DobleJornada, lunes 1 de diciembre de 1997


jornada contra el sida


Llegó la hora de las exigencias


Hoy se lleva a cabo una jornada más de lucha global en contra del sida; la mortal enfermedad sigue causando gigantescos estragos entre la población mundial. Según reporte de ONUSIDA, a fines de 1996 se calculaba que 22.6 millones de personas vivían infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o con sida: 21.8 millones de adultos y 830 mil niños. Aproximadamente el 42 por ciento de esos adultos eran mujeres, con tendencia a incrementarse.

El informe de Naciones Unidas destaca que, debido al prolongado periodo que media entre la infección por el VIH y el desarrollo del sida, un indicador más útil de las tendencias actuales lo constituye el número de infecciones nuevas: en 1996 se produjeron más de 3.1 millones --a razón de 8 mil 500 infecciones por día.

Es muy preocupante que el número de mujeres infectadas siga aumentando, en gran medida debido a la carencia de información --que fortalece posiciones de grupos oscurantistas que identifican conocimiento con pecado--, así como de efectivas campañas de prevención que hablen, sin tapujos, del uso del condón, explicando en qué consisten las prácticas sexuales de alto riesgo. En el mundo entero, entre 75 y 80 de cada cien infecciones de adultos por VIH se transmiten por una relación sexual no protegida, es decir cuando hay penetración oral, vaginal o anal sin preservativo.

No está de más recordar que la relación heterosexual (entre hombre y mujer) es la vía de transmisión de más del 70 por ciento de las infecciones mundiales de adultos por VIH.

De acuerdo a ONUSIDA, en América Latina y El Caribe la epidemia ha comenzado a afianzarse entre mujeres y adolescentes. Datos obtenidos en puestos de vigilancia de VIH en Sao Paulo, muestran que la prevalencia de VIH entre hombres se ha mantenido estable, mientras que entre las mujeres se quintuplicó. Estudios recientes realizados en Haití permiten observar tasas elevadas de VIH entre embarazadas de 14 a 24 años.

La situación es aún más grave en Africa, sobre todo en la subsahariana, en donde la epidemia alcanza proporciones megatónicas: 14 millones de personas viven con VIH-Sida (63 por ciento del total mundial). Según ONUSIDA, más del 10 por ciento de las mujeres que acuden a consultorios de atención prenatal en zonas urbanas de Kenya, Malawi, Ruanda, Tanzania, Uganda y Zimbabwe están infectadas por el VIH; en algunos lugares la proporción rebasa el 40 por ciento. Estas mujeres se infectan principalmente por vía heterosexual en su adolescencia; las tasas más elevadas de infección por VIH se registran entre menores de 25 años.

La ``fidelidad'' femenina no es garantía frente al sida; la mayoría de las infectadas son monógamas. Es tiempo de comenzar a hablar claramente del sida, de exigir el uso del condón cuando se sospechen (o se sepan) prácticas sexuales fuera de la relación ``formal'' con una pareja. Nos hemos tardado en hablar con los y las jóvenes de prácticas de riesgo. Ha sido una demora criminal.

Hasta el momento el sida es incurable; aún no se ha desarrollado una vacuna eficaz que detenga el avance del virus al que un especialista amigo califica de ``inteligente'' y proteico. Frente al sida, el arma más formidable sigue siendo la prevención. Utilicémosla. (RMR)