En la Buenos Aires, sólo testimonios de ebrios y drogados: Gutiérrez Flores
Humberto Ortiz Moreno Ť El general Luis Roberto Gutiérrez Flores no aguantó la presión de seis horas de interrogatorio, perdió los estribos y se desquitó con dos madres adoloridas: ``No quiero hablar con ustedes, todos son unos rateros, mamás de rateros...''
María del Carmen Morales Acevedo y María de la Luz Leal fueron empujadas por el militar. Irritado, las quitó de su camino. Y ellas, indignadas, le gritaron: ``¡El ratero es usted, gusano inmundo!''.
Ambas revelaron que familiares de los policías procesados les dijeron que sus hijos, Román y Angel, están vivos y secuestrados por el comandante Buenrostro, reconocido el 8 de septiembre como uno de los judiciales que participaron en la balacera.
El director de la Policía Judicial del Distrito Federal compareció, como testigo, en el juzgado 19 de lo penal en torno del caso de la colonia Buenos Aires, y durante el interrogatorio a que fue sometido por la defensa de los 28 policías y tres mandos procesados por homicidio calificado, recono- ció que el día de los hechos estuvo en la zona, recogió diferentes versiones de los hechos y varias personas le señalaron, en el mismo lugar, a determinados individuos que habían participado en la balacera.
Pero él no hizo nada, argumentó, porque quienes incluso acusaron al comandante Buenrostro, que lo acompañaba, estaban ``ebrios y drogados'' y azuzaban a la gente en su contra.
Ante ello, los abogados de los ex jaguares, zorros y ex jefes policiacos indiciados anunciaron que solicitarán al juez Cleofas Lucas Pérez una copia certificada de la diligencia para, con base en los artículos 5, 28 y 47 del reglamento de la Ley Orgánica de la Procuraduría capitalina, fincar responsabilidades al general Gutiérrez Flores, quien en sus respuestas admite haber faltado a sus obligaciones como coadyuvante del Ministerio Público en los hechos de la Buenos Aires.
Aseveraron que el Ministerio Público actuó en apoyo del militar ``para enderezar los errores y cubrir el ridículo'' que ha hecho la Procuraduría capitalina.
Tello Quiñones: ``aguda amnesia''
Por la noche compareció el general Mauro Enrique Tello Quiñones, ex director de Agrupamientos de la Secretaría de Seguridad Pública, quien manifestó una ``aguda amnesia'' en varios momentos, pero en el curso de los cuestionamientos de los litigantes reveló que se hizo cargo de los recorridos de ``reconocimiento'' en la Buenos Aires por instrucciones de sus superiores, los generales Enrique Salgado Cordero y Felipe Bonilla Espinobarros.
Ambos testigos, en sus respectivos turnos, se contradijeron uno al otro. Tello comentó que hubo permanente coordinación con la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal para realizar esos dispositivos a través de Hermenegildo Mones Marmolejo, director B de Robo a Bancos y Delincuencia, pero Gutiérrez lo negó.
Sin voltear nunca su mirada a la rejilla de prácticas donde estaban los policías y ex jefes presenciando el interrogatorio, el director de la PJDF fue literalmente forzado a carearse con uno de los ex jaguares, Enrique Torres Hernández, para informar si lo había visto en alguna ocasión. Lo negó.
Y al final fue cuestionado por el teniente coronel Moctezuma Ilhuicamina Zepeda Rodríguez, ex comandante del desaparecido grupo Jaguares, quien a través de su abogado preguntó: ``Si yo tenía una orden de aprehensión, ¿por qué no se me informó ni mostró ningún documento al respecto, en virtud de que fui ingresado al reclusorio con un certificado médico? ¿Dentro de sus funciones en la Policía Judicial, está el retirarme en calidad de detenido de las instalaciones militares en el interior de un reclusorio del fuero común? ¿Quién lo autorizó a sacar al procesado de la instalación militar (Campo Número 1)?''
El secretario del juzgado, José Guadalupe Flores Suárez, desechó las preguntas por no tener relación con la causa penal motivo de la diligencia y porque se refieren más al fuero militar, y Zepeda se quedó con las ganas.
Los policías procesados se encapucharon con sus chamarras otra vez y ahora exhibieron, algunos, cartulinas en las que podía leerse: ``¡Justicia! ¡Somos inocentes! ¡Gutierritos, qué buenos investigadores tienes! ¡Ingeniero Cárdenas, tenemos confianza en que usted hará justicia...!''
Tello Quiñones atribuyó prácticamente toda la responsabilidad de lo ocurrido en la Buenos Aires a los comandantes de Zorros, Lamberto Ponce, y de Jaguares, Moctezuma Ilhuicamina, quienes, aclaró, nunca le informaron de lo que realizaban en los recorridos de ``reconocimiento'' desde el 2 y hasta el 8 de septiembre en esa zona.