La Jornada 7 de diciembre de 1997

Jefes de la Judicial temen desbandada de agentes

Humberto Ortiz Moreno Ť Desde el mismo día previo al cambio de gobierno en el Distrito Federal comenzó a registrarse en las filas de la Policía Judicial un notorio ausentismo que es interpretado por comandantes entrevistados como una especie de ``desbandada'' para evitar ser investigados o separados abruptamente del cargo.

Otros pejotas aseguran que hay una purga imperceptible en la corporación.

Pero algunos jefes los desmienten y reconocen que entre los elementos de la PJDF hay muchos aviadores que llegan a constituir hasta del 20 al 30 por ciento de cada asignacion a las diferentes áreas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, pues nunca se presentan a laborar ni rinden cuentas ni resultados de las investigaciones comisionadas.

Lo cierto es que, sin mucho ruido, la gestión de Samuel del Villar inició una revisión discreta de la estructura de la Policía Judicial desde el mismo día en que comenzó el proceso de transición de mandos.

Los rumores empezaron a fluir al mismo ritmo en que la administración de Cárdenas tomaba las riendas de las instituciones capitalinas, pero desde el mismo viernes por la noche se convirtieron en hechos.

En áreas como Homicidios, Robo a Bancos y a Transporte, entre las más importantes, el personal de campo al parecer cedió a la incertidumbre y optó por el faltismo. De acuerdo con los funcionarios consultados, que optaron por el anonimato, solamente unos cuantos agentes judiciales son rescatables de la restructuración de la institución.

``Muchos se pierden. No sabemos siquiera dónde están. Nos asignan un determinado número de elementos. Pero no los tenemos a todos. No sabemos dónde están. Ya sea comisionados como escoltas de personajes o sólo cobrando...''

Y hoy, cuando la nueva administración en la PGJDF entró en funciones, la verdadera ``misión'' de ese personal sale a la luz: ``Son compadres, amigos o recomendados de algunos funcionarios, a los cuales ni siquiera conocemos. Ha llegado a ocurrir que comisionamos una investigación, nos traen un informe y cuando vamos a corroborar la información encontramos que nada es verdad''.

Por citar un ejemplo, en la Dirección General de Homicidios de la Procuraduría capitalina, zona norte --que abarca las delegaciones de Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc y Azcapotzalco--, hay sólo 13 elementos asignados, únicamente dos patrullas y todo para investigar 304 averiguaciones pendientes. Las necesidades eran de al menos una célula móvil por cada delegació, 4 judiciales, un MP y dos secretarias.