La Jornada lunes 3 de noviembre de 1997

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

Decenas de millones de los pesos que los mexicanos pobres dejan al Nacional Monte de Piedad (NMP) al empeñar y perder sus propiedades, han sido utilizados en los cuatro años recientes para financiar tanto promociones políticas personales como muy dudosas fórmulas de presunta asistencia humanitaria

En el llamado ``banco de los pobres'', que durante sexenios fue una de las ``cajas chicas'' del Presidente de la República, se vive una brumosa situación en la que el dinero disponible para ayudar a los necesitados se ha usado en varios casos para otros fines, con discrecionalidad sospechosa o con abierta irregularidad contable, sin auditorías o contralorías verdaderamente confiables.

Necesaria introducción

El NMP es una institución de asistencia privada que se fundó en 1775 a partir de los bienes donados en su momento por un particular (Pedro Romero de Terreros) y cuyas decisiones son actualmente tomadas por un patronato nombrado por los herederos del fundador. El patronato del NMP es presidido a la fecha por Alejandro Ainslie de Font Reaulx.

Pero, en los hechos, la conducción real del NMP la realiza la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal (JAPDF), que preside Víctor García Lizama, un político yucateco que entre sus principales cargos cuenta el haber sido secretario general del breve gobierno del general Graciliano Alpuche Pinzón, y director general de Aduanas. Quienes lo conocen le ubican, ideológicamente, a la derecha, y muy cercano a segmentos del catolicismo tradicional.

El presidente de la JAPDF es nombrado por el jefe del Departamento del Distrito Federal de entre una terna que le presentan los nueve vocales de la misma junta, de los cuales, cinco son representantes de las instituciones de asistencia privada, y los otros cuatro del gobierno. García Lizama fue nombrado cuando Manuel Camacho Solís era regente.

Desde esa posición fundamental, García Lizama ha promovido y conseguido las decisiones respecto a, nada más y nada menos, que el destino del dinero que le queda al Monte de Piedad como remanente -ganancia, aunque el término sea impropio explica mejor las cosas- después que los pignorantes perdieron sus propiedades y éstas fueron rematadas.

Explicado lo anterior, se puede pasar a la enumeración de algunos de los casos anómalos encontrados en una pila de expedientes y documentos revisados por esta columna.

Valga la precisión de que aun cuando en algunos casos se tienen presuntos destinatarios de movimientos de dinero, el espacio de maniobra es tan amplio que, aparte de recibir o no esas cantidades, los beneficiarios podrían o no haberlos aplicado para los fines supuestos. Hay infinidad de instituciones de asistencia privada absolutamente respetables (la gran mayoría), pero también hay algunos casos en los que conviene revisar con escrúpulo la manera como se han gastado esos dineros.

Sorteo Aguila o Sol

Del 28 de mayo de 1992 al 31 de diciembre de1993, el Nacional Monte de Piedad, por instrucciones de la Junta de Asistencia Privada, desvió recursos materiales y humanos a administrar -lo que no es de ninguna manera el objetivo para el que fue creado- el sorteo llamado Aguila o Sol, cuyos remanentes se aplicarían al Fideicomiso de Desarrollo Social de la Ciudad de México cuyo comité técnico era presidido por el propio Víctor García Lizama.

Sin embargo, 5 millones de pesos correspondientes a la primera etapa del sorteo fueron amparados ante el NMP mediante un simple recibo informal, sin número de folio. Nueve meses después se documentó al fin el ingreso del dinero a Banco del Atlántico, pero a otro número de fideicomiso, distinto del original.

Cabe mencionar que en ese sorteo hubo casi 15 millones de pesos de premios no entregados que debieron ser transferidos a la Secretaría de Gobernación, de los cuales sólo se le dieron 2 millones 160 mil pesos dirigidos a ``los fines sociales del Patronato para la Reincorporación Social por el Empleo'', quedando como adeudo 12 millones 747 mil 410 pesos, según convenio del 21 de octubre de 1994.

Promociones periodísticas

De octubre de 1994, a la fecha, se han utilizado casi 2 millones y medio de pesos en desplegados y gacetillas que asocian la figura de García Lizama con la bandera de la labor humanitaria y asistencial. Se llegó incluso a pagar una carta abierta de felicitación a Ernesto Zedillo cuando tomó posesión como Presidente.

Merece especial cuidado la recién creada Fundación para la Promoción al Altruismo, que publica el periódico Somos Hermanos en el que se ensalza invariablemente a García Lizama. La directora de este diario es María Teresa García Ruiz, mismo nombre de una de las hijas de García Lizama, y en ella colabora José Augusto García Lizama, nombre también de uno de sus hermanos. Las oficinas de este pío órgano están en las Lomas de Chapultepec y en mayo de 1996 recibieron un donativo de 4 millones 350 mil pesos.

Donativos en efectivo...

A partir del segundo semestre de 1994 se implantó una política de promoción mediante la generosa entrega de donativos en efectivo a cuanta institución de asistencia privada consiguiese el guiño supremo.

En ese lapso se han aplicado casi 80 millones de pesos en donativos en los que no resultan bien servidas las exigencias de analizar la viabilidad de esas instituciones,

de evaluar sus necesidades y de garantizar y verificar el buen uso de los recursos.

Una limosnita para el zoológico

El 3 de agosto de 1993, mediante el oficio 2691, García Lizama pretendió que se donaran 10 millones de pesos al zoológico de Chapultepec para su rehabilitación. El patronato del NMP regateó y la ayuda quedó a la mitad. Sin embargo, el dinero fue entregado para otros rubros: Fideicomiso para la Asistencia, Promoción y Desarrollo A.C. y el fideicomiso Los Niños de la Calle, constituido por el Montepío Luz Saviñón.

Casi como maltratar una boleta de empeño

Quienes sufren debido a que los coyotes de las afueras del NMP les compran a bajísimos precios sus boletas, o directamente sus prendas, deben saber que en todos lados se cuecen habas.

El 10 de octubre de 1994, el NMP abrió el contrato 01-06-038658-3, a 31 días, con un cheque de 50 millones de pesos a cargo de Bancrecer, y en favor de Inverméxico Casa de Bolsa. Al vencimiento del plazo, con los intereses ganados (731 mil 944 pesos) se abrió una cuenta de cheques en el Banco Mexicano (90071-8-075-5) y se renovó la inversión en Inverméxico por los mismos 50 millones de pesos originales. Una vez terminada la operación, se cancelaron tanto el contrato en Inverméxico Casa de Bolsa como la cuenta de cheques de Banco Mexicano.

El resultado fue que el patrimonio del NMP sufriera pérdidas, pues en ese mismo periodo, con las tasas de intereses vigentes en operaciones en mesa de dinero, el NMP hubiera ganado en total 587 mil pesos más de los que realmente recibió. Los licenciados Antonio Dorbecker y Arturo de la Torre Díaz, miembros designados por García Lizama en el patronato del NMP que ordenó esa operación, prestaban sus servicios en ese tiempo en... el Banco Mexicano y en Inverméxico.

Y ya para finalizar, sépase que el Nacional Monte de Piedad también autorizó, en cumplimiento de su misión humanitaria, destinar más de 6 millones de pesos para regalarle banderas mexicanas al actual gobierno.

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