Masiosare, domingo 7 de diciembre de 1997
ENTREVISTA CON ROSARIO ROBLES
Es ``un acto de congruencia'' de Cuauhtémoc Cárdenas, dice la flamante secretaria general de Gobierno, Rosario Robles Berlanga: ``El habló de que las mujeres ocuparíamos una proporción muy importante y (con mi nombramiento) está diciendo: bueno, órale, querían poder, querían mitad y mitad, pues ahí está con la Secretaría de Gobierno''.
Un antiguo funcionario del DDF
dice: ``Lo difícil de andar en bicicleta no es pedalear, sino mantener el equilibrio. Los izquierdistas del PRD saben pedalear, pero nunca han dejado de hacerlo, nunca han gobernado, y se pueden caer de la bicicleta''.
-¿Qué le parece la imagen?
-Los de izquierda hemos aprendido a vivir en la pluralidad y con la tolerancia. Pasamos de las definiciones sectarias a convivir con expresiones muy diferentes a las nuestras, a convivir en el PRD con proyectos que tenían otro origen y hemos tenido un aprendizaje muy importante para ser gobierno. Otra ventaja es la frescura. Llegar al poder sin estar atados a intereses ni a los patrones tradicionales de hacer política, de los cuales la gente ya está cansada.
En sus cuarenta, economista, líder sindical en la UNAM y feminista en diversas trincheras, a Rosario Robles le disgusta la imagen del secretario de Gobierno como el conocedor de los sótanos de la política capitalina, el ``plomero'':
-La Secretaría de Gobierno debe tener relación con múltiples redes, pero no como el PRI, que desde este cargo controlaba a diversas expresiones políticas y organizaciones sociales. Nuestra lógica es diferente. El secretario de Gobierno, la secretaria en este caso, tiene que tender, por ejemplo, un puente fundamental con su partido. En ese sentido es evidente que hay una relación muy estrecha, porque vengo de la dirección nacional del PRD y participé directamente con Andrés Manuel López Obrador en toda su estrategia. Las Brigadas del Sol nos permitieron construir una red diferente. Por otra parte, vemos a la Secretaría de Gobierno en una función política de promoción, de participación ciudadana y de organización, que será básicamente territorial para romper la lógica corporativa y clientelar tradicional. Esta es una tarea que va a estar en el primer nivel. Y además, las redes, las relaciones con muchos organismos sociales. Y, por favor, ya no pensemos en el político tradicional priísta, en esa imagen. Y no sólo porque soy una mujer.
-Ya no la plomería.
-Más bien el albañil, el constructor. El reto es convertir en realidad, políticamente hablando, el planteamiento de que la ciudad es para todos. Si hay algo que Cuauhtémoc Cárdenas tiene claro es que la gobernabilidad en la ciudad de México es impensable sin la participación ciudadana.
El aprendizaje de Cuauhtémoc
-Todos los presidentes del PRD han sido ex priístas. Igual muchos de los candidatos importantes. ¿Por qué en la segunda posición una persona que no pertenece a esa vertiente?
-Hay que preguntárselo a Cuauhtémoc. Lo que puedo decir es que con el ingeniero tengo una profunda identidad política en lo que queremos para la ciudad y para el país. Hay mucha cercanía y confianza. Me siento parte del proyecto cardenista, que comparto desde 88. Tengo más identidad política con Cuauhtémoc y Andrés Manuel que con algunos compañeros que siempre fueron de la izquierda tradicional, con la que hemos tenido diferencias.
-¿Qué cambios ocurrieron en la manera de hacer política de Cárdenas para que se haya decidido por una mujer?
-Cuauhtémoc ha aprendido, junto con todos nosotros. Este, además, no es un asunto ideológico, de izquierda, centro o derecha, sino simplemente es la tradición patriarcal de la política mexicana. Y en el PRD se ha ido asumiendo la importancia de la participación de las mujeres. El ingeniero está demostrando una gran congruencia. El habló de que las mujeres ocuparíamos una proporción muy importante en su gabinete y está diciendo: bueno, órale, querían poder, querían mitad y mitad, pues ahí está con la Secretaría de Gobierno. Creo, por lo demás, que él toma esta decisión no sólo porque soy mujer, sino por la confianza y la identidad.
-¿Cuándo supo que ocuparía este cargo?
-Lo supe con el tiempo suficiente.
¡Ay, carambas, ahI sigue la ciudad!
-¿Qué ciudad reciben?
-La principal evaluación la hicieron los ciudadanos el 6 de julio. Recibimos esta ciudad que vivimos todos los días: insegura, contaminada, polarizada, fragmentada. Pero creo que hay algo que no se logró deshacer: el tejido social. Las redes y los espacios autogestionarios, de cooperación, de solidaridad, que están ahí y hay que potenciar. Junto a esta ciudad caótica está la otra, que tiene que ver con la gente y que a final de cuentas sobrevivió a la depauperización y el deterioro, y que sin duda es el patrimonio más importante para el nuevo gobierno.
