Los capitalinos esperan más honestidad y justicia
Un ambiente de alta complejidad para gobernar
Hace ya casi cinco meses que la mayoría de los habitantes del Distrito Federal celebraron la victoria de Cuauhtémoc Cárdenas, con las enormes posibilidades que ella significaba para la ciudad, para el país y para la democracia. Pero en todo este tiempo, los problemas de la ciudad parecen haberse deteriorado con el surgimiento de nuevas violencias y nuevos agravios, por lo que la llegada del próximo gobierno genera expectativas de todo tipo; la gente quisiera saber ya qué va pasar, con un deseo claro de que las cosas mejoren.
Por su historia, su geografía, su dinámica, su carácter de corazón político de la República, su contexto en el área metropolitana, el número de habitantes, las actividades que aquí se concentran, los desequilibrios socioeconómicos y los problemas que padece, el Distrito Federal constituye un ámbito de alta complejidad, no solamente para quien lo habita, sino especialmente para quien esté encargado de su administración y su gobierno.
En la víspera de que tome posesión el primer gobierno electo democráticamente en la capital del país, el Centro de Estudios de la Ciudad de México --organismo civil dedicado al estudio, análisis y difusión de información sobre la ciudad-- y la Fundación Arturo Rosenblueth, como parte de su programa ``Comunicación para la Democracia'', aplicaron una encuesta sobre los temas de mayor relevancia para los capitalinos, con el objeto de buscar en la opinión pública elementos que ayuden a entender el contexto en el que se desempeñará el nuevo gobierno.
¿Con qué problemas se va a enfrentar el primer gobierno electo del Distrito Federal? ¿Por dónde tendrá que empezar a atacarlos y cómo? ¿Hay confianza en su capacidad política y administrativa? ¿Qué opina y qué espera la gente de esta ciudad al respecto?
Estas preguntas fueron respondidas por poco más de dos mil ciudadanos, que constituye una muestra altamente representativa de la población del Distrito Fedeal. Las respuestas, recabadas entre hombres y mujeres de distintas edades, en calles y plazas de las 16 delegaciones, hablan por sí solas, pero sin duda, esperan también ser escuchadas.
El presente reporte contiene un resumen de las respuestas captadas, presentando resultados generales para toda la muestra, debiéndose mencionar que desde luego existen diferencias significativas y explicables, entre los diferentes grupos sociales (distinta edad, distinta escolaridad, distintos niveles de ingreso y distintas zonas de la ciudad), las cuales no han sido incluidas por razones de espacio, pero que los interesados pueden solicitar directamente a la Fundación Rosenblueth.
Vocación colectiva por una administración más justa y más honesta
En relación a los problemas que más preocupan a los habitantes del Distrito Federal, y sobre los cuales esperan acciones específicas del nuevo gobierno, se encontró que ellos son: el desempleo, la inseguridad (delincuencia), la corrupción y la pobreza.
Así, tanto el desempleo como la inseguridad fueron mencionados como los problemas que requieren más atención en primero y segundo lugar (por el 39% y 40% de la población, respectivamente), seguidos por el combate a la corrupción y a la pobreza, demandados, ambos, por la tercera parte de los habitantes.
Los gráficos de esta primera figura, parecieran decirnos que la opinión pública establece una relación entre los dos primeros fenómenos, es decir, que ante la imposibilidad de obtener ingresos por medios legal y socialmente válidos, un número creciente de gente se ve orillada a ejercer la delincuencia, dando lugar al clima de inseguridad existente, lo cual de alguna manera es cierto, sobre todo entre los jóvenes que se pretenden integrar a la fuerza productiva y no encuentran oportunidades.
¿Pero se trata de problemas distintos o de facetas de un solo problema? Si observamos que el segundo par de asuntos que atraen la mayor atención de la ciudadanía son la pobreza y la corrupción, podemos ir armando el rompecabezas, para descubrir que existe un factor que reúne a todas estas piezas: el desempleo está estrechamente ligado a la pobreza, como la corrupción a la delincuencia, de manera que quizás resulte imposible tratar de resolver cada uno de ellos por separado.
Crear empleos y acabar con la pobreza, combatir a la delincuencia, dar fin a la inseguridad y a la corrupción, son de cualquier modo las prioridades señaladas por la opinión pública como tareas pendientes para el próximo gobierno, lo cual se traduce en una demanda colectiva por una administración más justa y más honesta.
Igual o peor que hace tres años...
Cuando se invitó a los entrevistados a evaluar el crecimiento o disminución de los principales problemas de la capital en los últimos tres años, se obtuvo una visión colectiva bastante negativa.
Los resultados mostrados en la figura 2 señalan a la inseguridad como el mal que más ha crecido en este tiempo, seguido de la corrupción, la contaminación y el desempleo.
Cuando agregamos los porcentajes de quienes piensan que las cosas han seguido igual, llegamos fácilmente a la conclusión de que el DF no ha tenido avances significativos en ninguno de los temas que preocupan a la población.
