La Jornada sábado 15 de noviembre de 1997

Luis González Souza
¿Subdesarrollo sostenible?

Una aspiración mundial de vanguardia es el desarrollo sostenible. Es decir, un desarrollo económico a un tiempo duradero y compatible con la preservación del medio ambiente. Pero bajo el México de la modernización neoliberal lo que más bien se hace duradero es un subdesarrollo sólo compatible con la profundización de la dependencia ante el exterior, específicamente ante EU.

Así lo corrobora el encuentro de Zedillo con Clinton en Washington. Para ser exactos, este nuevo encuentro también arroja logros que no deben menospreciarse, aunque sí matizarse. Es el caso de la convención contra el tráfico ilícito de armas, que es fruto de la iniciativa de México y que ahora queda abierta para su firma por otros gobiernos. Sin embargo, se trata de una convención tan tibia que incluso fue apoyada por la Asociación Nacional del Rifle (La Jornada 13-XI-97), cabildero sin igual de los intereses armamentistas en EU. También podría ser el caso de la ratificación del tratado sobre límites marítimos entre México y EU, gracias a lo cual quedan definidas sus respectivas jurisdicciones. Pero al mismo tiempo quedan definidos los linderos de una zona que no pertenece a nadie por ubicarse en el centro del Golfo de México, y que por sus valiosos mantos petroleros, de inmediato propiciará grandes negocios para explotarlos. Y tratándose de negocios, ya se sabe que nadie como el tío Sam traga más pinole.

También lo disparejo de la relación México-EU, que es su principal lastre, aparece matizada en el acuerdo orientado a promover negocios en materia de medio ambiente. Es bueno que éste sea protegido aun con motivaciones mercantilistas. Una vez más, sin embargo, es evidente que los empresarios estadunidenses se llevarán la mayor tajada.

Pero es en materia de narcotráfico y migración donde lo disparejo (desigualdades, asimetrías, faltas de reciprocidad, inequidades) no sólo aflora con nitidez sino que se engarza con el infernal círculo de las exigencias (EU) y las concesiones (México). En este encuentro presidencial sobresale la firma del protocolo que incorpora la extradición ``temporal'' al tratado existente en la materia. Aunque se le presenta como una iniciativa del gobierno zedillista, la verdad es que engrosa la larga cadena de exigencias/concesiones.

Muchas de ellas pueden descubrirse en los 16 puntos que, afinados en el mismo encuentro, ya integran toda una ``estrategia bilateral'' antidrogas. No obstante lo cual, ya asoma la nueva lista de exigencias e inclusive hostilidades correspondiente a la temporada de la certificación '98. En cambio, todavía no hay ninguna estrategia conjunta sino pura manipulación unilateral del fenómeno migratorio (igual o más trasnacional que el narcotráfico). Peor aún, el gobierno mexicano, lejos de exigir esa reciprocidad elemental, continúa presentándose a manera de policía-tapón contra migrantes centroamericanos que aspiran a trabajar en EU.

Hasta ahí lo relativo a la agenda visible del último encuentro presidencial México-EU. Su saldo vuelve a ser más bien negativo. Más allá de los logros apuntados, y más allá de los infaltables discursos sobre una ``nueva era'' de relaciones que nunca llega, persiste la firma de acuerdos que no hacen sino reproducir el canceroso círculo de la desigualdad-sumisión-opresión-más desigualdad.

Antes de que México firmase el TLC, el diferencial en fuerza económica (medida con el PIB) favorecía a EU en una escala de 25 a 1. Por tratarse de un tratado leonino, hoy esa escala lógicamente ha crecido hasta un 30 a 1. Tarde o temprano, esa brecha económica alimenta la brecha de soberanías. Por ejemplo, en lugar de exigir sin tardanza la reforma del TLC, se sugiere su aplicación ``sin reservas (Zedillo ante empresarios de EU, antes de entrevistarse con Clinton. La Jornada 14-XI-97).

¿Es necesario decir que mientras siga ampliando su brecha con EU, todo lo que México logrará es el subdesarrollo sostenido? Y, ¿es difícil adivinar que ese subdesarrollo y esa viciosa vecindad que le da piso, algún día se harán por completo insoportables para todos.