La Jornada 27 de noviembre de 1997

La estructura sindical, hecha para un país que ya no existe, señala Hernández Juárez

Alonso Urrutia y Fabiola Martínez /II Ť Las definiciones en materia económica que plantea la Unión Nacional de Trabajadores reclaman un ``viraje en la política de pactos neoliberales'', para avanzar hacia una nueva orientación que incluya una reforma fiscal que reduzca el IVA a 10 por ciento y suprima el impuesto sobre nóminas, una política salarial que revierta la caída del poder adquisitivo y la suspensión de los procesos de privatización de petroquímicas, ferrocarriles o electricidad.

En vísperas de conformarse como nueva opción sindical, la UNT señala en su diagnóstico económico que las cifras oficiales no reflejan la ``realidad lacerante'' que existe entre millones de mexicanos. ``La realidad es diferente, ya que los índices de pobreza y extrema pobreza continúan incrementándose y los salarios siguen cayendo de manera estrepitosa''.

Los planteamientos en materia económica tienen mayores afinidades con las propuestas de los partidos de oposición, en especial del PRD, que con la política gubernamental. Sin embargo, advierten: ``La discusión sobre la política económica no puede ni debe convertirse en un escenario de confrontación ni de intransigencia, sino en un espacio para los consensos''.

Para el investigador Enrique de la Garza, la nueva correlación política del país puede favorecer las reformas que en materia económica y laboral reclama la nueva central. Las afinidades que pueden tener con los partidos de oposición, sobre todo con el PRD, serán un factor que le permitirá elevar su capacidad de negociación.

Punto central de las demandas que enarbolará la UNT es una redefinición de la política social. Sus posturas en materia económica y social han sido desarrolladas a lo largo de los sucesivos foros convocados para el análisis de la realidad que enfrenta el sindicalismo.

En un estudio del Centro de Análisis Multidisciplinarios de la UNAM se señala que en la década de pactos económicos la canasta obrera indispensable tuvo un incremento de mil 347 por ciento. En ese lapso se registró un repunte en los índices de pobreza, al pasar de 59 millones de mexicanos a 75 millones.

La UNT señala que las tendencias de deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores obligan a la elaboración de un ``nuevo pacto social''. Afirma que existen áreas prioritarias de la política económica donde es ``socialmente indispensable'' empezar a construir consensos.

La recuperación del salario es, desde luego, un objetivo inmediato de la central. Para la UNT una política de incremento salarial sostenido en términos reales no es necesariamente inflacionario sino, por el contrario, un factor que podría alentar el fortalecimiento del mercado interno.

``El aumento en el costo de la mano de obra puede ser compensado por el aumento de la productividad pactado entre empresa y sindicato. Esta creciente productividad social permite considerar que la reorientación del modelo económico no sólo es posible, sino que es una prioridad para la generación de empleos.''

Revisión del TLC

Miembros de la dirigencia señalan que la nueva relación obrero-patronal deberá estar basada en el impulso de la productividad en las empresas, que permita enfrentar la creciente competencia internacional y los intereses expansivos que representan sin ningún compromiso social.

En ese contexto, la nueva central plantea una ``indispensable'' revisión del Tratado de Libre Comercio (TLC), para lograr una adecuación que ``no implique una apertura indiscriminada ni facilidades incondicionales a la inversión extranjera''.

Sin embargo, advierten que la revisión del acuerdo comercial no deberá darse en la misma lógica que se dio en 1993. Por el contrario, hoy deberá incluir una más amplia participación de los diversos sectores productivos y en especial del sindicalismo.

``No se trata de volver al proteccionismo o de apoyar la ineficiencias, sino de aplicar una política más gradual y facilitar la competitividad en condiciones de igualdad.''

En el ámbito fiscal, la UNT prevé, entre otros aspectos, la reducción del IVA a 10 por ciento, con excepción de los artículos suntuarios en los que incluso podría incrementarse; introducir un nuevo impuesto sobre las inversiones especulativas; revisar el régimen especial de maquila, y promover incentivos y subsidios temporales para las micro, pequeñas y medianas empresas.

En ese sentido, para la UNT la política fiscal debe estar sustentada más en una simplificación administrativa que permita combatir la evasión fiscal que se da en la economía informal, así como la ampliación de la base de contribuyentes.

Defensa de empresas estratégicas

Otro aspecto relevante de los planteamientos económicos de la UNT es el papel del sector público en la economía. ``La reconstrucción de un sector público dinamizador y orientador del conjunto de la economía'', aunque complementado por una mayor supervisión de las entidades públicas por parte del Poder Legislativo e incluso con controles ciudadanos.

