La Jornada 26 de noviembre de 1997

Sólo representativo, el sindicalismo mexicano: Rosado

Fabiola Martínez y Alonso Urrutia Ť Dirigente de los más de 300 mil trabajadores del sindicato del Seguro Social y, a partir de este viernes, una de las cabezas principales de la nueva Unión Nacional de Trabajadores, Antonio Rosado, delinea su postura: ``No somos enemigos del gobierno, pero queremos que escuchen la otra parte de la realidad, la del desempleo, la de la pobreza, la inconformidad, el problema social que puede gestarse por esta falta de entendimiento''.

La razón de la nueva organización -define Rosado- ``es la crisis del sindicalismo mexicano, el reconocimiento de que enfrentamos una crisis muy grande, que se agudiza con la muerte de don Fidel, porque con ello se deshace el castillo que él tenía sostenido''.

El sindicalismo -dice- ha perdido fuerza porque ha perdido credibilidad. ``Los trabajadores ya no creen en sus líderes porque sus líderes son los que firman las condiciones deplorables en las que viven. Eso es lo que queremos combatir''.

Militante del PRI, de cuyo Consejo Nacional es miembro, Rosado advierte que entre los objetivos de la central está el de participar en la renovación política del país: ``este proceso es un hecho y nadie lo va detener''. Sugiere que la nueva correlación de fuerzas en la Cámara de Diputados puede ser el artífice del cambio, pero sólo si se termina con las prácticas de venganzas personales que se han dado en principio.

Contra la hegemonía cetemista

Odontólogo devenido dirigente sindical, Rosado pormenoriza las razones que lo han llevado a promover la nueva central: ``Cuando tomo la responsabilidad de la secretaría general y por estatutos debo asistir al Congreso del Trabajo, me doy cuenta rápidamente de que la participación ahí está anulada, el que cuando se atreve a disentir de la hegemónica presencia de la CTM es muy maltratado''.

La eterna presencia de los líderes de las grandes centrales del país -afirma- y su escaso contacto con la base trabajadora evidencian que se trata de un sindicalismo representativo, y de ninguna manera un sindicalismo real.

Durante años, afirma, ``se han apoderado del movimiento obrero para obtener ventajas personales que nos quedan muy claro cuando pasan de senadores a diputados en un círculo interminable. Siempre son los mismos interlocutores del gobierno, los representantes en la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, los que deciden las presidencias del Congreso del Trabajo, pero que no tienen una verdadera representatividad''.

-Pero son los que firman los pactos, los aumentos salariales, las condiciones de los trabajadores...

-Los topes salariales, los aumentos de precios, los aumentos de impuestos; ellos han participado en lo que podría considerarse como la descomposición laboral del país. Vivimos una escasez de empleos, una Bolsa de Valores que no representa nada más que dinero que se reproduce, mientras hay bajos salarios, en una actitud francamente antipatriótica. Hay muchos rezagos porque no son escuchadas las demandas de la gente.

Se podría pensar -agrega- que el gobierno no va a perder la interlocución con los que siempre lo han apoyado en su proyecto económico, ``no tenemos la menor duda, pero estamos dispuestos a conquistar esta interlocución, esta representación de los trabajadores. No estamos mal intencionadamente enfrentándonos al gobierno, pero no queremos que nos manden a llamar un sábado en la noche para firmar un pacto que ya acordaron con la CTM''.

Aunque afirma que no hay ruptura con el gobierno, Rosado sostiene que también le debe quedar claro al sector gubernamental que ``vamos a dar la lucha lo suficientemente fuerte'' por las demandas sindicales. ``Si tenemos que crecer con inflación, pues habrá que hacerlo porque así han salido de la crisis muchos países, y no por darles gusto a los organismos internacionales vamos a seguir la fórmula exclusiva de contener la inflación''.

No quiero decir que haya hiperinflación, pero en un momento dado, los trabajadores estaban mejor en los tiempos de Miguel de la Madrid, cuando se les aumentaba tres veces al año, que ahora que se tiene una inflación muy baja.

Aunque crítico de algunas políticas económicas del gobierno, Rosado tampoco cree que la reducción del IVA sea una solución. ``Eso es una postura política de la oposición porque ¿usted cree que va a mejorar la economía de los trabajadores si en lugar de 15 por ciento pagan 14 por ciento?''.

Marginado de la tradicional postulación del PRI a la diputación que corresponde a los dirigentes del SNTSS, Rosado dice que no renunciará a ese partido, al que define como debilitado. ``El gran problema del PRI es que la ciudadanía ya no cree en ellos, pues mientras el PAN y el PRD han estado avanzando, enarbolando las demandas ciudadanas, el PRI sigue manejado por quienes ya no tienen credibilidad porque siempre son los mismos''.

-¿Qué postura tendrá que tener la nueva central frente al PRI, frente a los partidos?

-Si queremos seguir siendo incluyentes y democráticos la obligación es ser plural -dijo finalmente.