A los 82 años, Saul Bellow ha obtenido tres veces el National Book Award, una el Pulitzer y en 1976 recibió el Premio Nobel. Ha sobrevivido a cinco matrimonios, una guerra mundial y enfermedades que se encarnizaron con su niñez y que lo han acosado en tiempos recientes. Herzog, Las aventuras de Augie Marchy El diciembre del decano son algunos de los títulos con los que ha renovado la novela moderna. En mayo de1997, Playboy entrevistó a Bellow y lo encontró tan cascarrabias y lúcido como siempre. Van algunas de sus respuestas.
California es como un apéndice artificial que el resto del país no necesita en realidad. Pueden citarme.
Thomas Pynchon es el tipo de virtuoso que no para. Es como oír veinte horas de Paganini. Una sería suficiente.
Tuve la suerte de que lo que tengo de escritor sobreviviera a mis terapias.
¿Cómo demostrar que no soy un cerdo? Hay un viejo chiste irlandés que dice: ``Mike dijo que tú no merecías vivir entre los cerdos, pero me puse de tu parte y le dije que sí lo merecías.'' ¿Por qué debo defenderme de las acusaciones?
Por fortuna no he peleado mucho. Tengo una idea exagerada de mi fuerza. La mayoría de los hombres la tiene.
¿Necesitamos novelistas? Sí. ¿Lo sabemos? No. De cualquier forma, creo que en el país hay más o menos un cuarto de millón de apoyadores. Se trata de gente que actúa en secreto, como los miembros de una logia, y que no se delata saludándose de mano.
Pienso en la vida como en un curso educativo y en el alma como en un estudiante que regresa una y otra vez. La vida no es más que un programa de estudios de posgrado.
Me he casado demasiadas veces para tener dinero.
Una de mis fallas como autor es que he sido demasiado modesto en la elección de mis temas. Si pudiera invertir mi talento de manera más provechosa, debería tener temas más ambiciosos que los que me permití tener.
Tal vez yo no merecía el Premio Nobel, pero estoy seguro de que Truman Capote ni siquiera merecía el Pulitzer. No sé lo que Truman mereciera, aparte de una patada en el culo.
Proust no ganó el Premio Nobel, tampoco Tolstoi. No tengo por qué sentir que estaba en la fila de la realeza y que fui a Estocolmo para la coronación.
Le daría mi Nobel a Norman Mailer, si tuviera algo que darme a cambio.
Gore Vidal jamás me menciona sin tratar mi cabeza como un cenicero en el que agita su cigarro.
No tengo una muy elevada opinión de Freud. Por principio de cuentas, es un autor derivativo. En segundo lugar, necesitaba una teoría de los sueños, así es que él soñó todos los sueños. Abrió su negocio usándose de mercancía. Fue un comerciante judío; cualquier cosa que necesitaba, la hacía en casa.
Me gustó conocer a Jack Nicholson; es bastante inteligente; quiero decir, bastante inteligente para ser actor. Me sorprendió que no tirara sus colillas de mariguana; las guardaba en una cajita de plata. Tal vez las pensaba subastar como reliquias. Esa gente es lo más cerca que estamos de los hombres sagrados a esta distancia de la India.
Tienes que conformarte con la época que te toca. Es lo que me sorprende tanto de Norman Mailer: salió del vientre de su madre con las manos llenas de peticiones y requisitos de cómo debía ser la vida.
Cuando quiero decir algo y no lo hago, me siento mejor. Me siento fortalecido.
Kennedy no me impresiona. Era un hombre agradable, muy inteligente, pero no era un presidente. Además, su padre le compró la presidencia. Me extraña que en un país como este, tan quisquilloso respecto a los plutócratas, lo hayan aclamado como presidente.
Clinton es un yuppie, un playboy. Es básicamente superficial. Ni siquiera sé por qué quiere estar en la Casa Blanca.
Hoy en día, cuando un joven quiere convertirse en escritor, en lo primero que piensa es en su corte de pelo. Luego, en qué whisky debe anunciar.
En Estados Unidos nadie toma suficientemente en serio a los escritores como para matarlos.
Piet Mondrian
De los cuatro elementos, agua, tierra, fuego y aire, el más femenino me parece el agua. ¿A ti no? El agua es feminidad destilada. Pero ¿qué química es esta? ¿Tiene sentido atribuirle feminidad a un elemento? Creo que sí, pero no entiendo bien por qué. Para aclararlo escribo esta página.
