La Jornada 8 de diciembre de 1997

Llama el arzobispado a criticar y reclamar los actos del nuevo gobierno

Salvador Guerrero Chiprés Ť El nuncio apostólico, Justo Mullor, llamó a los católicos a ``pedir y orar por la paz'' en Chiapas, con el fin de que ``nuestros hermanos se den la mano y se sienten a la mesa'' de diálogo.

Exhortó a acudir a la misma actitud litúrgica en el caso de las personas secuestradas ``y no olvidemos a los secuestradores que por ello serán juzgados''.

Invitó también a respaldar el teletón que inicia la próxima semana para contribuir con el bienestar de los 2.7 millones de niños discapacitados, en lo que llamó ``una operación muy generosa''.

A una semana de emprender su visita pastoral a Chiapas, el representante papal rogó por contener ``los antagonismos'' ocurridos en la entidad en el contexto de un impasse que se extiende ya por dieciséis meses.

Durante la homilía celebrada en la Basílica de Guadalupe, pidió también por Guerrero y Oaxaca. Los padecimientos de su población aún afectada por las secuelas de las inclemencias temporales, dijo, requieren aún el alivio de ``nuestra activa solidaridad''.

``Hay que rezar por un México mejor'', dijo. Hay que recordar, sugirió, que ``la llegada de Cristo al mundo no depende de estructuras sociales propicias, sino de cada ser humano... hay que confiar a la Virgen los lugares donde mayor es el sentimiento'' había expresado antes de mencionar las tres entidades.

En la capital, gobierno para el bien común: obispo Martínez Zepeda

En la homilía correspondiente al segundo domingo de adviento, el obispo auxiliar de la ciudad de México, José de Jesús Martínez Zepeda, convocó a los feligreses reunidos en la catedral metropolitana a mantenerse ``dispuestos a cuestionar y reclamar, si es el caso'', a las nuevas autoridades encabezadas por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

En el momento presente de la vida de nuestra ciudad, que navega con renovados aires y la esperanza de alcanzar más lejanos horizontes, es necesario participar en la vida de la ciudad sumándonos a las organizaciones civiles, manteniendo un espíritu de diálogo con la autoridad'', afirmó el obispo antes de sugerir el ánimo alerta.

La reclamación, de cualquier manera, deberá efectuarse ``legítima y ordenadamente'', de acuerdo con la ley.

Los católicos ``y otros creyentes'' deberían hacerlo, añadió, participando en organizaciones y grupos religiosos, políticos, sociales, económicos, de asistencia privada, ``desde los diversos ángulos y enfoque de las propias convicciones''.

``Hemos de comprometernos en la elaboración de verdaderos programas que promuevan el bien común, más allá de las ideologías y de los intereses personales o de grupo. Esta ha de ser la base de la participación en los procesos de crecimiento y dignificación de nuestro entorno'', comentó Martínez Zepeda.

A partir del comentario al evangelio en la parte que convoca a ``enderezar lo senderos en el camino que ocupara Jesucristo en su llegada al finalizar diciembre, el obispo llamó a ``restañar'' en diversos ámbitos ``el tejido social de nuestra ciudad''.

En esa labor pidió respaldo a la conversión espiritual y las labores de solidaridad con los demás: ``es trabajar en esta tarea desde la perspectiva de la doctrina social de la Iglesia, en el nivel de la calle, de barrio, de grupo, de asociaciones, con el fin de devolver a la ciudad su capacidad orgánica de actuar y de ser espacio de crecimiento de las personas''.