La rápida descomposición social que observamos minuto a minuto, día a día, con magnitudes de violencia cada vez más incontrolables y amenazantes es ya insoportable. John B. Rhoads, financiero y especialista en mercado de valores, acaba de lanzar el libro Mercado de valores para empresas medianas y pequeñas, publicado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas y el Instituto Mexicano de Contadores Públicos y Ejecutivos.
El libro de Rhoads es una alternativa a la crisis que vivimos y su propósito es el planteamiento de un diseño que modifique la estructura del mercado para la mediana y pequeña empresas mexicanas, apoyándose fundamentalmente en el uso de la tecnología electrónica y de telecomunicaciones de punta que permitan la participación de inversionistas de todo el mundo, sin utilizar el piso de remates de la Bolsa de Valores, pero siendo una red regional, nacional e internacional de remate transparente.
John Rhoads sostiene que los países desarrollados tienen economías sustentadas primordialmente en una amplia población de clase media que está empleada por las empresas de tamaño micro, pequeño y mediano. Asimismo, propone un tipo de mercado --nasdaq-- como una solución.
El volumen de empresas estadunidenses y extranjeras que cotizan sus acciones en el nasdaq es mayor que los demás mercados de Estados Unidos. Nasdaq está basado en tecnología computacional y de telecomunicaciones a diferencia de los pisos de remate, por el uso de market-marquera independientes.
Rhoads cree que funcionaría en México un sistema tipo nasdaq de empresas pequeñas y medianas desmantelado por las crisis. Pese a las mejoras en la macroeconomía, la microeconomía se sigue deteriorando a pasos acelerados; hay desempleo y subempleo acentuado o salarios reales que siguen a la baja. Todo lo cual ha lastimado gravemente a la clase media del país. Pero, eso sí, crecen con rapidez compañías de gran tamaño orientadas a las exportaciones y donde algunos han tenido acceso o financiamientos por intermediación de la Bolsa de Valores o directamente del exterior.
Las empresas medianas y pequeñas --con recursos financieros limitados-- en este momento carecen de créditos bancarios aceptables o no califican para cotizar y obtener fondos en un mercado de valores, o directamente en los mercados extranjeros y son abandonadas a sus propios recursos. Sus limitaciones económicas no les permiten modernizarse con el fin de crecer y competir en México o en el exterior. Las deudas y sus altos costos las tiene estancadas o declaradas en suspensión de pagos o bien en quiebra.
Los fuertes se fortalecen cada día más y los débiles se debilitan aún más. Lo que se traduce en una incómoda y malsana concentración de la riqueza en manos limitadas, representadas por grupos de inversionistas excluyentes. De haber existido la disponibilidad de fondeo privado de capital, tipo nasdaq, muchas empresas mexicanas que quebraron hubieran podido competir en los mercados nacional e internacional. Un mercado electrónico de baja capitalización que podría facilitar la colocación de ofertas públicas con montos equivalentes a 250 mil dólares como camino a la rehabilitación de la lastimada o casi agónica clase media.
¿El problema que se plantea es si las autoridades hacendarias lo permitirían o incluso lo fomentarían?, ¿qué problemas ocasionaría su inclusión? Vale la pena la lectura del libro de Rhoads para los especialistas y empresarios de la pequeña y mediana empresas con miras a la posterior discusión en los foros adecuados.