Silvia Gómez Tagle
Las razones políticas de la economía

Desgraciadamente los hombres y las mujeres de la calle no entendemos las políticas económicas, pero es un hecho que todos sufrimos sus consecuencias; claro está, unos las sufrimos más que otros. Parece haber una coincidencia sospechosa entre quienes ``más entienden'' el porqué de estas políticas económicas y quienes se benefician de ella.

Los rescates bancarios y carreteros, las altas tasas impositivas, los salarios deprimidos, el bajo gasto social, han convertido a este país en un excelente pagador de la deuda pública, han producido estabilidad y crecimiento en las cifras macroeconómicas, pero los beneficios para el pueblo en general no se perciben por ningún lado.

En las discusiones de las dos últimas dos semanas parece que el mayor problema está en la Ley de Ingresos, por la negativa del presidente Zedillo a reducir los impuestos, negativa que se traduce acríticamente en una negativa de la bancada priísta en la Cámara de Diputados. El PRD ha dicho que reducir el IVA fue un compromiso de campaña, lo cual no es un argumento despreciable porque este partido se juega su credibilidad futura.

En realidad todos los partidos de oposición ofrecieron buscar nuevos caminos para encauzar la economía y ahora no deberían olvidar ese compromiso. Pero bajar impuestos de un tipo no necesariamente significa bajar todos los impuestos, y aumentar el gasto social podría ser compensado con otros ahorros.

El IVA es un impuesto inflacionario, eso no es teoría, es un hecho que hemos comprobado en los últimos tres años todos los mexicanos; nos gustaría saber ¿por qué bajar el IVA no puede repercutir en bajar los precios, si cuando subió sí subieron los precios? Cuando menos en los productos básicos como energéticos, transportes, comunicaciones, bienes de consumo familiar, alimentos, servicios como restaurantes, hoteles, se podrían controlar los precios.

¿Cuál sería el obstáculo para bajar los impuestos en algunos productos y aumentarlo en otros como vinos y licores, tabaco y algunos bienes de consumo suntuario, como hoteles de lujo? Otra posibilidad para restructurar el ingreso fiscal es incrementar la carga fiscal a las personas y los negocios que perciben más altos ingresos y disminuirla para los trabajadores de ingresos bajos.

Si se incrementan los salarios y se reducen los impuestos, también se estimularía el consumo y con ello podría haber una economía más dinámica. A fin de cuentas el nivel de ingresos real lo da la productividad y una economía en expansión aprovecharía mejor la planta productiva instalada en el país y sería más productiva.

Por el lado de la Ley de Egresos también se pueden adoptar criterios diferentes a los que se han venido manejando, en primer lugar podrían eliminarse partidas secretas de todo tipo que sólo sirven para ocultar los abusos de funcionarios públicos, podrían reducirse prestaciones extraordinarias de los funcionarios, se debe discutir la pertinencia de los rescates y de los privilegios otorgados a los sectores financieros, así como la conveniencia de fincar, como se pretende, el desarrollo futuro del país en inversión privada extranjera ``volátil'', o quizás pensar en restructurar la deuda pública a plazos y en condiciones diferentes.

Hay que recordar que los ciudadanos en un país democrático tienen el derecho de exigir que se les expliquen los criterios con los que se administran los recursos y se deciden las políticas económicas. Ahora, por primera vez en México, ese debate se da en la Cámara de Diputados, y los hombres y mujeres de la calle podemos enterarnos de algunas de las razones en favor y en contra de las iniciativas presidenciales.

Pero en realidad, tanto los miembros del gabinete económico, como los partidos deberían poner mayor atención en debatir públicamente los argumentos a favor o en contra de sus propuestas y explicarnos a los no especialistas las implicaciones que tienen, porque deben recordar que: a) fue un compromiso público contraído con los electores en las campañas políticas; y, b) si la democracia política en México se consolida, tanto en las elecciones locales como federales, la política económica será un tema de gran importancia para que los votantes decidan sus preferencias, por eso no se puede despreciar la opinión de los hombres o mujeres de la calle que son, en última instancia, la mayoría