En relación al transporte público y los servicios municipales básicos, pareciera que el juicio es un poco más benigno, porque mientras un 30% indica que existe un deterioro, para otro 20% la imagen es de mejoría, con una mitad de la población piensa que están igual que hace tres años, (y por lo tanto, que su calidad es aceptable, dado que para muy pocos los temas requieren atención, según la figura 1).
La visión que la sociedad tiene del deterioro o agravamiento de los problemas no es sin embargo homogénea en todo el Distrito Federal, en la figura 2.1 aparecen los porcentajes de personas entrevistadas que dieron respuestas negativas (es decir que la situación ha empeorado) a cada uno de los temas en las diferentes zonas de la ciudad.
La zonificación considerada divide al DF en seis partes, para cada una de las cuales se hicieron cuando menos 250 entrevistas:
Norte (Azcapotzalco, G. Madero), Centro-Oriente (Cuauhtémoc, V. Carranza, Iztacalco), Centro Sur (M. Hidalgo, B. Juárez, Coyoacán), Poniente (A. Obregón, Cuajimalpa y Contreras), Oriente (Iztapalapa) y Sur (Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta y Tlalpan).
De la gráfica es fácil observar que la zona donde se reportan los mayores niveles de deterioro o agravamiento es la del Poniente, mientras que el Sur es la que presenta los menores incrementos a las distintas problemáticas, con más de 20 puntos porcentuales entre ambas.
Tratando de ser más específico en la interpretación de la figura 2.1, podemos comentar la existencia de una visión muy negativa de quienes residen en el Poniente, ya que para ellos los cinco problemas reportados como más graves, se deterioraron en esta administración para más de 70% de los residentes. En las otras zonas existe una coincidencia total de que el mayor deterioro se dio en la inseguridad; de hecho, para el 82% de los habitantes de la zona Norte el problema de la inseguridad creció. El menor crecimiento de este problema es percibido en el Sur (por 65% de los residentes), pero con un grado mayor que los otros problemas. Otro hecho que resalta es la percepción de crecimiento de la corrupción en la zona Oriente (63% de sus pobladores lo ponen como el segundo problema que más ha crecido), y en Centro Oriente (para 50%)
Este análisis nos hace pensar que el nuevo gobierno deberá plantearse y presentar programas diferenciados para las diferentes delegaciones, más que un solo planteamiento global.
Respecto a la problemática de la inseguridad y delincuencia, vinculada necesariamente con el tema de las fuerzas de seguridad, las cuales se habían manifestando desde el proceso electoral, decidimos incluir en la encuesta algunas preguntas que nos permitieran conocer las propuestas ciudadanas para enfrentar la delincuencia y mejorar a las fuerzas de seguridad.
En la figura 3 incluimos las propuestas captadas por la encuesta: La clara ubicación de la sociedad, en la necesidad de atacar el problema de la delincuencia en sus orígenes, generando empleos (28% de los entrevistados lo colocan como la acción más importante) y mejorando la educación (13%), más que realizando operativos policiacos de carácter punitivo que fueron sugeridos por el 9%, podrían constituir de hecho un mandato para el nuevo gobierno, aunado con la clara exigencia de aplicar la ley con energía y sin excepciones, que es la primera recomendación o demanda para un 44% de la población.
Lateralmente resulta importante resaltar el hecho de que la abstención ante la oportuni-dad de emitir una opinión ha disminuido. En ninguna de las preguntas que constituyen el cuestionario las personas entrevistadas prefirieron la opción de ``no saber'', en más de un 5%, lo cual podría significar más allá de una evasiva, un juicio sobre la falta de información adecuada.
A la pregunta de qué hacer con las fuerzas de seguridad del Distrito Federal, las respuestas mayoritarias indican que los ciudadanos tienen una idea clara de lo que se debe hacer; así, para el 40% de los entrevistados, la prioridad número uno está en capacitarles y pagarles bien, mientras que un 43% (27% +16%) recomienda o exige combatir la corrupción y la impunidad entre los policías y sus mandos. En la figura 4 aparecen los porcentajes asociados a las diferentes respuestas, quedando de manifiesto el rechazo popular que existe a la utilización del ejército como fuerza de seguridad.
Cárdenas es confiable; sus colaboradores, no sabemos
El periodo de 5 meses entre la elección del jefe de Gobierno del Distrito Federal y su toma de posesión, ha sido considerado en algunos ámbitos como el tiempo para crear y activar trampas para el nuevo gobierno. Sin embargo, lo que realmente importa es cuál es la imagen que tienen actualmente los capitalinos acerca del nuevo Jefe de Gobierno y de su equipo de colaboradores, y si esta imagen y estas expectativas han variado, para bien o para mal, desde el triunfo electoral del pasado 6 de julio.
La figura 5 muestra los resultados de la encuesta sobre las expectativas ciudadanas ante la gestión de Cuauhtémoc Cárdenas. Las figuras 6 y 7 reflejan, respectivamente, la imagen que los ciudadanos tienen del jefe de Gobierno electo, en la víspera de su toma de posesión y la figura 8 indica cómo ha variado dicha imagen desde el día de las elecciones.
