La Jornada 8 de diciembre de 1997

La seguridad pública podría mejorar en el 2000, opina De la Barreda

Ricardo Olayo Ť En el último año del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas --en el 2000-- puede mejorar la seguridad pública, aunque aún a niveles insatisfactorios, siempre y cuando se pongan en marcha medidas efectivas para instaurar por fin la carrera policial, acabar el contubernio con los delincuentes, dar mejores salarios y combatir con firmeza la corrupción, indicó el ombudsman capitalino, Luis de la Barreda.

Desde la década de los ochenta hay una ``inercia de abandono'' de parte del gobierno a la seguridad pública, que es resultado, muy probablemente, de que en los años previos el problema de la delincuencia no había aumentado.

Esa forma de ``dejar pasar'' se convirtió en ``inmovilismo'', y en la recién concluida gestión del gobierno en el DDF se manifestó en ``falta de imaginación'' porque sólo se intentaron los operativos policiales que no dieron resultados --jamás se supo de la captura de un importante jefe de banda-- y que fueron ilegales.

Y, sin embargo, de las experiencias más negativas se pueden obtener aprendizajes: si bien el caso Buenos Aires aún no está cerrado, subrayó, se advierte que los señalamientos intolerantes de algunos sectores, que entre otras cosas piden la supresión de garantías individuales, en los hechos ``abre la puerta a actos como las ejecuciones'' que se vivieron hoy hace exactamente tres meses el 8 de septiembre.

``No se trata de defender delincuentes, sino de que personas inocentes no sean castigadas''. En suma, de que los abusos no se generalicen o que la población quede inerme ante ``juicios sumarísimos'' que hagan en la calles los policías.

De la Barreda subrayó que por la deficiente investigación de este caso, tras las rejas puede haber zorros o jaguares encarcelados injustamente por los seis crímenes, y aseguró que la importancia de la participación de las comisiones de erechos humanos radica en ``corregir los desvíos de poder''; en este caso por la falta de una investigación a fondo del ex procurador, Lorenzo Thomas.

Podrían sentarse las bases

Si se trabaja en las medidas que se han dicho, pero que no se han aplicado, el gobierno de Cárdenas ``sentaría las bases para conformar a una buena policía, y ello simplemente sería un gran éxito para la seguridad de los ciudadanos'', dijo el titular de la Comisión de Derechos Humanos del DF.

--¿Se pueden establecer tiempos para percibir un cambio? --se le planteó en la entrevista realizada en sus oficinas.

--Si se sentaran las bases y se actuara con esta firmeza y con este acierto, pienso que unos primeros resultados insatisfactorios podrían empezar a verse en el último año de gobierno.

Subsiste una ``mentalidad mágica'' de que las cosas se pueden resolver de un día para otro, pero la realidad es que dejamos crecer el problema de la delincuencia y ahora no hay medios más que las ``fórmulas racionales''; y éstas descartan la aplicación de la pena de muerte.

En la marcha contra la delincuencia realizada hace 10 días se expresó el temor a la violencia y la demanda central de frenar la ola delictiva, pero también se desvirtuó por algunas demandas intolerantes.

--La declaración del Presidente de la República de cero tolerancia a los delincuentes, ¿puede englobar los excesos y la energía que justifica todo?

--Hay que actuar con mucha fuerza, en el sentido de mucho rigor, mucha firmeza, y no disimulo frente a la delincuencia, sin ningún atropello legal; que la frase signifique combate a la impunidad y no una fórmula que esté invitando o insinuando que va a haber atropellos; ante éstos también se tiene que ser intolerante.

Agenda de un nuevo gobierno

En el sistema de seguridad pública y de procuración de justicia falta capacitación, hay negligencia, corrupción, sobrecarga de trabajo y falta de supervisión. Por ello es necesario un estudio serio del número de expedientes que humanamente sea posible que investigue un agente del MP porque los grandes males de esta representación social son la dilación y la mala integración de las averiguaciones previas, dijo el ombudsman.

Se requiere redistribuir a los policías preventivos en la ciudad, porque muchas veces se ha dicho que están perfectamente ubicadas las calles y esquinas de la ciudad en que actúan los delincuentes, pero no se coloca una presencia disuasiva, ni se hace trabajo de inteligencia.

Se puede aprender de otros países, porque el fenómeno delincuencial tiene elementos en común. En otras latitudes se capacita a sus mandos superiores, lo que no sucede en México, de tal forma que las cabezas de algunos cuerpos policiales adolecen de profesionalización. Está pendiente también la selección adecuada de los aspirantes a policías, exámenes psicológicos y salarios adecuados.