Beneficiaría a México una prolongación de la crisis bursátil: Cemai
Rosa Elvira Vargas Ť Si persiste el problema bursátil en Asia y Estados Unidos es incapaz de absorber los capitales financieros que buscan mejores rendimientos, el país podría ser una buena opción para invertir, sobre todo porque tiene una economía fundamentalmente sana. Anualmente hay más o menos 90 mil millones de dólares de inversión directa externa que se mueven por el mundo y, con la problemática de los mercados asiáticos, mucho de ese dinero vendría a México.
Para los integrantes del Comité Binacional México-Estados Unidos del Consejo Empresarial Mexicano para Asuntos Internacionales (Cemai), lo anterior resulta factible, sobre todo porque, según Lloyd Bensten, ex secretario del Tesoro estadunidense, los inversionistas encuentran aquí mayor transparencia en la información que se les otorga, y eso los hace sentirse más confiados al tomar decisiones.
Esa es, sentenció, la gran diferencia entre México y, por ejemplo, Malasia, donde los gobernantes echan la culpa (de la crisis financiera) a otras personas en lugar de al país mismo. ``Ahí no hubo esa transparencia de la que hablaba'', comentó el también senador demócrata.
Los miembros del Comité Binacional del Cemai hablaron en conferencia de prensa, luego de reunirse con el presidente Ernesto Zedillo en Los Pinos. Ahí, Bensten señaló que cuando la infraestructura, la subestructura y las cifras económicas son sólidas, los efectos de una debacle bursátil son menores, sobre todo si se les compara con lo que ha ocurrido en el sureste de Asia. ``De hecho -confió entonces- yo en lo personal hice una inversión en acciones mexicanas el martes por la mañana, ojalá hubiera invertido más''.
Tanto Lloyd Bensten como el ex embajador de ese país, James Jones, restaron además importancia a la evolución de la economía nacional a partir de la nueva pluralidad en la Cámara de Diputados. Ambos recurrieron a experiencias similares en su país para ilustrarlo. ``Claro -dijo Bensten- que todos los presidentes quisieran tener a su propio partido en el poder en el Congreso, pero no siempre resulta así, aunque una de las cosas positivas de eso es que no hay ningún partido que tenga todas las respuestas''.
Confió entonces en que siempre podrá encontrarse a personas que, sin importar cuál sea su percepción política, tendrán ``cierta idea'' de que deben cumplir con la responsabilidad que tienen ante la sociedad.
En el mismo sentido, James Jones había expresado ante Zedillo que él mismo ha externado en su país que, de ninguna forma, la nueva estructura de poder político en México podría conducir a una parálisis en las acciones de gobierno.
``Yo les digo que no deben temer'', aseguró el ex diplomático, y enseguida narró su experiencia ante lo que definió como ``un gobierno dividido'', y dijo que aquí, uno de este tipo ``es capaz de hacer lo correcto para el pueblo mexicano''.
Interrogado respecto del futuro del peso mexicano, Juan Elek, presidente del Cemai, ponderó el hecho de que la moneda nacional se encuentre en un sistema de libre flotación, el cual funcionó adecuadamente en los días del crack bursátil. Por ello, dijo, el peso hoy está donde piensa el mercado que debe estar y lo mismo ocurrirá en el futuro.
Al abordar también el punto de la nueva pluralidad política, Jacobo Zaindenweber, presidente del capítulo binacional, dijo que este escenario indudablemente acota el poder antes indiscriminado del gobierno y lo pone atento en el manejo de sus argumentos. Empero, confió en que la nueva estructura del Legislativo y las propuestas que haga el Ejecutivo conducirán ``por un camino correcto y apropiado''.
No veo, añadió, que el factor político pueda convertir en crisis el manejo de la economía mexicana, y coincidió con Juan Elek, quien pidió a los partidos políticos ``escuchar lo que aquí ha pasado'', porque las estructuras financieras de México ``aguantaron magníficamente bien'', y aseguró que ``necesitamos una política de Estado más allá del partidismo político''.
El propio Zaindenweber, al referirse a los trabajos del comité binacional, mencionó que desde la perspectiva del Tratado de Libre Comercio se requiere ver los factores que lo distorsionan, tales como la migración, el narcotráfico y los derechos humanos.
Se requiere, puntualizó, que los sectores privados analicen estos puntos para poder contribuir a su solución. Son asuntos incidentales, pero que tienden a estorbar o a estar presentes con bastante permanencia en la relación bilateral y conviene abordarlos.