Jurídicamente se niega una voz a pueblos indios: León-Portilla
Manuel Enríquez, corresponsal, Querétaro, Qro., 6 de diciembre Ť El historiador Miguel León-Portilla reclamó que en la actualidad se les niegue jurídicamente una voz a los pueblos originarios y más antiguos de México, y subrayó que ``es de elemental justicia reconocer la existencia de los derechos indígenas''.
Al recibir la medalla Ezequiel Montes Ledesma, en el Teatro de la República, cuna de la Constitución vigente, León-Portilla dijo que están equivocados quienes afirman que con la autonomía de los pueblos indígenas el país corre el riesgo de fragmentarse.
La diversidad cultural y la pluralidad de lenguas son fuente de creatividad, subrayó, y debemos oponernos, como lo han hecho los indígenas, a que todos seamos clones. Esto sería catastrófico, y es lo que la globalización nos está tratando de imponer en detrimento de la soberanía, advirtió.
Ni la federación ni los gobiernos de los estados tienen derecho a obstaculizar los usos y costumbres por los que se rigen los pueblos indígenas, dijo el intelectual, y se pronunció por el respeto a sus principios de organización social y de gobierno, su autonomía regional y de comunidades, así como a darles el derecho de tener representantes en las diversas instituciones.
Fue gracias a las Leyes de Indias que a lo largo de tres siglos de la Nueva España los pueblos indígenas pudieron perdurar, recordó el especialista, incluso a pesar de grandes adversidades como las cargas tributarias y los servicios personales. ``Y de verdad es triste decirlo'', apuntó, pero sus derechos jurídicos fueron ignorados con los nuevos ordenamientos a partir de que se consumó la independencia de México.
Durante el acto en que recibió la distinción por parte del Instituto de Estudios Constitucionales, el galardonado dijo que las Leyes de Indias, fincadas en última instancia en sus usos y costumbres, permitieron a los descendientes de los pueblos originarios no quedar excluidos como tales en la vida social, política, económica y religiosa de la Nueva España.
Sin embargo, explicó, al expedirse la primera Constitución de México en 1821, y posteriormente en 1824 , los pueblos indígenas quedaron homologados en un marco jurídico de concepción europea, inspirado gran parte en el modelo francés, con algunos elementos derivados del sistema estadunidense. ``Sin hipérbole puede afirmarse que a la luz de la nueva Constitución, los indios y sus derechos dejaron de existir'', y agregó que ``la paradoja consiste en que en nombre de la libertad se fraguó el artero despojo de los bienes de los indios''.
No fue sino hasta 1917, en este Teatro de la República, dijo emocionado el investigador emérito, cuando se reconoció la presencia de los pueblos indígenas y su derecho a sus tierras ancestrales en forma de propiedad comunal, luego de la Revolución Mexicana, con Emiliano Zapata quien reivindicó ese derecho a la tierra. ``Me da un inmenso gusto decir esto aquí, en el Teatro de la República''.