izquierdo pasando la calle de Barajas. De inmediato llegué al costado derecho de la parte delantera del Grand Marquis, todavía no detenía la moto cuando vi que los dos zorros que iban en mi moto comenzaron a disparar contra el vehículo negro''.

El chofer bajó y según Pérez se metió a gatas a la vecindad que estaba enfrente y que quien venía a su lado ``quedó herido de muerte cuando trataba de salir también por la puerta de lado del volante''.

Otro sujeto --presumiblemente Daniel Colín Enciso-- bajó del vehículo por la puerta trasera de lado izquierdo y corrió hacia la esquina de Barajas y Andrade; en ese momento los dos zorros le dijeron ``párese ahí, hijo de su pinche madre'', pero como el sujeto no hizo caso le dispararon dos veces; uno de los zorros le dio en la pierna derecha pero aún así se metió en un negocio de esa esquina.

Los jefes estuvieron en el lugar

En ese momento Pérez pidió auxilio y al regresar por su motocicleta ``veo la silueta de un compañero uniformado ubicada en el centro de las calles de Bajaras y Andrade que está accionando su metralleta y que hace entre tres y seis disparos en dirección a la esquina de Barajas Lozano y Andrade de lado derecho de sur a norte''.

Entonces regresó a Viaducto para estacionar su motocicleta y se percató de que llegaba una camioneta color amarilla de la que bajaron de 15 a 20 personas vestidas de civil y armadas. ``Veo que la camioneta se va después de dejar a estas personas''.

Sobre la lateral de Viaducto vio a Padrón, mientras que observó que Zepeda y Cruz Martínez --vestidos de civil-- estaban a bordo de un automóvil Caribe, color rojo; ``a pie también vi a Casales, que es ayudante del jefe''.

Al regresar de Viaducto otra vez hacia Andrade y Barajas, de lado derecho vio a un civil herido en la frente y por medio del radio pidió una ambulancia, ``en esos momentos me doy cuenta que también llega el autobús de la Ruta 100 y que de éste descienden entre 15 y 20 zorros vestidos de civil, los cuales ayudan a los de la ambulancia con la camilla y se percatan de que se trata de uno de los compañeros''.

Los zorros empezaron a decir ``jaguares pendejos'', mientras otros sacaban al individuo que se había metido al negocio; ``ahí fue que vi a Jaguar 9 haciendo señas de alto al fuego y veo a mis compañeros Corniz, Lerín, Montes de Oca a Román Jaramillo y a Mario Moreno''. Antes de recibir la orden de que se retiraran del lugar, todavía vio que subían una camilla al Ruta 100.