José Blanco
Batallas en dos pistas

Durante la última semana, los aguerridos diputados discursaron sin tregua a propósito del proyecto de presupuesto. Como resultó obvio, jugaron al juego de Juan Pirulero. Cada quien dijo lo que quiso, ¡faltaba más!, incluido este refinado, complejo, sonoro y colectivo razonamiento: ¡no pasará!

Como lo comentaba en este espacio la semana pasada, nuestros inefables políticos, en el asunto del presupuesto, continuaron jugando en dos pistas: la de las gesticulaciones teatrales de la política pública, y la que sigue en lo oscurito, donde nadie sabe de qué se tratan los acuerdos.

Para la pista 1, por lo pronto, sólo han aprendido de sus respectivos libretos los capítulos de los monólogos. Como éstos han debido ser escritos a toda prisa, contienen algunas leves inconsistencias o algunos desconocimientos, pero eso es irrelevante, porque la buena es la pista 2.

México ha sido una de las economías con menor carga fiscal en el mundo, pero los aguerridos quieren disminuirla aún más. En México ronda 14 por ciento del PIB, lo cual le impide ser un instrumento de redistribución de la acentuada concentración del ingreso, de la que -con razón- se quejan muchos de los mismos aguerridos diputados.

Somos socios de la OCDE, donde el promedio de recaudación supera 30 por ciento del PIB (más del doble que la mexicana). En Suecia es de 47 por ciento. En Brasil, cuya macroeconomía se halla hoy en problemas bastante mayores que los de México, la tributación es de 18.6, y en Chile de 17.8 por ciento del PIB. Frente a una consideración así, la semana pasada un ilustre diputado espetó este lujo de argumento: la población no come ``pibes''.

Dada nuestra miseria fiscal, en México hacemos un uso intensivo de la renta petrolera. Económicamente, esto es equivalente a extraer petróleo, exportarlo y entregar a las capas sociales de mayores ingresos una parte sustancial del producto de esas ventas: lo que no pagan esas capas, lo paga el crudo.

¿Cuáles son los argumentos económicos para disminuir los impuestos? López Obrador dijo refiriéndose al IVA y a otros temas de su ``paquete'' económico que, como fue ofrecido en sus campañas políticas, ``no nos podemos echar para atrás'': lo que digo lo cumplo, los efectos son secundarios.

Una disminución generalizada del IVA tendría también el efecto de transferir recursos a quienes ``hacen'' precios, dado que dicha disminución no tendrá como consecuencia una baja de los mismos. Los diputados podrían, en lugar de transferir ingresos así, gastarlos en los programas que estiman necesarios. Pero como lo que digo lo cumplo... El panista presidente de la Comisión de Vigilancia utilizó contra Ortiz los alegatos textuales que en su momento el PRI de Salinas usó para disminuir el IVA. Lo exhibió así como inconsistente. Pero el panista olvidó decir que en aquel momento el PAN votó contra tal disminución. Pura consistencia.

Entre tanto, los aguerridos pueden informarse de que en Suecia y en Argentina el IVA es de 25 y 21 por ciento, respectivamente, y en las economías de nuestros socios de la OCDE, de 17.1 en promedio. Una disminución del IVA sólo tendría efectos para las familias de bajos ingresos si los diputados pueden aislar la tasa cero a bienes que sólo consuman esas familias. Muy fácil.

El gobierno ha propuesto endeudarse en 1998 en alrededor de 40 mil millones de pesos. Los aguerridos quieren más deuda. Cuando existen recursos ociosos en la sociedad, usarlos para financiar un mayor crecimiento del déficit fiscal no está mal, siempre que este crecimiento sea claramente menos que proporcional que el crecimiento del producto interno resultado del mayor endeudamiento. Aún así, no debiera perderse de vista que cualquier déficit fiscal tiene dos significados sociales: es una deuda a cargo del futuro (de las generaciones venideras), y dos, es un mecanismo de transferencia de ingresos (de redistribución hacia arriba), por vía fiscal, a quienes son poseedores de capitales líquidos (el pago de intereses). Entre mayor sea la deuda, y mayor la tasa de interés, mayores serán tales transferencias.

Pero todo esto es la pista 1, en la que las tres fracciones de aguerridos se han acusado mutuamente de actuar ¡por propósitos políticos! En la 2, los aguerridos tendrán 15 reuniones por semana con la SHCP, en las que los acuerdos (sobre los que no tendremos información) llegarán. Al menos eso parecen creer los ``mercados'': la semana pasada nada pasó en la bolsa y las tasas de interés disminuyeron.