EL TONTO DEL PUEBLOŤ Jaime Avilés

Menos presupuesto a la guerra

1

En las primeras semanas de este año -enero o febrero, el tonto del pueblo ya no lo recuerda-, el ``gobierno'' de México se puso al borde de un ataque de nervios cuando, en Washington, todo parecía indicar que la administración del vil Clinton se negaría a ``certificar'' su política antidrogas. Al cabo de ``intensos cabildeos'', el primer círculo de Los Pinos obtuvo la ansiada ``certificación'', pero

la secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albrigth, dijo entonces que observaría a México ``con microscopio''.

El jueves, durante una reunión con los diputados de su partido, el doctor Zedillo expresó lo siguiente, en la síntesis del reportero Roberto Garduño: ``Si se cambia la política tributaria, el país correría un enorme riesgo pues, nos guste o no, todas las economías están bajo lupa'' (La Jornada, 28/11/97).

Nunca un presidente mexicano había reconocido, de manera tan franca y elocuente, que se encuentra a la cabeza de un ``gobierno'' que no conduce ni decide la política económica del país: simplemente la aplica. En el marco de las gravísimas circunstancias que, para variar, seguimos viviendo, cabe reflexionar sobre este punto, así sea nada más porque pasado mañana llegaremos a la mitad del mandato de un presidente que, en palabras de Michel Camdessus, director gerente del Fondo Monetario Internacional (El Financiero, junio de 1995), ``tuvo el valor de adoptar decisiones que representan el mayor sufrimiento'' para un pueblo.

2

El senador Esteban Moctezuma Barragán, el hombre que aspira a ser el heredero de Zedillo, escribió este miércoles al respecto: ``Bajar el IVA del 15 al 10 por ciento significa una reducción en el ingreso público de cerca de 25 mil millones de pesos. Cada punto que se baja significa 5 mil millones de pesos menos para el gasto público. ¿En dónde propone el grupo opositor dejar de gastar?'' (Reforma, 26/11/97, página 21A). Antes de formular esta bravata retórica, Moctezuma Barragán había predicado líneas arriba:

``(A los diputados del PRD y del PAN) se les olvidó que la consecuencia de bajar los impuestos, discurso muy popular por cierto, es tener que bajar también el gasto público, discurso antipopular que se convierte en más antipopular conforme empieza a especificarse a qué actividad y a cuáles mexicanos se les va a dejar de atender''.

-No, pues ahora sí, don Esteban se puso de pechito -dice el tonto del pueblo.

En un artículo publicado ayer en La Jornada, el doctor Luis Javier Garrido expone una idea que debe convertirse en una bandera de la sociedad civil: ``La demanda apremiante de Ernesto Zedillo a los diputados a fin de que le aprueben 14 mil 220 millones en el rubro de la Defensa, y 5 mil 883 en el de la Marina, para 1988, resulta a todas luces descabellada, pues constituye más del doble de lo que los diputados priístas le aprobaron para 1995, en un año de derroche en gasto militar y en el que según el anuario de World Military and Social Expeditures, México ocupó el segundo lugar en(tre) los que la violencia oficial se dirige contra la población''.

-Así que echemos cuentas -dice el tonto.

3

Si, de acuerdo con Moctezuma Barragán, un punto menos del IVA equivale a quitarle 5 mil millones de pesos al gasto público, la Defensa (14 mil 220 millones) y la Marina (5 mil 883) absorben, juntas, 20 mil 103 millones de pesos, o sea 4 puntos del IVA.

-Ahora bien -dice el tonto del pueblo-, ¿vamos a reducir a cero el presupuesto de las fuerzas armadas? Evidentemente no, mi querido Watson. Lo que sí podemos es exigirle a la Cámara de Diputados que enarbole la doctrina de austeridad de Zedillo para que fije, exactamente, las mínimas necesidades económicas del Ejército, la Armada y la Aviación, de suerte que éstos cumplan satisfactoriamente aquellas actividades, pero ninguna más, que les señaló el Constituyente de 1917: proteger a la población civil en casos de desastre y resguardar las costas y las fronteras. Porque la Constitución, y perdónenme si parezco vociferamentoso -advierte, ahora de pie y dirigiéndose a todo El Imperio de los Sentidos-, la Constitución, señoras y señores, en ningún momento expresa que el Ejército Mexicano deba contar con un presupuesto privilegiado para mantener bajo asedio a las capas más pobres y desamparadas de este país.

4

-Vamos a los datos duros -dice Watson (un turista que visita Tecamacharco-. ¿Cuál es el presupuesto que pide el doctor Zedillo?

El tonto del pueblo saca una libreta y expone. Yo me limito a transcribir.

Zedillo solicitó, para desarrollar su programa de Egresos, un total de 871 mil 567 millones de pesos, de los cuales, el gasto programable es de 613 mil millones de pesos y el gasto no programable, 258 mil 568 millones. De este renglón, 113 mil millones de pesos serían para los estados y los municipios, mientras los 145 mil millones restantes serían para el servicio financiero de la deuda, o sea, para cubrir los réditos de la banca trasnacional, que es la que nos tiene ``bajo lupa''.