Agua no es sólo agua de la llave, líquido domesticado, el más inofensivo y útil de todos, que nos limpia, refresca y sustenta. La comprensión del agua no se agota en esa agua nuestra de cada día. En nosotros hay significados más arcaicos que forman un conjunto de símbolos de gran complejidad y riqueza. Porque entre los grandes arquetipos que pueblan el alma humana, mediante los cuales hacemos inteligible el mundo, está el agua.
En este sentido el agua es una partitura que admite numerosas variantes. Una, para coros y gran orquesta, es el mar, el mar inmenso e inquieto, espejo del cielo. Otra, lo que por excelencia fluye, el río, y otra la lluvia plural y una, y el hielo duro del iceberg, ``augustos budas congelados navegando en mares desconocidos, catedrales sin religión del invierno eterno'', los ha llamado Michaux, y a la nube, agua de pluma. Una es el agua que alivia y fortalece, y otra la que crece enloquecida, muerde los puentes y mata, agua de diluvio universal en la ola verde del huracán. Y de todo esto sabemos muchas cosas.
Sabemos, por ejemplo, que en la impecable claridad del agua están, indiferenciadas, todas las formas. En el líquido primordial flotan las posibilidades de ser y alentar en condición de preexistencia indiferenciada. Y ahí, en esta latencia primordial, está el origen de todo. De aquí el significado del bautismo: la inmersión en las aguas significa la regresión a lo preformal, es decir, la disolución de las formas y la reintegración a un modo indiferenciado de preexistencia. Y, por eso, la salida del agua original puede significar cobrar forma renovada, esto es, un nuevo nacimiento. Para renovarte, te disuelves primero.
En este sentido el agua simboliza la madre universal, creadora y sustentadora de cuanto existe. Lo húmedo es vida, lo seco, muerte. Pero los significados del agua no se agotan aquí.
El agua no sólo es germinadora; también, cuando se muestra en su papel de caudal y torrente, es prototipo de lo que fluye. Fluir, fluir, el arquetipo recoge así el sentido de la inmovilidad como muerte. Hasta el agua misma se corrompe y muere si pierde el fluir que la repristina. Todo cambia, todo fluye, nada permanece. Ser es fluir. En este sentido el arquetipo se asimila con la luna, que al mudar en fases muestra su fluir. Y, por lo tanto, con la mujer, cuyo ritmo de fertilidad coincide en duración con las fases de la luna.
Se ha dicho, con razón, que el pensamiento mítico tiene horror a lo lineal. El ritmo del mundo es siempre circular, cíclico: empieza, termina y vuelve a comenzar. Su paradigma son las estaciones, que incluyen el invierno donde todo muere. Otra vez, para renovarse, se disuelve. Los rituales de la fertilidad que acompañan y propician el buen desarrollo de estos ciclos pueden rastrearse en todas las culturas y admiten incontables variantes.
``Por eso -escribe Mircea Eliade- desde la prehistoria, el conjunto agua-luna-mujer era percibido como el circuito antropocósmico de la fecundidad. En los vasos neolíticos, el agua era representada por el signo VVV que es también el más antiguo jeroglífico egipcio para la corriente de agua.''
Y si esto no bastara para mostrar la feminidad del agua, entonces, mírala correr, mira sus briosas texturas, lisa como la seda o arremolinada aquí y allá en rizos de cordero, y mira cómo ese cuerpo se desliza como alegría de muchacha. Imposible que la gracia sea masculina cuando, como dice Díaz Mirón:
Así, sumergida en la oculta vena,
El agua pura se levanta y suena
En curva de cristal...
Nunca volveremos a perdernos
Una de las promesas más atractivas de la tecnología de fin de siglo es crear ``un mundo en el que nadie vuelva a estar perdido''. El sistema de posicionamiento global (SPG) permite a barcos, aviones, expedicionistas y automovilistas localizarse, reencontrar su camino o incluso pedir auxilio mediante un pequeño dispositivo que transmite y recibe señales de radio a uno de los 24 satélites que integran la red de navegación mundial. Este sistema, creado por el gobierno estadunidense con fines militares (como Internet), actualmente es aprovechado también por civiles. En Japón, muchos autos vienen equipados de fábrica con un Navegador SPG, que consiste en una pantalla de cristal líquido y un aparato de CD-ROM que, aparte de mostrar mapas (en los que puede verse el movimiento real del vehículo) y planear rutas, pude tocar CD (convencionales, juegos de video y karaoke); además, se pueden recibir señales de radio y televisión. Pronto, muchas marcas de autos (Toyota, Honda y Mercedes, entre otras) van a incluir un Navegador SPG en algunos modelos, y el aparato se vende aproximadamente en dos mil dólares. Aunque en Japón no es ilegal que un conductor vea la tele mientras maneja, la Asociación de Constructores de Autos optó por imponer la norma de que la pantalla del Navegador no puede ser usadaÊpara entretenimiento, a menos de que esté puesto el freno de mano. Pero esta restricción es fácilmente cancelada. Así, el riesgo de perderse es sustituido por el peligro de estrellarse mientras el automovilista ve su programa favorito.
