Colaborar con 4 mil pesos, solicita Barnés de Castro a cada ex alumno
Claudia Herrera Beltrán Ť El rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, dijo que la máxima casa de estudios es, entre todas las instituciones públicas de educación superior, ``privilegiada'' por el subsidio que recibe del gobierno federal, pero necesita el apoyo económico de los sectores público y privado, de la sociedad civil y de los ex alumnos, para realizar sus tareas sustantivas.
Durante el desayuno anual con ex alumnos de la UNAM, Barnés los invitó a que colaboren con el sostenimiento de la institución dando 4 mil pesos cada uno, la quinta parte del costo de sus estudios en un año, y calculó que ``si se despiertan las fibras sensibles de cada egresado'' la institución recaudaría 20 millones de pesos anuales.
A cambio, ofreció que las autoridades universitarias usarán con mayor transparencia los recursos que la sociedad pone a su disposición y continuarán con la política de ahorro interno, aunque ello signifique seguir en un proceso de ajustes internos difíciles y a veces dolorosos.
Invitó, asimismo, a los empresarios interesados en hacer contribuciones económicas a la Universidad Nacional, para que informen a las autoridades universitarias de sus necesidades laborales con el fin de que la institución forme a sus educandos de acuerdo con los requerimientos del sector privado.
De esta manera, afirmó Barnés, las empresas se ahorrarían cerca de 20 mil pesos anuales por cada egresado que contraten, pues no tendrían que erogar una cantidad similar en darles una preparación adicional para el trabajo.
A más de una semana de haber iniciado la consulta de su proyecto de Plan de Desarrollo Universitario 1997-2000, Barnés se comprometió ante los egresados universitarios -que también pueden participar en ese proceso- a escuchar todas las sugerencias, analizarlas y, si es pertinente, incorporarlas a la versión final.
Dijo que el grado de claridad y consenso que logre obtener este proyecto resultará determinante en el buen desarrollo que pueda alcanzar la institución en el futuro, porque el plan integrará la visión que los universitarios tienen sobre la UNAM.
Acerca del financiamiento, dijo que por ser una institución privilegiada por su planta académica, la alta demanda de ingreso a sus programas de bachillerato y licenciatura y las instalaciones con que cuenta, la Universidad Nacional tiene una enorme responsabilidad de mejorar su calidad y conseguir más recursos económicos.
Explicó que para llevar a cabo los objetivos que se ha propuesto, la universidad requiere de una gran inversión en capital humano, instalaciones y tecnología e infraestructura.
Por ello, afirmó que la UNAM requiere que otros sectores públicos y privados, la sociedad civil y sus ex alumnos, apoyen de manera creciente las acciones que la máxima casa de estudios realiza.
Señaló que, en respuesta, la UNAM se ha preocupado por ofrecer vías alternas a los ex alumnos, mediante programas de educación continua y a distancia que les permitan obtener preparación adicional para estar actualizados.
Posteriormente, Barnés entregó el Premio Universidad Nacional 1997 a doce académicos que se han distinguido en forma excepcional en su labor durante por lo menos diez años, y quienes han hecho aportaciones en los campos de la docencia, la investigacion y la difusión de la cultura.
Así, a los 192 universitarios que desde 1985 han recibido ese reconocimiento se sumaron ayer los nombres de Cinna Lomnitz, Eugenio Ley Koo, Lydia Rodríguez Hahn, Carlos Martínez Assad, Bolívar Echeverría, María Barrón, Alvaro Matute, Colin Micahel White Muller, Alicia Rosas, Consuelo Ceballos, César Treviño y Luisa Durón Crespo.