El Conacyt, dispuesto a dialogar con alumnos excluidos de becas
Claudia Herrera Beltrán Ť El director adjunto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Jaime Martuscelli, aseguró que esa dependencia está dispuesta a dialogar con los estudiantes que perdieron la oportunidad de ser becados por estar inscritos en programas de posgrado eliminados de un padrón de excelencia.
Admitió que tanto el Conacyt como las instituciones de educación superior y centros de investigación donde estudian los jóvenes son corresponsables de ese conflicto. El primero, por haberse llevado más tiempo en dar a conocer las evaluaciones de los cursos de posgrado, y los segundos, por no haber informado a los alumnos que sus programas estaban sujetos a revisión y que existía la posibilidad de que salieran del citado padrón.
Dijo que para evitar la inconformidad de los estudiantes de posgrado, en adelante el Conacyt solicitará a los centros educativos que informen por escrito a los jóvenes que los programas que ofrecen po- drían salir del padrón de excelencia.
La Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados se manifestó el miércoles a favor de que se instale una mesa de diálogo para dar una solución a alumnos de posgrado de las universidades de Yucatán, Metropolitana, de Puebla y la UNAM que pidieron el apoyo de los legisladores.
Los estudiantes no pudieron obtener una beca del Conacyt debido a que los cursos de maestría en los que estudian fueron eliminados en octubre del padrón de excelencia, uno de los principales requisitos para otorgar ayuda económica y el reconocimiento de los estudios de posgrado.
Entrevistado luego de participar en el Seminario Nacional Mujer y Educación, realizado en el Instituto de Física de la UNAM, Martuscelli dijo que en respuesta a la disposición que manifestó un grupo de diputados de instalar una mesa de pláticas sobre ese tema, el Conacyt también participaría, pero una vez que termine el dictamen de los programas pendientes.
Indicó que de 755 programas de posgrado que solicitaron ser evaluados este año, 455 fueron aprobados y 256 quedaron fuera del padrón de excelencia; sin embargo, todavía serán revisados 165 cursos debido a que las instituciones apelaron la decisión de los comités de científicos.
De las protestas de los estudiantes en el sentido de que se aplicaron criterios ``exagerados'' para evaluar los programas, indicó que ``son reglas del juego que están perfectamente claras'' y que no las pone esa dependencia, sino ocho comités integrados por científicos de reconocido prestigio.
Para Martuscelli, las principales responsables de ese problema son las instituciones educativas que no comunicaron a tiempo que los cursos eran analizados.
Señaló que la tardanza en la revisión de los programas de posgrado se debió a que fueron muchas las instituciones que participaron en el proceso, y ello provocó que en vez de haberse concluido en julio, el periodo se extendiera hasta octubre.
Los alumnos de primer ingreso al posgrado empezaron sus trámites en julio para ser becados, y posteriormente comenzaron sus estudios confiados en que serían aceptados, pero tres meses después se enteraron que habían perdido el derecho de la ayuda económica porque sus cursos fueron considerados de inferior calidad.