ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Abraham Montes de Oca, doctor en derecho, ex consultor jurídico adjunto de la Secretaría de Relaciones Exteriores y actualmente consejero adscrito a la embajada de México en China, rompió ayer la tradición del amordazamiento autoimpuesto y mostró, frente al propio José Angel Gurría, una porción del descontento interior que cunde en el ámbito de la diplomacia mexicana.
Montes de Oca objetó en público, durante la ceremonia de instalación, los términos del examen oficial que se practicó más tarde a casi setenta consejeros del Servicio Exterior Mexicano que buscan ascender al nivel de ministros. La insólita irrupción de un acto interno de protesta en el área de conferencias de Tlatelolco motivó que el secretario Gurría abandonara el lugar sin dialogar con el consejero objetor ni rebatir lo expuesto por él.
La inconformidad del consejero se relaciona con la presunta modificación de los términos del examen después de haberse publicado los originales en la convocatoria respectiva; con la evidencia de que hay quienes han recibido oficialmente altas puntuaciones en los exámenes y sin embargo en su práctica posterior no han demostrado mejor oficio que los de menores calificaciones, y con el hecho de que por razones políticas se haya designado a consejeros como embajadores (como el caso de Sergio Ley, consejero que es actualmente embajador designado en Indonesia, y que antes fue director general de la SRE para el Pacífico) sin haber aprobado antes el nivel de ministro, creándose la aberrante situación de que en el examen de ayer hubiera un embajador (Ley) en riesgo de reprobar la evaluación de un nivel inferior como es el de ministro.
Pero lo importante del hecho de ayer no reside sólo en los términos exactos de la inconformidad sino, más bien, con la ruptura de la ley no escrita del silencio obligado. En Relaciones Exteriores se ha dado una persistente crítica contra la política instaurada por Gurría, política que se entiende en detrimento grave de la tradición diplomática mexicana, de sus principios y de sus estilos. Pero más allá de los susurros y los cuchicheos, no había pasado nada hasta hoy como la protesta pública realizada por un personaje acreditado e importante del aparato diplomático.
El salinismo galopante que domina Relaciones Exteriores, traducido en la conversión de los principios diplomáticos tradicionales en material de regateo político o de mercadeo globalizador, ha postrado los intereses nacionales en aras de visiones comerciales y de proyectos políticos facciosos.
Una pálida, pero importante muestra de ese descontento se dio ayer en Tlatelolco, y nadie a quien interese su nación debe perder de vista este episodio de la lucha contra el Angel de la Dependencia, al que en algunos sectores de la élite financiera de Estados Unidos reclaman ya desde ahora como deseable candidato presidencial priísta para el 2000.
Los fantasmas del profesor
Exactamente seis meses después de que Carlos Hank González trajo a su hacienda de Santiago Tianguistenco al candidato socialcristiano a la presidencia de Costa Rica, hoy le revisitan --tanto al famoso profesor del estado de México, como en general al hankismo-- los fantasmas del tráfico de influencias, de la colusión de política y negocios, de la compra de empresas estatales para beneficio de cuentas personales, del mal uso del dinero oficial destinado a los pobres, y del enredo financiero en el que se funden los dineros provenientes de la corrupción gubernamental y de la delincuencia internacional.
Seis largos meses en los que, entre otros detalles, el saldo del asunto ha significado la estrepitosa caída de un bisoño embajador mexicano (José Rafael Castelazo); el enfriamiento ya atemperado de las relaciones México-Costa Rica; el ya remontado tambaleo de la popularidad del citado candidato socialcristiano (Miguel Angel Rodríguez); la abjuración pública del empresario mexicano tenido como guía moral del gremio (Juan Sánchez Navarro); la primera comprobación abierta de la existencia y funcionamiento del mítico Grupo Atlacomulco, y la apertura de investigaciones oficiales del Congreso costarricense sobre los nexos del hankismo con el narcotráfico y el lavado de dinero.
Pero los fantasmas ya están de vuelta. Se han manifestado este fin de semana recién pasado, cuando José Miguel Corrales, candidato del Partido de Liberación Nacional (PLN), emplazó a su contrincante del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) a transparentar los términos de su relación con Hank González, en un cuestionamiento público en el que vuelven a estar presentes en la nación centroamericana las acusaciones contra la corrupción en México, la complicidad del Partido Revolucionario Institucional con el saqueo de la riqueza colectiva y una pregunta central: ``¿Es a ese tipo de inversionistas extranjeros a los que un eventual gobierno suyo vendería los activos estatales que usted propone privatizar?''.
El tema ha sido difundido ampliamente en esta columna (fue casi su bautizo, en la segunda entrega de Astillero, y se abordó el asunto en ocho de las primeras 15 ediciones), pero conviene recordar que los costarricenses viajaron a México para entrevistarse con un peculiar grupo integrado por Mario Ramón Beteta, Jorge de la Vega Domínguez, Manuel Gurría Ordóñez, José Andrés de Oteyza, Roberto González Barrera, Juan Sánchez Navarro, Enrique Díaz Ballesteros, Carlos Abedrop Dávila, Ernesto Enríquez Rubio, Juan Bautista Morales Doria, José Luis Chaín Matta y Humberto Artigas del Olmo.
Ni entonces ni ahora ha sido creíble que la reunión hubiera sido simplemente la de un grupo de amigos. Por ello ahora, en el marco de un declive de la popularidad del candidato denunciante, José Miguel Corrales, éste se ha lanzado contra Miguel Angel Rodríguez, su adversario, reinstalando a los fantasmas del hankismo en la escena de un proceso electoral que culminará el 1o. de febrero de 1998.
Anoche, en San José, Corrales --el atacante-- estaba por decidir si difundirá la información de lo que es el hankismo en uno o en dos canales de la televisión de Costa Rica, para mostrar al electorado el perfil de cada uno de los políticos mexicanos reunidos en torno a Hank y para recordar algunas de las pillerías más famosas, algunas de ellas tan actuales como el caso Conasupo.
Por su parte, el candidato presidencial atacado, Rodríguez, se escudaba en un presunto rechazo a la estridencia, que le estaría llevando a no contestar nada y a pretender diluir el asunto por la vía simple del mutismo.
Hank, en campaña presidencial. Por lo pronto, en Costa Rica.
Astillas: Hoy, a las 9 de la mañana, saldrán de Belisario Domínguez 32, en el centro de la ciudad de México --donde han pernoctado desde meses atrás--, los quince miembros de la comunidad San Juan de Guadalupe, del municipio de San Luis Potosí, quienes tratarán de llegar a la residencia presidencial de Los Pinos para continuar en la exigencia de atención a sus problemas. Los comuneros --de entre los cuales destaca la figura de don Pedro Jasso, que acompañado por su burro El Chaparro monta guardia frente a Palacio Nacional en espera de la nunca concedida audiencia-- piden elección democrática de sus autoridades, cese a la venta ilegal de terrenos comunales y cárcel a la banda de traficantes del suelo colectivo llamada Los juanes perreros...
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