La PGR acusa sin pruebas, señala Del Río
Jesús Aranda Ť El ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Carlos del Río Rodríguez, no oculta su indignación y asevera que está ``confundido, perplejo y preocupado'' por los ``ataques'' de la Procuraduría General de la República (PGR) hacia los integrantes del Poder Judicial de la Federación, y señala que si bien ``no soy tan ingenuo para decir que son (tanto jueces como magistrados) unas blancas palomas, en mi tiempo nunca hubo un enfrentamiento ni acusaciones de esa manera, lanzadas nada más al aire''.
En breve entrevista con La Jornada, Del Río --quien presidió los destinos del máximo tribunal de justicia del país de 1986 a 1991-- censura que los funcionarios de la PGR ``acusen sin ninguna prueba'' y enfatiza: ``Los primeros que queremos limpiar el Poder Judicial somos los integrantes del Poder Judicial''.
Carlos del Río, quien se caracteriza por evitar grabadoras y entrevistas, acepta comentar brevemente la crisis desatada por las acusaciones hechas por el procurador Jorge Madrazo Cuéllar a la labor que desempeñan los jueces y magistrados.
De entrada enfatiza que ``no se vale'' acusar a alguien sin pruebas o fundamentos, máxime cuando la PGR no ha logrado comprobar ninguna acusación en contra de los juzgadores por haber actuado de una manera corrupta.
En alusión directa al caso del juez Humberto Caletti Treviño, acusado penalmente por la PGR por haber actuado presuntamente en perjuicio de la justicia, el ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dice molesto que en todo juicio siempre hay dos partes, ``uno que gana y uno que pierde; el que gana dice que fue un fallo muy bien dictado, el que pierde señala que le deben de haber dado dinero al juez o que está muy mal dictada la sentencia''.
``Con esa filosofía -precisa-, sin una prueba de que haya habido cohecho o algo, en todos los juicios siempre hay un perdedor y por tanto, a todos los jueces habría que meterlos a la cárcel''.
-¿En su tiempo hubo algún problema similar con la PGR, o de qué manera se resolvían este tipo de problemas?
-Mire, en mi tiempo nunca hubo un efrentamiento en esa forma, ni acusaciones de esa manera, así nada más lanzadas al aire. Yo estaba al frente y siempre salí a contestarlas, los procuradores que me tocaron siempre fueron muy respetuosos del Poder Judicial Federal.
Además, añade, yo estaba muy pendiente de la actuación de los jueces y magistrados.
Sin querer abundar, cuenta una anécdota ante dos magistrados de circuito presentes en la plática.
``Una vez, el procurador acusó a equis juez. Me dijo, tenemos pruebas. Ah sí, contesté, pues mándamelas, para que yo lo presente al pleno (de la Suprema Corte), lo destituya inmediatamente y se le desafore. Sin embargo, el procurador me habló a los cinco minutos para pedirme una disculpa, porque se trató únicamente de una acusación verbal que le había dicho un Ministerio Público, el cual, como no había hecho bien una consignación y por lo tanto, dejaron libre al presunto culpable, no encontró nada mejor que decir que tenía pruebas de que había ocurrido un cohecho''.
``El procurador mismo me dijo -agregó-, tenemos pruebas, cosa que finalmente no resultó cierta''. Por eso, insistió, ``los que queremos limpiar el Poder Judicial somos los propios integrantes del Poder Judicial''.
Cuidadoso en sus palabras, pero sin poder evitar su molestia e indignación, el jurista Del Río indicó que sobre todo, ``da coraje'' que se lancen acusaciones sin fundamento. Y acota, ``yo no voy a ser tan ingenuo de decir que todos son blancas palomas (los jueces y magistrados)''. Pero sí le puedo asegurar, enfatiza quien llegó a la Corte en enero de 1969, que el Poder Judicial de la Federación ha sido pilar de las instituciones en México, particularmente ``por su limpieza y por aplicar el juicio tan hermoso que es el juicio de amparo que ha sido copiado por muchos países como un ejemplo de la impartición de justicia''.
Del Río no acepta ninguna pregunta más y amablemente da por terminada la breve entrevista, no sin antes pedir que no sean tergiversadas sus declaraciones ``como me ocurrió cuando era presidente de la Corte. Menciona que ese fue el motivo por el cual en lo posible prefiere no hablar con la prensa.