Al interior de la central existe la ``plena coincidencia'' en la defensa de empresas estratégicas como las del petróleo y la electricidad, aunque también se pugna por suspender los actuales procesos de privatización de las petroquímicas, los ferrocarriles y todos aquellos ``que lesionan conquistas históricas de los trabajadores''.

En los documentos básicos de la UNT se reclama que el propio Congreso de la Unión ``revise los procesos de privatización y de la política de concesiones llevada a cabo, para evitar tantos negocios ilícitos y hacer respetar los preceptos constitucionales''.

En torno a lo que corresponde a la política social, la propuesta de la UNT considera un incremento sustancial en términos reales del gasto social.

La canalización de mayores recursos para los ámbitos de salud, educación, combate a la pobreza extrema, entre otros, son un aspecto que debe preverse en el nuevo modelo económico.

Para la UNT, se requiere de partidas presupuestales que verdaderamente incidan en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población y no una política económica que sólo consolide las cifras oficiales de crecimiento económico.


Alonso Urrutia y Fabiola Martínez Ť Hace casi 10 años que inició su primera tentativa de crear una nueva organización sindical. Ahora, en vísperas de convertirse en miembro de la presidencia colegiada de la Unión Nacional de los Trabajadores, Francisco Hernández Juárez afirma: ``la estructura sindical está hecha para un país que ya no existe; el marco jurídico laboral sólo favorece la intervención gubernamental para controlar al sindicalismo''.

Crítico frontal de la hegemonía cetemista en el movimiento obrero, Hernández Juárez añade que ``ya no es posible concebir que hoy, cuando la reforma del Estado favorece la participación social y la democratización del país, a los trabajadores aún no se les dé la oportunidad de organizarse por sí mismos''.

La reforma del Estado -subraya el dirigente del sindicato de telefonistas- ``no ha tocado ningún ámbito que permita recuperar la autonomía e independencia del sindicalismo, que oriente las relaciones laborales hacia una perspectiva más equitativa''.

Para Hernández Juárez, la tarea inmediata de la UNT es replantear las relaciones a partir de un nuevo acuerdo social con el sector privado; un acuerdo, dice, que no sustente más la competitividad de las empresas mexicanas en el ``abaratamiento del costo de la mano de obra''.

``Mucho de la relación productiva -afirma el dirigente- se ha viciado porque en realidad los mecanismos en los que se soporta, se fundamentan en el control, la explotación y en el mayor sacrificio de los trabajadores. Es tiempo ya de saldar la deuda que se tiene con ellos''.

Dirigente sindical de uno de los sectores que han entrado de lleno a la competencia internacional, advierte que ya no es posible que para enfrentar la competencia se abaraten los costos laborales, o se busque atraer inversiones sobre la base de los bajos salarios. ``Desde esa lógica, Haití debería ser un país sumamente atractivo a las inversiones''.

Repartir los beneficios económicos que conlleva la mayor productividad

Es tiempo -apunta- de replantear esa relación, de adecuarla a una realidad económica mundial en donde los retos de la globalización y de los mercados regionales son una realidad irreversible. Ello incluye un cambio de actitud del sindicalismo porque ``hay la impresión de que la actitud de los sindicatos frente a estos retos es simplemente oponerse a ellos o ver de que manera se pueden eludir''.

Hoy la relación debe partir de establecer un diálogo entre empresarios y el sindicalismo para alcanzar acuerdos que permitan lo mismo mejorar la competitividad empresarial con mayores niveles de productividad, que repartir los beneficios económicos que esto conlleve.

Si nos ponemos a revisar la problemática industrial, rama por rama o a nivel regional, ``seguramente llegaremos a la conclusión de que el incremento salarial no es un factor que frene el desarrollo de la industria''.

Por lo pronto, el contexto en que surge la UNT -plantea- es el agotamiento del modelo cupular de pactos económicos. Las políticas aplicadas por el gobierno, la visión empresarial de abatir costos laborales y la connivencia de los dirigentes sindicales oficialistas han favorecido la realidad de desempleo y caída del poder adquisitivo que enfrentan los sindicatos.

``En 10 años de pactos, hoy los trabajadores están peor que antes. Es obvio que el sindicalismo pasa por una etapa difícil que incluye la falta de credibilidad creciente, por lo que es necesario recuperar el sindicalismo''.

