La Jornada 16 de noviembre de 1997

Deber del Estado, favorecer la enseñanza religiosa: Mullor

Alma E. Muñoz Ť El nuncio apostólico Justo Mullor refrendó la legítima separación entre Iglesia y Estado. No obstante, aclaró: ``Por tiempos amo y promuevo, y lo haré con todas mis fuerzas, el diálogo entre ambas instituciones, incluso sin la amistad, incluso por la colaboración''.

Ante la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), el jerarca católico recordó el avance en la materia en otros países, en donde ``habiendo total separación de Iglesia y Estado, y sin inmiscuir los derechos de los ciudadanos'', el Estado tiene la obligación de favorecer la enseñanza religiosa a partir de un determinado número de personas que la solicitan.

Durante el congreso nacional Participando para una educación de calidad, realizado en la Universidad La Salle, Justo Mullor consideró que en México y en el mundo entero el Estado no es el dueño de los ciudadanos, y por ello pidió a la UNPF no esperar a que éste dé ``concesiones'', sino ``pedirle las cosas de manera democrática''.

Aconsejó a los asistentes formar organizaciones no gubernamentales encaminadas a la defensa de los valores fundamentales en el mundo, con el objetivo de lograr en un futuro la paz.

``Es un derecho que ustedes formen asociaciones no gubernamentales; hay que tener imaginación para estar presentes en una sociedad convulsionada y fijar derechos solamente por una serie de agrupaciones que pueden ser políticas, financieras, económicas, (pero también) tiene que haber en la sociedad civil asociaciones fundamentalmente educativas, pedagógicas'', indicó.

Así, con la aclaración de ``respetar muchísimo'' al Estado y reiterar que algunas de sus palabras son malinterpretadas por medios de comunicación, el representante del papa Juan Pablo II pidió a los asistentes ejercer sus plenos derechos como padres de familia ``y pidan al Estado lo que soliciten justo''.

Esto, aclaró el diplomático, es hablar de democracia y no es únicamente en México, que se entienda bien, sino en el mundo entero. ``Hay que configurar al Estado desde la sociedad'', dijo.

Poco después, Justo Mullor se definió como un ``nuncio válido, como alguien que ama el laicismo'', es decir, la legítima separación de la Iglesia y el Estado, pero que también por tiempos ama y promueve -``y lo haré con todas mis fuerzas''- el diálogo entre ambas instituciones, incluso sin la amistad, incluso por la colaboración.

En el discurso manifestó su rechazo a la confrontación ideológica, a las luchas, a la creación de ghettos, de ciudadanos de primera y de segunda, de ciudadanos creyentes y no creyentes, y se dijo a favor de una sola clase con plenos derechos.

En ese diálogo ``naturalmente se puede exigir un progreso''.

Mullor retomó sus experiencias del pasado en los países bálticos. Comentó que algunos pasaron de un Estado totalitario a uno democrático donde, con total separación entre Iglesia y Estado, sin inmiscuir los derechos de los ciudadanos, se contribuyó al desarrollo educativo, pues aunque las escuelas son laicas, si un grupo de padres de familia solicita enseñanza religiosa para sus hijos, hay obligación de favorecer la petición.

``Estas son si quieren metas sociales, metas educativas, metas políticas que están ahí, en el futuro, el cual hay que construir sin luchas, con base en diálogos, con base en conciencia y también en los derechos humanos'', agregó.

Diezmo en Yucatán

Luis A. Boffil Gómez, corresponsal, Mérida, Yuc., 15 de noviembre Ť La arquidiócesis de Yucatán reforzó su campaña de recolección del diezmo y advirtió a los feligreses no dejarse engañar por ``falsos visitadores'' que recaban dinero sin autorización de la Iglesia católica.

De esta forma, las personas que pasen a los domicilios a recolectar el diezmo estarán debidamente identificadas con credenciales y firmas autorizadas del clero. Asimismo, se exhortó a los fieles a pedir el documento oficial de los visitadores.

La jerarquía eclesiástica manifestó que la campaña de recolección del diezmo ha tenido una gran aceptación entre los fieles católicos, quienes entienden el compromiso de solventar, por voluntad propia, algunas necesidades de la Iglesia.

Así, la erogación del diezmo estimado por la Iglesia representa, según sus ministros, apenas 0.6 por ciento del salario anual de los feligreses en Yucatán.