En términos generales, las expectativas de mejoría confirman la tesis que se ha venido desarrollando a lo largo de este análisis. Lo que la gente quiere para el D.F. es una administración más justa y más honesta. Alrededor de 50% de la población, un porcentaje muy similar al de los ciudadanos que votaron por él, piensan que los problemas del DF, en general, van a mejorar, excepto en el caso de la contaminación donde la opinión mayoritaria es de que el problema seguirá igual, con 20% de pesimistas que opinan que el problema se seguirá agravando, fuera del control del gobierno.
En términos generales, el porcentaje de personas que piensan que los problemas del DF se seguirán deteriorando, es reducido. De esta manera podemos afirmar que aún entre quienes votaron en su contra se mantienen a la expectativa, sin descalificar la capacidad del nuevo gobierno.
Es fácil suponer que las expectativas de mejoría en las distintas zonas del DF, o para los distintos grupos sociales, deben presentar diferencias; una muestra de tales diferencias aparece en la figura 5.1 en la que se incluyen los porcentajes de personas entrevistadas que piensan que las cosas van a mejorar, en los distintos niveles de ingreso.
En esta figura se ve que los integrantes de cada grupo de ingreso tienen expectativas muy diferentes sobre los problemas que el nuevo gobierno habrá de resolver. Así, por ejemplo, para quienes tienen ingresos entre $ 4,000 y $ 8,000, sus mayores expectativas de mejora están en relación al empleo (para 2l 42%) y el combate a la pobreza (para el 55%), seguidos del transporte público y los servicios municipales; para los trabajadores de menos ingresos, sus mayores expectativas están en el combate a la corrupción y en la disminución de la inseguridad (para el 55%). Curiosamente para el grupo de mayores ingresos (más de $ 8000), sus mayores expectativas están en los mismos temas que las de los más pobres: la inseguridad y la corrupción, reportados por el 50% de ese grupo, etcétera. Analizar los datos referentes a otras posibles agrupaciones sociales es igualmente importante, aunque no lo hagamos aquí por razones de espacio.
La imagen del nuevo jefe de Gobierno
En las entrevistas realizadas en la encuesta, preguntamos a los ciudadanos sobre la imagen que tienen del próximo jefe de Gobierno y de su equipo de trabajo, sabiendo que el ingeniero Cárdenas es una figura política muy conocida para la población. La imagen es en general buena, aunque algunas características sobresalen, tal como se observa en las figuras 6 y 7.
En la figura 6 se incluyen exclusivamente las respuestas positivas a las diferentes preguntas, alcanzando los porcentajes más altos las que se refieren a su capacidad para resolver problemas del DF. (cerca de 70%) y a su conocimiento de los problemas del DF (75%). Para el 63%, el ingeniero Cárdenas es una persona con soluciones y para 61% es un hombre que cumple sus compromisos. Estos porcentajes reflejan que aún algunos de quienes votaron en su contra le reconocen estas virtudes para gobernar.
La percepción más débil se refiere a la de su honestidad, la cual es reconocida por 50% (un poco más de los que votaron a su favor en julio). No es que la gente piense que es un hombre deshonesto, (aunque 29% lo supone), sino que prefiere no externar una opinión ante la falta de conocimientos, tal como puede observarse en la figura 7. Es claro de estas gráficas que las acusaciones un tanto dolosas y amañadas que en su momento externó su contrincante Castillo Peraza, secundado por el señor Fernández de Cevallos continúan presentes en un sector de la población. De la misma manera, la información o desinformación vertida por algunos medios de comunicación y muy especialmente TV Azteca, sobre la conformación probable del gabinete de Cárdenas, ha conformado una opinión que refleja cierta desconfianza sobre sus posibles colaboradores.
La figura 7, al igual que la 6, nos presenta la imagen del Ing. Cárdenas ante la población, agregando en ella los porcentajes de quienes rechazan a Cárdenas, así como de los que prefieren no emitir una opinión, porque carecen de información adecuada.
Finalmente, se hizo una pregunta más a los entrevistados sobre posibles cambios de percepción en la imagen del jefe de Gobierno, a lo largo de este periodo de espera, entre las elecciones y el cambio de gobierno, encontrando, como se ve en la figura 8, que para 70 por ciento la situación no ha cambiado, y los pocos cambios que se han dado son generalmente de mejoría.
La imagen política de Cárdenas ha logrado mantenerse e incluso mejorar en este largo período entre la elección y su toma de posesión; sin embargo, el encargo que le espera exigirá un alto compromiso porque la ciudadanía, cada vez más participativa y más consciente, no solamente ha depositado su esperanza en un cambio de personas o partidos, sino que está señalando ya la orientación, la forma y el tipo de cambio que debe darse.
Vitrina metodológica
La presente encuesta fue realizada entre el 5 y el 15 de noviembre, entrevistándose a 2,031 personas de 18 años y más en la vía pública, en las 16 delegaciones del DF. El método utilizado de muestreo fue aleatorio con probabilidad de selección proporcional a la población por grupo de edad, de nivel de escolaridad, nivel de ingresos y delegación de residencia. El margen de error es de + 2.5%; nivel de confianza 95%.
Enrique Calderón Alzati y Luz María Méndez