Disponibilidad selectiva, distorsión deliberada
El sistema de navegación por satélite SPG podría tener una precisión asombrosa, llegando a localizar al usuario con un error aproximado de un metro cuadrado. No obstante, el ejército estadunidense distorsiona deliberadamente la señal, con lo que la precisión se reduce a 100 m2. Este procedimiento se denomina ``disponibilidad selectiva'' y tiene por objetivo impedir que los enemigos de Estados Unidos utilicen este sistema para dirigir sus propias armas. El SPG fue fundamental durante la Guerra del Golfo; mediante su uso pudieron llevarse a cabo ofensivas perfectamente coordinadas en un desierto sin características topográficas notables. La disponibilidad selectiva podría ser apagada en tiempos de paz y activada cuando haya una guerra; no obstante, el ejército estadunidense teme que la población civil se vuelva muy dependiente del SPG. La realidad es que apagar la distorsión es equivalente a perder el control absoluto y eso incomoda a los militares. Por lo tanto, algunas organizaciones civiles están gastando miles de millones de dólares para corregir el efecto de la disponibilidad selectiva. La aeronáutica comercial se vería notablemente beneficiada por un sistema preciso de posicionamiento global; de hecho, muchos accidentes de aviación podrían haberse evitado con la ayuda del SPG sin distorsión.
El ciberespacio se va al espacio
Estar conectado es una forma metafórica que se utiliza para referirse a que uno está al tanto de todo, que es parte de algo y que goza de información o conocimientos privilegiados. No obstante, en términos reales nada es más incómodo que estar conectado, esto lo saben quienes viajan con una computadora portátil. Hasta ahora, sólo los sedentarios y los viajeros de primera clase y hotel de cinco estrellas pueden sacar verdadero provecho a la red. Estar conectado es el equivalente a estar amarrado a una pared. Esto podría cambiar radicalmente con la introducción de lo que se ha dado en llamar el Internet de los cielos: la red Teledesic. Durante todo este siglo se utilizaron aparatos diferentes para captar distintos tipos de transmisiones (radios, televisiones, teléfonos inalámbricos). En la era digital, información, sonido e imagen pueden traducirse en bits que serían captados por aparatos multimedia. 840 satélites (5.5 millones de dólares cada uno) ofrecerán (para el año 2002) canales de voz, de videoconferencias y de multimedia, a velocidades de transmisión 60 veces superiores a los módems actuales. Teledesic fue fundada por Bill Gates y Craig McCaw. También los viejos satélites geoestacionarios ofrecerán servicios tipo Internet, como acceso a bases de datos, correo electrónico, distribución de software y demás. Actualmente, están en funcionamiento un par de redes inalámbricas que dan acceso a Internet y funcionan con módems de radio: ARDIS (diseñada por Motorola e IBM) y RAM Mobil Data (de Bell South y RAM Broadcasting). No obstante, su servicio aún es costoso, no son compatibles mutuamente, fallan a menudo y tienen muchas limitaciones. En todo caso, es de esperar que las redes inalámbricas se popularicen y se vuelvan omnipresentes. Supuestamente, la mayoría de los problemas técnicos se solucionarán cuando estas redes y otras que están por aparecer (como Orbcomm), comiencen a utilizar satélites de órbitas bajas (a diferencia de los satélites geoestacionarios que se sitúan a 22 mil millas, éstos están tan sólo a unas 800 millas sobre el nivel del mar), los cuales simplificarán las comunicaciones digitales, abaratarán costos y harán que la transmisión de información por radio sea verdaderamente versátil y planetaria. Para datos precisos acerca del uso del espectro de las comunicaciones inalámbricas: http://www.wired.com/5.04/spectrum/
Naief Yehya