-Si uno se remite al documento Una ciudad para todos, presentado en campaña, queda el sabor de que esta ciudad es ingobernable.
-Es una ciudad ingobernable con un modelo que excluye socialmente, que gobierna para unos cuantos y para determinados intereses económicos y políticos. Pero es perfectamente gobernable con un esquema que incluya honradez, transparencia, combate a la corrupción y participación ciudadana. Ante el deterioro profundo, hay un elemento esperanzador que explica que esté funcionando. Es el hecho de que la propia sociedad se ha organizado y ha asumido la solución de muchos problemas. Y además, que dentro de la propia administración pública, a pesar de la corrupción, hay servidores que han garantizado que la ciudad funcione, que al levantarnos veamos que el milagro mexicano no tiene que ver con el crecimiento económico de los sesenta sino con que ¡ay, carambas, ahí sigue la ciudad de México!
La energía social permite pensar con optimismo que es factible ir encontrando la solución a los problemas, porque tampoco en tres años vamos a resolver los grandes problemas, los grandes rezagos, las carencias, las profundas desigualdades que vive la ciudad.
La tarea de Chuayffet
-12 de diciembre: batalla campal de ocho horas de vendedores ambulantes. 4 de mayo: Antorcha Campesina se niega a mover su plantón del Zócalo y al día siguiente hay ceremonia con el presidente de la República. ¿Qué harán?
-Dos cosas: la primera es el diálogo. Ya hay muchas técnicas de mediación de conflictos que vamos a poner en práctica. Y dos, la acción bajo la ley. Porque el diálogo no implica que no haya respeto a las leyes, y cuando sea necesario aplicar la ley, pues se aplicará. Veo una Secretaría de Gobierno anticipándose a los conflictos, dialogando para evitarlos, canalizando adecuadamente las demandas populares y sociales y, en todo caso, llegando directamente al lugar de los hechos para tratar de dialogar con la gente y evitar situaciones conflictivas.
-¿Y cuando las marchas tengan como destinatario al gobierno federal?
-Para esos conflictos hay un secretario de Gobernación. Esperemos que funcione. ¿O qué, a él también le voy a hacer la tarea?
Larga transición
-Habla de participación ciudadana. Algo que se vio escasamente en estos cinco meses. Se esperaban foros, mesas redondas, giras, consultas a granel. No las hubo.
-Se decidió iniciar el 5 de diciembre con todas las facultades, plenas ya, como jefe de gobierno, para desarrollar este proyecto, y no desgastar previamente cuestiones muy importantes, como la consulta popular ya establecida en el Estatuto de Gobierno, un mecanismo al que vamos a recurrir para las definiciones del nuevo gobierno. Se decidió bajar el perfil estos cinco meses, para entrar con toda la fuerza a partir del día 5.
-¿No propiciaron que se desvaneciera la gana de los ciudadanos, que les arrebataran los espacios de participación?
-El periodo de transición es muy largo y finalmente desmoviliza. El problema es cuando convocas sin haber tomado posesión, cuando las expectativas están fincadas en el gobierno. De todos modos, el ingeniero se reunió con múltiples sectores, con toda clase de actores de la ciudad.
-Las élites, ¿no le parece?
-Bueno, sí, con representantes de sectores. Pero según encuestas hoy apoya a Cárdenas más gente de la que votó por él. Eso indica que con todo y esta transición tan larga persiste la expectativa de participación. Ahora, ya en el gobierno, no queremos simplemente hacer un llamado general a la participación de la gente, sino convocar a proyectos muy específicos.
Contra los corporativos
-¿Cuál es el esquema milagroso para que esa participación ciudadana no sea una versión perredista de Solidaridad? ¿Cómo va a romper el corporativismo, aún muy presente en grupos del PRD? -se pregunta a la ex presidenta de la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados, a quien todo mundo hacía en la cartera de ese nombre.
-Concebimos la participación ciudadana no sólo en torno a los programas sociales. Sin duda vamos a combatir que cualquier programa se utilice políticamente para favorecer a un determinado partido, incluido el PRD. La gente debe saber a qué servicios tiene derecho, para poder exigirlos. Cuando proporcionas información estás viendo a las gentes como ciudadanos y no como voto potencial, que creo es la enorme diferencia. Ahora, la lógica corporativa tiene 60 años y es muy difícil en un plazo corto desmembrar redes corporativas y clientelares, pero creo que se puede combatir con la organización territorial. Más que potenciar liderazgos individuales se trata de liderazgos colectivos.