Ese es el principal reto de la UNT, la transformación de las organizaciones para convertirlas en un factor que realmente incida en las políticas económicas y sociales; reivindica al sindicato como instrumento de lucha de los trabajadores.

En este contexto, una de las tareas inmediatas es la modificación de la Ley Federal del Trabajo ``no para eliminar derechos, sino para arrancar al gobierno el control sobre los sindicatos; para impulsar la autonomía de las organizaciones''.

Para Hernández Juárez el movimiento ya se ha convertido en una referencia ineludible que les permite tener interlocución con el gobierno. ``Ellos lo saben y los empresarios también; ya no tiene caso pactar con la CTM o el Congreso del Trabajo''.


Fabiola Martínez y Alonso Urrutia Ť En el proceso de conformación de la Unión Nacional de Trabajadores, algunos de los dirigentes han sostenido ya reuniones con el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet; el secretario del Trabajo, Javier Bonilla, y algunos subsecretarios. ``No para pedir permiso, sino para notificar, con responsabilidad, de la creación de la nueva central'', dijo Antonio Rosado, líder de los trabajadores del Seguro Social.

Agregó que del sector gubernamental no han recibido presiones, e incluso se diría que la naciente organización ``es bien vista'', mientras que los ataques vienen de directivos de las centrales oficialistas.

Por su parte, el secretario general del STUNAM, Agustín Rodríguez, señaló que esta nueva central ``no pide permiso y reivindica su independencia como organización sindical''. A su vez, el dirigente de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez, adelantó que la nueva central privilegiará un importante acercamiento con la Cámara de Diputados para poder incidir en las definiciones económicas y alcanzar sus objetivos.

En conferencia de prensa para dar a conocer una asamblea que se efectuará mañana, dijeron que los principales embates contra la central provienen de algunos de los dirigentes de centrales oficialistas a quienes no conviene la creación de una nueva opción sindical.

Por lo pronto, ayer se anunció la adhesión de nuevas organizaciones. Se desprendieron ayer miembros de la directiva de la Confederación Obrera Revolucionaria (COR) -organización afiliada al Congreso del Trabajo y a la corriente sindical identificada con el SNTE- para adherirse a la Unión Nacional de Trabajadores.

Luego del ``desprendimiento negociado'', aseguraron que las bases de la COR sí desean afiliarse a la nueva central obrera pero que su dirigente nacional, Joel López Mayrén, no ha permitido el cambio democrático ``ni ha cumplido con los principios de democracia y honestidad sindical''.

Encabezados por Miguel Bello, ingresarán a la UNT bajo el nombre de Confederación de Trabajadores Democráticos, que espera agrupar a 12 mil personas, provenientes de 10 sindicatos, principalmente de la industria química y del vidrio; con ello la COR pierde no menos de dos mil membresías.

Al movimiento se anexaron el ex tesorero de la COR, Víctor M. Flores Trueba, y Angel Olivo, hijo del fundador de esta confederación, quienes encabezaron la corriente ``democrática'' desde 1991.

Entre tanto, por la mañana, en una reunión de la Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios (Fesebes), Rosado invitó formalmente al Sindicato Mexicano de Electricistas a sumarse a la UNT. Sin descartar el planteamiento, la directiva de los electricistas señaló que esto se sometería a consulta de las bases.

Comienzo con dos millones de afiliados

Hernández Juárez también anunció que se han incorporado algunos trabajadores de sindicatos oficialistas e incluso un ala importante del magisterio de Durango. ``No estamos haciendo una labor de zapa en las organizaciones oficiales, pero estamos abiertos a los sindicatos y trabajadores que quieran afiliarse''.

En la rueda de prensa, Rosado abordó de nueva cuenta la postura frente a los pactos, tras de señalar que su participación dependería de la posibilidad de incidir realmente en las determinaciones. ``Si nos quieren dar a firmar una noche lo que ya acordaron con la CTM, no tendrán ningún respaldo''.

Rosado insistió en que estos acuerdos sólo tienen validez si existe la posibilidad real de participar en las decisiones; de lo contrario sólo reproducen esquemas cupulares.

En vísperas de la asamblea, el martes pasado finalizaron las asambleas estatales para conformar la UNT a nivel nacional con las efectuadas en Campeche, Chihuahua y Durango.

El dirigente del SNTSS dijo que las nuevas adhesiones esperan superar para este viernes los dos millones de trabajadores como membresía. Por lo pronto, ayer por la tarde volvieron a reunirse los representantes de los sindicatos que conformarán la UNT para definir más específicamente el plan de acción que habrán de establecer en sus primeros días de existencia.