Las universidades, mal que nos pese, van cediendo terreno a la televisión, se trata de un fenómeno mundial. Así, los estudiantes están hoy más horas delante de la pantalla chica que ante los maestros, y más horas frente al Nintendo que frente a los libros.

Un día, se me ocurre, las televisoras, además de premios melonarios, acabarán entregando títulos académicos. Y los exámenes profesionales consistirán en preguntar: ¿Cuántas horas de La niñera has visto? Y la respuesta del estudiante: 276. ¡Felicidades! --concluirá el presidente del jurado estrechándole la mano-- te has graduado de licenciado en pedagogía. Otros diálogos académicos serán los siguientes: ¿Cuántas horas de Rescate 911 has visto? Responderá el alumno, 320. ¡Te felicito, conseguiste graduarte de médico! Yo sólo vi 211 horas --contestará otro--. Muy bien, obtuviste tu diploma de enfermero. Un tercero responderá: Yo sólo vi 101 horas. Muy bien, te has graduado de bombero. ¿Cuántas horas de Se vale soñar has visto? 315 --dirá el examinado--. ¡Felicidades!, te has graduado de licenciado en turismo --le responderá quien presida el jurado--. ¿Cuántas horas de telenovelas has visto? Pues 289. ¡Maravilloso!, te has graduado de licenciado en letras. En una telenovela aparecían Alvaro Obregón y Plutarco Elías Calles --apuntará otro aspirante--. Muy bien, ya eres licenciado en historia.

Los que hayan visto los programas de Pérez Stuart o sean asiduos a los comentarios de los analistas económicos de Hechos, podrán aspirar a la licenciatura en economía.

Y así de seguido, no faltarán programas que sean adecuados para ingenieros, arquitectos o politólogos. Y con el mismo orgullo con que hoy el profesionista dice ``me gradué en Harvard'', mañana podrá decir: ``Soy egresado de Televisión Azteca o de Televisa''.

Y uno podrá preguntarse si el honoris causa se continuará otorgando. ¡Por supuesto! ¿Y a quién se le otorgará? A Luis Miguel, naturalmente.