La Jornada 24 de noviembre de 1997

Ante crisis, ir al BM y al FMI, aconsejó Zedillo

Rosa Elvira Vargas, enviada, Vancouver, Canadá, 23 de noviembre Ť Ante el estallamiento de crisis financieras ningún gobierno puede ``hacerse el loco'' ni permitir que todo el sistema se vaya ``por las cañerías'', aleccionó desde aquí el presidente Ernesto Zedillo a los países asiáticos que enfrentan severos problemas en sus mercados de valores. Asimismo, en la víspera de la quinta reunión cumbre de los líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) dijo que México se opondrá activamente a cualquier decisión que obstaculice el logro de una liberalización global.

A partir de este lunes, el mandatario mexicano se reunirá con los 17 jefes de Estado que conforman la APEC. Las discusiones de este foro están cerradas a la prensa y únicamente se logra acceder a su contenido por algunas entrevistas concedidas a nivel ministerial, documentos previamente elaborados por grupos técnicos y, el último día, a través de la declaratoria y la conferencia de prensa del dirigente del país sede, en este caso Jean Chrétien.

El sábado por la noche y al hablar ante los integrantes del Consejo Canadiense de Hombres de Negocios que representan a las 150 empresas líderes de este país, el presidente Zedillo justificó la intervención gubernamental para rescatar de la bancarrota al sistema bancario mexicano, no obstante que esa medida, admitió, no sea comprendida por el hombre de la calle y resulte políticamente muy costosa.

Narró que cuando en su administración surgió la crisis financiera nacional, decidió que el gobierno tendría que asumir el costo para evitar un colapso total. La cuestión era, argumentó, enfrentar el problema lo más rápidamente posible pues la única respuesta inteligente a mercados que sobrerreaccionan es también diseñar una política igualmente proporcional.

Claro que para poder cumplir con esos criterios, remarcó Zedillo, es obvio que hay que emerger con un muy fuerte y creíble programa de estabilización. Además, se requiere un apoyo financiero externo, como el que México tuvo de parte de sus socios --principalmente Estados Unidos-- del TLC, así como de organismos como el FMI o el Banco Mundial.

Indicó el Presidente que los países asiáticos que hoy enfrentan problemas financieros deben salir y decir: ``Vamos a fortalecer nuestra sociedad con el FMI y con el Banco Mundial y ver cuánto apoyo nos pueden brindar esas instituciones para apoyar nuestros programas de ajuste'', los cuales deben ser consistentes y aceptados por los mercados.

Cuando los bancos mexicanos tuvieron problemas, expuso, fue porque ellos también dieron muchos préstamos malos y el gobierno decidió canalizar recursos para salvarlos de la bancarrota, sobre todo para evitar una reacción en cadena que comenzaría en el sistema financiero y se pasaría a los demás sectores económicos, ``y sé de otras experiencias históricas que si no se reacciona rápidamente, luego el costo puede ser mucho mayor''.

En Asia podría aplicarse la experiencia mexicana para superar la crisis

Zedillo, quien llegó desde el sábado a Vancouver y tuvo ese día reuniones con empresarios y con el primer ministro Jean Chrétien, ilustró las ``lecciones'' de la experiencia mexicana en la participación gubernamental para solventar los problemas financieros: deben poner en los libros del gobierno cualquier costo que vaya a tener la medida y planear cómo se va a ``fondear'' eso, qué gastos se ajustarán y cuáles impuestos deben aumentar para pagar el rescate del sector financiero.

Una vez que se proceda así, aseguró, ``el problema se acabará'' y podrá hacerse también en Asia, sobre todo porque se trata de economías extremadamente fuertes en los fundamentos, son países muy productivos, con gran ahorro interno y capital humano. Pero tienen una crisis en el sector financiero y entonces la respuesta es ir y arreglarlo, asumiendo el costo y no obstante saber que éste va a ser irremediable, ``el problema se solucionará''.

Convocados por Thomas d'Aquino, presidente y director del Business Council on National Issues (BCNI), los empresarios tuvieron como invitado, además de Zedillo, a Thomas McClarthy, consejero personal de Bill Clinton, quien hizo un amplio reconocimiento a la relación de los presidentes de México y Estados Unidos.

McClarthy comentó que el reciente viaje de Zedillo a Washington fue ``un tributo muy bueno'' para una relación cimentada en la cooperación, confianza y respeto mutuo. Afirmó tajante que ``el TLC sí funciona'' y que los mercados abiertos apoyan las economías abiertas. Mencionó que el tratado ha sido una fuerza estabilizadora, porque al establecer un marco de actividades comerciales, económicas y financieras, ha ayudado a abrir el mercado mexicano y ha protegido las inversiones.

Al igual que Zedillo, McClarthy aseguró que en el orden global del próximo siglo ningún país puede tener éxito por sí solo, y aseguró que no debería olvidarse que los acuerdos que derriban las barreras al comercio han ayudado a establecer importantes marcos de cooperación para dirigirse a otros problemas como el narcotráfico, el comercio ilegal de armas, el estado de derecho, la migración y el medio ambiente. En síntesis, todo lo que lleva a fortalecer el tejido social de los países, afirmó.

Defiende Zedillo el regionalismo abierto

En el mismo sentido, Zedillo defendió ante los empresarios canadienses un regionalismo abierto que sea congruente con la liberalización del comercio mundial. Aseguró que toda medida de apertura comercial en el seno de la APEC o de la Organización Mundial de Comercio debe hacerse cuidando que no sea a expensas de la estrategia de liberalización global.

Argumentó que esa medida comercial para abrir un sector determinado no debe reducir los incentivos para que las economías más fuertes se comprometan en negociaciones comerciales ulteriores e incluyentes, y que debe cuidarse la agudización de las asimetrías entre las economías más grandes y las que están en desarrollo.

``Debemos evitar --alertó Zedillo-- perder los aliados que hoy tiene el libre comercio en el nivel de las empresas e industrias, que muy probablemente dejarían de apoyar la liberalización global si se vuelven beneficiarios de acuerdos de liberalización sectorial''.

Esta afirmación del Ejecutivo quizá explique la decisión de México de mantenerse al margen del acuerdo ministerial de la APEC de iniciar negociaciones de libre comercio en la región Asia-Pacífico para nueve sectores --juguetes, energéticos, pesca, químicos, productos y servicios ambientales, madera y productos forestales, joyería y piedras preciosas, equipo médico y telecomunicaciones--. De acuerdo con esa decisión, la reducción arancelaria y de cuotas empezará en 1999. Chile también decidió no entrar al proceso.

Y es que, de acuerdo con el presidente de México, la suma de los acuerdos regionales de libre comercio no necesariamente es igual a un libre comercio global. Es válido afirmar, dijo, que la sucesión de acuerdos sectoriales tampoco conduce necesariamente al libre comercio global.

Un regionalismo abierto, enfatizó, no sólo no es un obstáculo sino que es coherente con el propósito último de lograr un pleno libre comercio a escala mundial.

Esa es la tesis que a nombre de México defenderá Zedillo ante sus homólogos, a partir de mañana.