Los compromisos formulados ayer por Cuauhtémoc Cárdenas en el marco de su toma de posesión como jefe de gobierno del DF -tanto en la Asamblea Legislativa como ante los ciudadanos en el mitin multitudinario efectuado en la Plaza de la Constitución- son de gran relevancia y significación, no sólo porque fijan las posturas y los lineamientos generales que se seguirán en el gobierno de la capital durante los próximos tres años, sino porque abordan de forma transparente y propositiva los retos y problemas de la urbe, así como las estrategias para enfrentarlos.
Entre los señalamientos más destacados formulados por Cárdenas -quien asume el gobierno de la capital en un ambiente de gran expectación y exigencia ciudadana al que deberá responder de manera rápida, eficaz y responsable- figuran los relativos a la seguridad pública, la lucha frontal contra delincuencia y corrupción, la asistencia a grupos sociales e individuos hasta ahora desprotegidos, los programas para la reducción de la contaminación del aire y el mejoramiento de los servicios básicos, el reordenamiento del comercio ambulante, el estricto control y supervisión en el ejercicio de los recursos, y la posible instauración del servicio público de carrera en la administración de la capital del país.
Enfrentar la elevada delincuencia e inseguridad que se padece en la ciudad es, sin duda, la principal demanda de la ciudadanía y una de las tareas prioritarias de la nueva administración. Por un lado, deberán sanearse a fondo las instituciones de justicia y las corporaciones policiacas para erradicar corrupción e ineficiencia y, sobre todo, deberán continuar hasta sus últimas consecuencias las investigaciones en el caso de las ejecuciones de jóvenes de la colonia Buenos Aires, a fin de que los responsables materiales e intelectuales, sean quienes sean, no permanezcan impunes y se les aplique, con todo rigor, las penas que marca le ley. Por otro lado, en el indispensable combate a la delincuencia, el gobierno de Cárdenas -especialmente el nuevo secretario de Seguridad Pública, Rodolfo Debernardi- deberá prestar especial atención a que los operativos y medidas policiacas que se emprendan para la persecución y detención de los criminales no atenten contra los derechos y las garantías de los ciudadanos. De igual forma, deberá revaluarse cuanto antes la participación de militares en las tareas de seguridad pública.
El problema de la elevada deuda pública que recibe la administración entrante es otro de los factores críticos que tendrán que afrontarse. En esta perspectiva, tanto el gobierno de Cárdenas como las autoridades federales, especialmente la Secretaría de Hacienda, deberán emprender un análisis y una revisión abierta y exhaustiva de los términos e impactos del endeudamiento presente y futuro del DF, así como alcanzar acuerdos que garanticen el flujo de recursos necesario para el financiamiento del gasto público de la ciudad, y para cubrir en forma adecuada los créditos ya suscritos o por suscribirse, sin que ello implique la cancelación de obras indispensables para la atención de las necesidades de la metrópoli.
Otro aspecto igualmente destacado de los discursos de Cárdenas es el reconocimiento a la labor desempeñada por las fuerzas políticas y sociales y por los ciudadanos en general, los cuales, ya sea mediante su trabajo en favor de la democracia en la capital del país, o al emitir su voto el pasado 6 de julio, hicieron posible que el DF cuente hoy con autoridades electas y, por ello, más comprometidas con las necesidades y demandas de la población, y del desarrollo armónico de la urbe. Si se considera que históricamente los capitalinos carecían de instrumentos políticos y electorales que les permitieran hacer valer sus exigencias, este señalamiento es aún más significativo, y debe dar pie al establecimiento de mecanismos para que se recojan y atiendan las propuestas y las inconformidades de la ciudadanía, y se establezca una relación más cercana, plural y democrática de las autoridades con sus electores.
Ha de reconocerse que los retos que enfrenta el nuevo gobierno capitalino son grandes y de difícil solución. Algunos de ellos, por su magnitud, no podrán resolverse a cabalidad en los próximos tres años. Sin embargo, la disposición y el compromiso manifestados por Cárdenas para abordarlos de manera abierta y decidida deben ser apoyados por la sociedad en general, por las diversas fuerzas políticas y sociales, y por las autoridades federales, en el entendido de que la ciudad de México es la capital de todos los mexicanos. Gobernar sin distingos de partidos o de clase es una de las premisas que deberán prevalecer durante los próximos tres años, a fin de permitir el saneamiento de las instituciones capitalinas, la aplicación de los recursos públicos para beneficiar especialmente a los que menos tienen, y la ampliación y consolidación del desarrollo social y democrático de la ciudad.