Persecución en caliente por naves de EU en Acapulco
David Aponte Ť El gobierno mexicano autorizó persecuciones en caliente de barcos y aviones de la Guardia Costera, de la Marina y del Servicio de Aduanas de Estados Unidos en aguas territoriales y en el espacio aéreo de México, revelan documentos de la Oficina de Política Nacional para el Control de las Drogas de la Casa Blanca.
El 11 de agosto pasado, dos embarcaciones y dos aviones con radares del gobierno de Washington entraron al sur de Acapulco, donde ``persiguieron'' un bote de narcotraficantes del que fueron arrojadas 2.7 toneladas de cocaína al mar, explican.
Las naves estadunidenses seguían el rastro del ``bote madre'' de los narcotraficantes y dieron aviso a la Armada de México. Inclusive, un barco de la Guardia Costera de Estados Unidos participó en la recolección de la droga que ahora está bajo custodia de la Secretaría de Marina, indican.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha negado en todo momento que las naves estadunidenses participen en persecuciones en caliente realizadas en territorio nacional. Por ahora, la dependencia no ha informado nada a la Cámara de Senadores sobre esta incursión de embarcaciones y aviones de Estados Unidos en aguas y cielo mexicanos.
Los textos de la oficina del zar antidrogas de Estados Unidos, Barry McCaffrey, argumentan que el intercambio de información entre las autoridades mexicanas encargadas del combate al tráfico de estupefacientes y la base del Servicio de Aduanas en la embajada estadunidense en la ciudad de México ha mejorado en cuanto a la detección de naves sospechosas.
Acciones conjuntas en Yucatán y BCS
El gobierno mexicano ha mostrado ``disposición'' en la intercepción marítima y la cooperación ha permitido la incautación de droga en inmediaciones de las penínsulas de Yucatán y Baja California Sur, explican.
En ese contexto, la Guardia Costera de Estados Unidos puso en marcha la Operación Protección de la Frontera, con base en San Diego, California, y la Operación Protección del Golfo, en Brownsville, Texas. En contraparte, la Armada de México arrancó la Operación Tamaulipas 97 con dos buques de guerra y despliegue de helicópteros, y expresó su deseo de continuar el operativo de manera indefinida, prosiguen.
Los documentos detallan que la cooperación bilateral entre la Guardia Costera, la Marina estadunidense y la Armada de México dio como resultado una ``acción exitosa'' en aguas del Pacífico mexicano, como parte de la Operación Border Shield o Protección de la Frontera.
El pasado 11 de agosto, la oficina de la Joint Interagency Task Force West, a cargo del Centro de Interdicción del Pacífico de Estados Unidos, obtuvo información acerca de una operación de narcotráfico en el sur de Acapulco, la cual involucraba la transferencia de drogas de un ``barco madre'' a lanchas rápidas, precisó.
Los documentos de McCaffrey relatan que un barco de la Guardia Costera (Cutter Boutwell), un avión P-3 Orion de la Marina y un avión de la Armada de México abortaron otras operaciones antinarcóticos y acudieron a la misión conjunta en aguas mexicanas.
``Tomaron parte en la persecución, en varios momentos, el Boutwell, un helicóptero HH-65 de la Guardia Costera; un P-3 Orion de la Marina; un P-3 Orion del Servicio de Aduanas de Estados Unidos (provistos de radares) y un avión turbo King de la Procuraduría General de la República.
``El avión del Servicio de Aduanas encontró el rastro del bote rápido cuando éste arrojó más de 100 paquetes de cocaína antes del anochecer. Posteriormente, la Armada de México intervino en forma expedita con tres embarcaciones, para evitar el escape de los cinco tripulantes de la embarcación que transportaba la droga.
``El Boutwell y tres embarcaciones de la Armada de México trabajaron toda la noche en la recuperación de la cocaína arrojada al mar. El total recuperado fue superior a las 2.7 toneladas de cocaína, la cual ha sido transferida para su custodia a la Armada de México'', agregan.
Las autoridades de la Casa Blanca consideran que esta operación, la participación de naves estadunidenses en la persecución de narcotraficantes, muestra el éxito y el potencial de la cooperación bilateral marítima.
Es la primera ocasión en que el gobierno de Washington revela que las autoridades mexicanas permiten tal despliegue de sus aparatos en territorio nacional.