Subieron 150% los precios de fármacos en 3 años
Angeles Cruz Ť Con la aceptación de la Secretaría de Salud (Ssa) de acotar la obligación de los médicos para que prescriban por nombre genérico (sustancia activa) sólo los fármacos que se incluyan en el catálogo de intercambiables correspondiente, terminó una intensa batalla entre la dependencia y la industria químico farmacéutica y finalmente se abrirá en México ese mercado de medicamentos con 10 por ciento de las fórmulas terapaéuticas originales registradas.
Lo que en un principio se planteó como una revolución en el mercado de medicamentos, pues involucraría a las mil 200 fórmulas innovadoras que hay en este país, quedó reducido después de casi un año de negociaciones a 120 fármacos que se incorporarán al catálogo de genéricos conforme pasen las pruebas de equivalencia farmacéutica, química, de disolución y bioequivalencia, entre otras. Las autoridades involucradas en el proceso estiman que una primera lista podría darse a conocer en dos o tres meses, a partir de que entre en vigor el reglamento de la Ley General de Salud.
Las negociaciones entre la Ssa y los dueños de los laboratorios se iniciaron en febrero, antes que el Congreso de la Unión aprobara las reformas a la Ley de Salud, pero se complicaron a tal grado que los industriales amenazaron con retirar algunas de sus inversiones de México y presentar quejas ante el organismo trilateral del TLC. También interpusieron amparos contra la legislación sanitaria, a pesar de que varios inconformes ahora están listos para inscribir sus fármacos en el mercado de genéricos.
La nueva reglamentación precisa que los fármacos que no estén en el catálogo de genéricos intercambiables continuarán recetándose exclusivamente por el nombre comercial, además de que los industriales químico-farmacéuticos estarán en posibilidades de tener un doble registro de sus productos y, por lo tanto, una doble vía de venta: por genérico y por marca.
Octavio Rivero Serrano, secretario del Consejo de Salubridad General, organismo que encabezó las negociaciones con la industria por parte de la Secretaría de Salud, explicó que la nueva disposición deja en absoluta libertad a los médicos para recetar a sus pacientes.
Incluso, indicó el funcionario, ``si quieren no recetar nunca un genérico, nadie los va a obligar'', porque siempre tendrán la opción de poner el nombre comercial. Además, la ley establece sanciones ``muy altas'' para las farmacias que sustituyan las recetas sin autorización de los galenos.
En entrevista, Octavio Rivero Serrano admitió que México llegó tarde al mercado de genéricos, porque en todas las naciones donde se ha instaurado un sistema similar los precios de los medicamentos se han reducido sensiblemente, y recordó que en el país durante los últimos tres años el incremento de los costos al consumidor ha sido de más de 150 por ciento.
Sostuvo que en naciones como Canadá, Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Francia y Holanda, donde ya opera el mercado de genéricos, la industria químico-farmacéutica se defendió igual que lo hizo en México: con dudas sobre
la calidad de los genéricos, su equivalencia, los efectos secundarios, entre otros.
Sin embargo, apuntó, esos argumentos no se sostenían porque en nuestro país hay genéricos desde hace 40 años para la población que asiste a las instituciones de salud del sector público.
Más aún, añadió Rivero Serrano, los productores de esos medicamentos son los mismos que los venden por nombre comercial, ``lo único que hacen es cambiar el envase dependiendo del público al que se dirija''.
Comentó que la oposición de los industriales químico-farmacéuticos no tenía razón de ser, porque a ellos ``no les afecta que se incluya el nombre genérico en las recetas''. Más bien, consideróa,
es una disposición que beneficia al paciente, porque el médico se obliga a
recordar sus conocimientos de farmacología y tener muy presente la composición y efectos del medicamento que prescribe.
Reiteró, sin embargo, que el mercado de medicamentos genéricos se planteó desde un principio con las pruebas
de intercambiabilidad para evitar cualquier riesgo sobre la calidad o efectos curativos de los fármacos incluidos en el catálogo.
Además, Rivero Serrano destacó que el 27 de octubre se conformó la Asociación Mexicana para la Evaluación de Medicamentos, en la que participan 25 laboratorios de universidades que realizarán,
como terceros autorizados, las pruebas de intercambiabilidad de los medicamentos.
Al referirse al catálogo, el funcionario señaló que periódicamente se irá actualizando, se distribuirá a todos los médicos del país y las farmacias tendrán la obligación de ponerlo a la vista del público.
En el momento de la prescripción, el médico incluirá en su receta el nombre genérico (si el medicamento forma parte del catálogo) y queda a su elección poner la marca. Si se incluye ésta última, el farmacéutico tendrá que surtir el producto por el nombre comercial. Además, señaló Rivero Serrano, existe el otro gran grupo de fármacos que los médicos continuarán prescribiendo sólo por la marca.
Por otra parte, mencionó que hay otras modificaciones hechas a la Ley General de Salud que son benéficas para la industria y que ``no se mencionan porque no crean problemas''.
Tal es el caso, señaló, de la desregulación para el registro de nuevos medicamentos. Dijo que los trámites se redujeron a la tercera parte, de tal suerte que en adelante el proceso no tardará más de 15 días.