Identificaron testigos a sólo 5 zorros y jaguares
Humberto Ortiz Moreno Ť Al cabo de 45 confrontaciones entre tres testigos y 15 ex jaguares y zorros presos, y luego de más de ocho horas de diligencia, los defensores de los policías se unieron para denunciar que el MP pretende prefabricar culpables al presentar, previamente a los careos, fotografías de sus clientes a quienes debían identificarlos, lo que desvirtúa plenamente el proceso.
Así, consideran que están desvaneciéndose los cargos en contra de los acusados. En tanto, el juez 19 de lo penal, Cleofas Lucas Pérez, dictó auto de formal prisión al coronel Jesús Alonso Valdés, ex director de Motopatrullas.
``Al parecer estuvo en el lugar de los hechos, se parece'', fueron las respuestas en siete titubeantes identificaciones. Unicamente ubicaron a cinco plenamente durante la diligencia de ayer en el juzgado 19 de lo penal: los zorros Oscar Manuel Bazán Figueroa, Agustín Luna Ramírez, Jacinto Zavaleta Martínez, Ramón Plata Pichardo y César Sánchez Cruz, quienes iban vestidos de civil y fueron, según las declaraciones ministeriales, los que ejercieron mayor violencia.
Legalmente desistidos cuatro de los siete testigos, sólo comparecieron Claudia Hernández Zárate, Graciela Rodríguez Acosta y el menor Oscar Alonso García Torres, quienes, respectivamente, reconocieron con ciertas dudas a siete, cuatro y uno, respectivamente, de sólo 15 de los 26 policías procesados. Se presentaron en la reja de prácticas ocho ex jaguares y siete zorros, todos ellos vestidos con el uniforme que tenían puesto el 8 de septiembre: aquéllos, de azul y casco, los segundos de camisa a cuadros y pantalón de mezclilla.
Hernández Zárate dijo que no era Gonzalo Granados Villaseñor el que jalaba a su esposo Daniel Colín Enciso el día de la balacera, sino Oscar Manuel Bazán Figueroa, lo que inconformó a la abogada Silvia Araceli Puente Aguilar, quien pidió al juez tomar esto en cuenta como prueba para evitar la confronta, lo que denegó la autoridad judicial a petición del MP.
Y así se sucedieron los careos. A cada momento, la defensa de los policías procesados se sentía más segura del caso.
Ante la débil identificación de los testigos, los abogados decidieron abrirse; prometieron toda la información que sea necesaria a los medios de comunicación y nombraron como su vocero a Enrique Guzmán Gamboa, quien por cierto, ayer mismo, presentó un cuestionario de 52 preguntas para el general Enrique Salgado Cordero, secretario de Seguridad Pública, al cerrarse el plazo para ello y a fin de que el militar conteste el próximo primero de diciembre.
Por su parte, José Rigoberto González Sánchez, abogado del coronel Jesús Alonso Valdez, ex jefe de Motopatrullas de la SSP y hoy procesado por homicidio calificado en agravio de los seis jóvenes de la Buenos Aires, asegura tener pruebas contundentes de que el militar no estuvo en ese lugar el 8 de septiembre porque a esas horas, incluso, ``sostenía una reunión con sus superiores''.
Hay gente, afirmó, que lo vio entrar y salir de las oficinas de los mandos de la SSP y ``tendremos que convencerla'' de que se presente a testificar. Además, apuntó, hay un libro que consigna las audiencias que conceden los altos jefes a sus subordinados.
El chofer debe declarar
El testimonio del chofer sigue siendo, para la fiscalía y los familiares de los jóvenes victimados, fundamental para el desahogo de pruebas. Y es que Víctor Tomás Neria Cedillo, quien tripulaba el autobús de la ex Ruta 100 que recogió a los seis muchachos el 8 de septiembre, sólo apareció en el juzgado 19 los pasados días 19 y 24 de noviembre, pero curiosamente ayer, cuando finalmente hubo careo, no se presentó y quedó como desistido de su testimonio en contra de los policías.
La madre de Román Morales Acevedo, la señora María del Carmen Acevedo, acusó a la defensa de los ex jaguares y zorros de gestionar el retiro del conductor, como una maniobra para evitar que los identificara.
Ella, como María de la Luz Leal Alonso y María Victoria López Inés, fueron al juzgado 19 y, como todos los asistentes, se encontraron con familiares de los policías procesados que, mediante cartulinas pegadas en los cristales del lugar, pidieron justicia y libertad para sus parientes, pero particularmente exigieron la comparecencia del general Enrique Salgado Cordero.
Este otro careo fue pacífico. Los consanguíneos de los ex jaguares y zorros llevaron rosas blancas y, como un símbolo de comprensión mutua en el dolor, las regalaron a las madres de los muchachos ejecutados.