Corrigió McCaffrey su versión del operativo
David Aponte Ť La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) solicitó información a la oficina del zar antidrogas estadunidense, Barry McCaffrey, sobre la operación antinarcóticos conjunta Acapulco. En respuesta, el despacho del general retirado envió un texto rasurado, en el cual no aparecen los detalles de la ``persecución'' en la que participaron barcos y aviones de la Guardia Costera, Marina y Servicio de Aduanas de Estados Unidos.
Los gobiernos de México y Estados Unidos, a través de la cancillería, la Procuraduría General de la República y la Guardia Costera, negaron que las naves estadunidenses hayan participado en la persecución en caliente de un barco que transportaba más de dos toneladas de cocaína.
Después de que en Washington la Oficina de Política Nacional para el Control de las Drogas dio a conocer un informe en el que relata de manera pormenorizada la incursión de naves estadunidenses frente a las costas de Guerrero, en la zona económica exclusiva de México, las autoridades de ambos países aseguraron que los barcos y aviones de Estados Unidos no violaron la soberanía ni jurisdicción territorial mexicana.
La cancillería y la PGR argumentaron en un comunicado de prensa que cualquier embarcación y aeronave extranjera ``tiene libertad de navegación y sobrevuelo'' en la zona exclusiva económica de cualquier país. Los paquetes de droga arrojados por el barco de narcotraficantes ``flotaban'' en esos límites, agregaron.
Paralelamente, el portavoz de la Guardia Costera, teniente Gary Bracken, declaró a la agencia Notimex que durante la operación Acapulco, realizada el 11 de agosto de 1997, las embarcaciones de esa dependencia no traspasaron el espacio aéreo o marítimo mexicano.
Una embarcación de la Guardia Costera de Estados Unidos recibió órdenes de interceptar a un barco sospechoso, el cual arrojó paquetes al mar y partió rumbo a aguas mexicanas, explicó.
``(Al entrar la lancha a aguas mexicanas) abandonamos la persecución caliente y compartimos la información (con México). De hecho, hubo intercambio de informes durante la persecución. Estábamos compartiendo información con la Marina mexicana. Hubo trabajo hecho de manera conjunta, en términos de compartir información'', detalló Bracken.
En un primer documento, la oficina del general McCaffrey explica que el 11 de agosto pasado, dos embarcaciones y dos aviones con radares del gobierno de Washington entraron al sur del puerto de Acapulco, donde ``persiguieron'' y siguieron el rastro de un bote de narcotraficantes, mismo que arrojó 2.7 toneladas de cocaína al mar.
``Tomaron parte en la persecución, en varios momentos, un (barco) Boutwell y un helicóptero HH-65 de la Guardia Costera; un P-3 Orion de la Marina; un P-3 Orion del Servicio de Aduanas de Estados Unidos (provistos de radares), y un avión turbo King de la Procuraduría General de la República.
``El avión del Servicio de Aduanas encontró el rastro del bote rápido cuando éste arrojó más de 100 paquetes de cocaína antes del anochecer'', relata.
La SRE no conocía los detalles de la operación antidrogas
La Secretaría de Relaciones Exteriores, dependencia que no poseía los detalles del operativo Acapulco, solicitó información al despacho del zar antidrogas estadunidense. Sin embargo, la dependencia de la Casa Blanca envió al gobierno de México un texto mutilado o rasurado, en el cual no aparece la palabra persecución ni el número de barcos y aviones de Estados Unidos que estuvieron en aguas patrimoniales mexicanas.
Con fecha 29 de octubre de 1997, y presentado como un testimonio del general McCaffrey ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadunidense, el texto no hace ninguna referencia a la persecución y la incursión de las naves de la Guardia Costera, Marina y el Servicio de Aduanas en el territorio mexicano.
De las 20 hojas, la oficina del zar antidrogas dedica sólo tres párrafos al operativo antinarcóticos Acapulco, mismo que califica como parte ``exitosa'' de la Operación Border Shield, con base en San Diego, California.
En contraste con las cifras mexicanas, el documento insiste en que la droga incautada supera las 2.7 toneladas de cocaína. La SRE y la PGR aseguraron que la Armada de México recuperó 200 paquetes con 2.3 toneladas del alcaloide.
Una vez que la prensa mexicana publicó los detalles del operativo Acapulco, ambos gobiernos se adjudicaron el éxito de la acción antinarcóticos. En realidad, la participación de naves estadunidenses fue mayoritaria.