-Más de un líder perredista debe estar pensando en que a partir del 5 de diciembre es su liderazgo el que se va a ``potenciar''.
-Algunos del PRD pueden tener esa lógica. Pero nosotros vamos a estar ahora como gobierno, no como partido. Si en esta perspectiva nos enfrentamos a una lógica corporativa y clientelar, aun de gente de nuestro partido, pues vamos a tener que manifestar nuestro desacuerdo. Tenemos una enorme responsabilidad: vamos a gobernar para todos. Somos el gobierno del PRD, no para el PRD. Esperamos que el partido esté a la altura de este reto, que entienda que del éxito del gobierno de la ciudad de México depende el futuro del movimiento democrático del país, no sólo del PRD y sus líderes.
-¿Cuáles van a ser las fórmulas para la participación ciudadana?
-Queremos generar en cada una de las áreas de la administración espacios de participación ciudadana, hacer convenios con los organismos no gubernamentales. También hacer campañas casa por casa, que nos permitan dar a la gente la información que requiere para ejercer sus derechos, para exigirnos a nosotros como gobierno. Hablamos de llamar a la gente para decirle que adopte el centro cultural de su delegación, su parque o su centro de salud.
Preparar la huelga
-¿No se les va a atravesar el 2000 en cada acción de gobierno?
-Como sindicalista recuerdo un lema: La mejor manera de evitar una huelga es preparándola muy bien. Creo que la mejor manera de ganar el 2000 es no pensar en el 2000. La mejor manera de estar en condiciones de disputar seriamente el 2000 es que no esté presente hoy en las decisiones que vamos a tomar. Si lo hacemos bien aquí, con trabajo y con audacia, si nos colocamos al frente de los grandes cambios que reclama la ciudadanía, si logramos recuperar la confianza de la gente en el gobierno, lo demás se dará por añadidura.
-La pluralidad que ustedes destacan en el gabinete no se ve en la Asamblea Legislativa.
-En el DF no logramos una apertura como en el ámbito federal, lo que hubiera sido importante. Pero a final de cuentas la Asamblea se basa en una representación de partidos. El gobierno es otra cosa. Creo que es lo que entiende el ingeniero Cárdenas: si queremos gobernar para todos debemos incluir esa pluralidad en el gobierno, no es posible de otra manera.
-¿Existe la posibilidad de que la ALDF rechace las propuestas de delegados?
-Espero que demostremos en los hechos que aunque el gobierno y la mayoría en la Asamblea son del mismo partido, son dos espacios complementarios, diferentes y autónomos. La ALDF no sólo debe legislar, sino también vigilar las políticas públicas. Por otra parte, si las propuestas de delegados tienen el suficiente peso, por sus trayectorias y su honorabilidad, no veo razón para que vayan a rechazarlas. Y no pienso sólo en el grupo del PRD.
Varios personajes que han sido sus adversarios políticos en diferentes épocas la definen con tres palabras: ``Es una guerrera''.
Casada hace dos décadas con Julio Moguel Viveros, quien fue asesor de Cárdenas en la campaña y continuará como tal en el nuevo gobierno, Rosario Robles dice sentirse feliz de contar con una ciudadanía crítica ``que nos va a enmendar la plana cuando sea necesario''. ¿Miedo a que le señalen los errores? ``A lo que le tengo terror es a convertirme en una política tradicional, de las que piensan que han hecho todo muy bien. ¿Por qué perdieron la ciudad si todo está perfecto?''
Fue precisamente su esposo quien la invitó a una cena, hace diez años, en la casa de Oscar Pintado, donde conoció a Cárdenas: ``Cenamos los cinco, porque también estaba Lázaro Cárdenas Batel''.
Pero su relación política con el ahora jefe de gobierno se inició cuando un grupo de universitarios promovió la candidatura de Cárdenas y el acto de Ciudad Universitaria, muy importante para la declinación de Heberto Castillo.
La primera militancia de Rosario Robles fue en su época estudiantil, en el Grupo de Izquierda Revolucionaria (GIR). Más tarde participó en la creación de la Organización de Izquierda Revolucionaria-Línea de Masas y en 1988 en la del efímero Movimiento al Socialismo, en cuyo equipo central estuvieron Ricardo Pascoe, Adolfo Gilly, Pedro Peñaloza, Antonio Santos, Carlos Imaz, Imanol Ordorika y Armando Quintero.
Alumna y profesora de la Facultad de Economía, se afilió al STUNAM, donde al cabo sería una de las líderes de la corriente opuesta a la dirigencia de Evaristo Pérez Arreola y miembro del comité ejecutivo.
Tiene además una maestría en desarrollo rural (por la UAM), con una tesis titulada Voces de las mujeres de Ixmiquilpan, que le valió una medalla al mérito universitario.
También tiene una hija adolescente y dos gatos.