La Jornada jueves 4 de diciembre de 1997

Jorge Legorreta
Ciudad con esperanzas

La llegada del nuevo gobierno en el Distrito Federal convirtió los temores de la ciudad en esperanzas. Un sentimiento generalizado de esperanza nos invade a todos, desde Carlos Fuentes hasta el policía de barrio, pasando por los millones de almas que asistimos al arribo del primer gobierno electo en la historia de la entidad.

El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas tiene ante sí la responsabilidad histórica de consolidar en menos de tres años, los primeros caminos para hacer que dichas esperanzas no resulten efímeras. Cuenta con la confianza ciudadana pero eso no es suficiente. Un primer paso tendrá que ser la erradicación de protagonismos, prepotencias, arrogancias, corrupciones y corporativismos, signos todos ellos de pasadas administraciones; eso marcaría un distingo importante en las formas de gobernar. Pero el mayor de los desafíos será diluir la cultura de oposición y consolidar la de gobierno, única vía para enfrentar en muy poco tiempo, los reclamos ciudadanos más urgentes. En la solución de esos reclamos estarán fincadas las esperanzas en el nuevo gobierno. He aquí los anhelos y los cinco retos más importantes.

Seguridad pública. Lograr que el ciudadano vuelva a transitar sin miedos por las calles, tome un taxi, coma en un restaurante, saque dinero de un cajero automático y ascienda a un microbús sin temor a ser asaltado, vejado y asesinado; el que nuestros hijos salgan al parque y asistan a sus fiestas sin temor a ser secuestrados; volver a caminar y disfrutar la ciudad por las noches y el no atemorizarnos más cuando aparece ante nuestros ojos, una patrulla preventiva o de agentes judiciales; habrá que devolver la confianza en la policía para lo cual hace falta recuperar su dignidad y su extraviada mística de servicio.

Comercio ambulante. Solucionar la desordenada ocupación de calles y banquetas por el comercio informal. El mayor reto será compatibilizar los derechos ciudadanos para transitar libremente por las calles y reglamentar la necesaria venta de productos para millones de consumidores excluidos por sus bajos ingresos del comercio formal y monopólico. El reto será orientar los liderazgos y las redes corporativas partidarias hacia los acuerdos que permitan mediante la creación de los espacios adecuados, convertir el ambulantaje en un digno comercio con todos sus derechos y obligaciones fiscales.

Contaminación atmosférica. El mayor de los anhelos es ver disminuida la gravedad ambiental presente no sólo en los periodos invernales; el que no existan más días de contingencia con dobles no circula y que se erradique la corrupción en los centros de verificación. Habrá que controlar con mayor rigor las fuentes contaminantes e introducir tecnologías limpias a la industria, antes de pasar a su cierre o su traslado. Una sensible disminución de los malestares respiratorios sería el mejor de los aportes durante el próximo gobierno. Una ciudad inundada de árboles y flores por todos lados para producir más oxígeno, devolvería el antiguo verdor a nuestra urbe y con él, las esperanzas por la vida.

Transporte. Convertir los actuales sistemas de transportación pública en opciones más seguras, más cómodas y más eficaces, pues no habrá tiempos ni recursos para la puesta en marcha de sofisticadas tecnologías como los trenes elevados; hay que actuar con lo que tenemos. Nuevas opciones de transporte como tranvías, bicicletas y motos podrían ser experimentadas en algunas calles y colonias,construyendo ciclopistas y estacionamientos. Electrificar el transporte, debe ser la opción.

El agua. Resolver la injusta distribución y el encarecimiento del agua extendiendo las redes hacia las zonas con carencias. Los más pobres abastecidos por pipas pagan siete veces más que cualquier ciudadano con medidor y sólo consumen 14 litros por habitante al día, en comparación con los 250 de sectores medios y 900 de altos ingresos. El mayor de los anhelos es volver a tomar el agua que sale de las llaves; además de almacenar y recuperar el agua pluvial y la de tres ríos impidiendo su desperdicio, pues hoy se va directamente al drenaje.

Para el nuevo gobierno probar que sí se pueden resolver estos reclamos será su principal reto. No hacen falta grandes recursos ni más de tres años; sólo hace falta modificar las formas autoritarias de gobernar imponiendo simplemente la honestidad, que es el mayor valor político del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Sólo así se podrá devolver la confianza en el gobierno y mantener una ciudad con esperanzas.