PGR: en el ataque a Blancornelas, gente del narco
Jorge Alberto Cornejo, corresponsal, Tijuana, BC, 27 de noviembre Ť El propietario y director del semanario Zeta, Jesús Blancornelas, sufrió la mañana de este día un atentado armado en el que murieron su guardaespaldas y uno de los cinco gatilleros que lo atacaron a unas cuadras de las oficinas centrales de la publicación, en la colonia Las Palmas de esta ciudad.
Por la noche, en un comunicado, la PGR informó que el agresor muerto respondía al nombre David Barrón Corona, alias el C. H., a quien identificó como un importante miembro de la banda delictiva comandada por los hermanos Arellano Félix.
El atentado se produjo a tres semanas de que el gobierno estatal retirara la guardia que había dispuesto a favor de Blancornelas, luego del asesinato en el mes de abril de dos ex colaboradores del semanario.
Por la tarde, el delegado de la Procuraduría General de la República (PGR), José Luis Chávez García, había anunciado que la dependencia ejerció la facultad de atracción al fuero federal de las investigaciones relativas al atentado en contra del periodista y el homicidio de su escolta Luis Lauro Valero Elizalde.
Por esa razón, la PGR dispuso el envío inmediato, desde la ciudad de México, de un equipo de investigadores, agentes del Ministerio Público y peritos. Asimismo, ordenó un despliegue de agentes de la Policía Judicial Federal en torno a la seguridad de Jesús Blancornelas.
Chávez García argumentó la atracción del caso por la existencia de elementos suficientes para estimar que en los hechos ``participaron miembros de alguna organización delictiva y no se trató de una acción aislada ni circunstancial''.
La agresión ocurrió poco antes de las 9:30 horas y de acuerdo con las primeras versiones policiacas se trató de una emboscada de la que el periodista resultó herido de bala en la espalda, en un costado y en una mano.
El vehículo que conducía el comunicador presenta varios impactos de bala que son pocos comparados con los más de 50 que recibió la camioneta Ford Explorer en la que viajaba su escolta Luis Lauro Valero, quien falleció en el lugar.
Blancornelas se dirigía de su casa a las oficinas del semanario cuando a la altura de la avenida Chula Vista, esquina con San Francisco, fue atacado primeramente por un gatillero que portaba una escopeta, el cual alcanzó a ser herido de muerte por el escolta del periodista. Este a su vez fue utimado por los disparos producidos por otros cuatro gatilleros armados con ametralladoras y pistolas de diferentes calibres, informó Antonio Hiram Muñoz Lara, director de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Los cuatro huyeron en un vehículo deportivo marca Grand Prix de reciente modelo, un Nissan Maxima, color blanco, y una camioneta tipo Van del mismo color que fueron localizados más tarde abandonados en la avenida Melchor Ocampo de la colonia 20 de noviembre. En el primer vehículo la policía detectó rastros de sangre por lo que se sospecha que cuando menos uno de los agresores resultó herido.
De acuerdo con fuentes judiciales consultadas, el atentado habría sido cometido por quienes el pasado viernes 14 de noviembre ultimaron a dos militares con licencia que se desempeñaban como agentes de la Policía Judicial Federal.
``El doble crimen de los federales tiene similitudes con este caso. Se utilizó el mismo tipo de armas y estrategia. También en este caso los responsables llevaban las llamas de los dedos cubiertas con cinta adhesiva y guantes de plástico para no dejar rastro de su identidad'', dijo la fuente.
Según un reporte de la PGR, el gatillero muerto, David Barrón Corona, fue identificado mediante el cotejo de sus huellas dactilares y era buscado por las autoridades mexicanas y estadunidenses por la comisión de varios delitos, entre ellos el homicidio del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993.
Por su parte, el comandante de la Segunda Zona Militar correspondiente a Baja California y con sede en esta frontera, Rigoberto Castillejos Adriano, señaló que el ejército participó en los infructuosos operativos para tratar de detener a los responsables del atentado.