En cuanto al gasto social programable -el que se llevarían las instituciones de Educación, Salud, Seguridad Social, del Trabajo, el Abasto y el Desarrollo-, el presupuesto que desea Zedillo contempla en estos rubros un aumento global de 3 por ciento, respecto al que se ejerció en 1997, o sea, una bicoca. Pero, al mismo tiempo, se prevé un aumento de 30 por ciento en la inversión gubernamental para hacer obras en las siguientes ramas: hidrocarburos, electricidad, infraestructura hidroeléctrica (o sea, presas) y transporte.

-Ahí tiene -dice el tonto del pueblo a Watson-, ahí están los gastos duros...

-Muy interesante -el americano, tan feo y lleno de granos como Bukowsky, pero con buena dicción en español, calcula-. Esto supone que Zedillo aumentará 30 por ciento la inversión pública en instalar infraestructura para proyectos como el del Istmo de Tehuantepec. De lo que se trata es de construir mejores instalaciones para agilizar el saqueo de los recursos naturales. Hidrocarburos quiere decir más petroquímicas en Veracruz y Oaxaca, electricidad pues poner la luz para que funcionen las plantas, lo de las presas no tengo idea y lo del transporte pues habla de carreteras como la de Salina Cruz a Coatzacoalcos, sus ramales y la línea del ferrocarril.

-¿Y qué hay del aumento al gasto social? -dice la señora Robinson, que acompaña a Watson.

-Es una doble coca -dice Watson apuntando con el tenedor al tonto-, como bien lo ha dicho mi amigo.

-¿Yo dije que era una doble coca?

-Usted dijo una bicoca. ¿No es lo mismo?

5

En pocas palabras, y en el idioma de Watson y de la señora Robinson, el presupuesto que desea el doctor Zedillo es de 108 mil millones de dólares. Lo notable es que del primero de diciembre de 1994 al primero de diciembre de 1997, el doctor Zedillo ha destinado 48 mil millones de dólares a su programa favorito: el rescate de la banca. Dicho de otra manera, 384 mil millones de pesos.

-O sea que, en cada uno de esos tres años, en promedio -multiplica y divide el tonto del pueblo- la banca ha recibido 128 mil millones de pesos, esto es, 350 millones de pesos al día, esto es, 14 millones de pesos por hora.

-Eso -digo levantando la vista de la computadora en que escribo- es lo que ``no entiende el hombre de la calle'', según dijo el propio doctor Zedillo ahora que estuvo en Canadá.

-Y cómo lo va a entender -asiente Watson- si, de acuerdo con El Barzón, el monto de la cartera vencida está acercándose a los 50 mil millones de dólares. Los bancos han recibido de la administración todo el dinero que no le pueden cobrar a sus clientes.

-Entonces -dice la señora Robinson- ustedes aquí tienen unos pésimos banqueros financiados por un pésimo gobierno.

-¡Valentín! -grita el tonto-. Una botella de champaña para los señores.

Y el que se acerca, a los setenta años de su edad, es nada menos que Valentín Neyer, de quien ya se hablará en esta página otro día.

6

Si observada al microscopio del Departamento de Estado norteamericano y colocada bajo la lupa del Banco Mundial y del Fondo Monetario, la administración del doctor Zedillo continúa financiando a la banca tal y como lo ha hecho hasta ahora, a razón de 128 mil millones de pesos anuales, el selecto club de los Lankenau y amigos que los acompañan obtendrán un poco más de dinero que el total de las 31 entidades federativas, el Distrito Federal y los 2 mil 300 y pico de municipios que mueren de hambre en esta virtual ``república mexicana'', para los cuales, ya lo anotó el tonto del pueblo más arriba, Zedillo desea 113 mil millones de pesos.

Si esta distribución de los recursos federales no se modifica de manera drástica, no ``estaremos llamando al desastre'', sino que sencillamente lo agudizaremos. En la semana que concluye, en el Distrito Federal hubo cinco asaltos bancarios y, sólo durante las horas hábiles del miércoles, cinco personas se suicidaron arrojándose a las vías del Metro, aunque, en descargo de la política económica del régimen, una de ellas padecía esquizofrenia y decidió procurarse la muerte empleando el mismo procedimiento que usó su hermana el año anterior. Si lo cuento aquí, es porque ambos, alguna vez, años ha, fueron mis amigos.

7

Ojalá que los razonamientos desarrollados con tanta torpeza por el tonto del pueblo en esta plana, estén presentes en los discursos que hoy pronunciarán diversas agrupaciones ciudadanas, durante el mitin que celebrarán en el Zócalo para protestar contra la inseguridad pública en el Distrito Federal.

A primera vista -así debe de haberlo apreciado el subcomandante Marcos desde su soledad en las montañas-, la de hoy parece una manifestación contra los abusos cometidos por los mandos militares de la policía capitalina, la incompetencia del último regente designado por el dedazo presidencial, la corrupción que solapa a las grandes empresarios del crimen, la inutilidad de los impuestos que pagan los ciudadanos y que no les sirve para vivir sin el temor a ser asaltados cada vez que salen a la calle.

Sin embargo, vista la catadura de los convocantes principales, y el cuidado que organizaciones como Alianza Cívica han puesto en deslindarse, es oportuno remitirse al artículo que Miguel Angel Granados Chapa publicó ayer en Reforma, y en el que advierte sobre el peligro social que entraña una iniciativa como ésta, que ``destila'', dice con razón, ``una cultura prefascista o precursora del fascismo''.

Pero en el México que pasado mañana cumple tres años bajo la batuta del doctor Zedillo, no debe extrañarnos que de pronto coincidan Televisión Azteca y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

[email protected]