La Jornada 9 de diciembre de 1997

Paran labores 250 policías en protesta porque los envían a Iztapalapa

Bertha Teresa Ramírez Ť El secretario de Seguridad Pública, Rodolfo Debernardi, enfrentó ayer la primera resistencia de elementos policiacos a ser reubicados de zona. La protesta se produjo en el sector 3 de la policía, donde más de 250 uniformados realizaron un paro de labores para oponerse a ser trasladados a la delegación Iztapalapa con el fin de empezar a relevar a la tercera brigada de militares en funciones de policías que este lunes se empezaron a reintegrar a las filas del Ejército Mexicano.

La inconformidad se generó porque sorpresivamente la mañana del lunes agentes adscritos al sector 3-Sur, que abarca las colonias Condesa, Hipódromo Condesa y Roma Sur, recibieron la noticia de que serían trasladados al sector Quetzal de Iztapalapa.

Los más de 250 agentes se opusieron y pararon labores, lo que obligó al nuevo jefe de sector a negociar durante más de una hora con los inconformes. Después éstos dijeron a los reporteros ``que aceptaban la orden bajo protesta'', ya que no medió ningún aviso para el cambio.

El personal policiaco que paró ayer estaba originalmente adscrito a la delegación Venustiano Carranza en septiembre pasado. Después de que concluyó el curso de readiestramiento policiaco en el Campo Militar Número Uno fue reubicado a la base Roma-Sur. Este grupo a su vez sustituyó a uniformados que fueron transferidos a las colonias Doctores-Buenos Aires, y estos últimos regresaron ayer al sector 3-Sur.

La disputa por zonas privilegiadas, detrás de la inconformidad

Caras largas se veían entre el personal que recibía la orden de trasladarse a Iztapalapa, y caras de felicidad entre los policías que regresaban al sector de la Roma.

Más tarde varios uniformados explicarían que esa zona es una de las más redituables de la ciudad, ya que allí se ubican más de 400 centros nocturnos, cuyos propietarios en 90 por ciento pagan ``seguridad a discreción''; es decir, contratan policías para que vigilen sus negocios, sobre todo en los horarios de 3 a 4 de la madrugada, cuando salen los parroquianos de estos lugares.

Se trata de compromisos verbales entre los propietarios y el personal policiaco por un pago en promedio de mil pesos al día, o a veces por algunas horas. Sólo en caso de que el ``servicio se contrate de 3 mil pesos para arriba se avisa a los mandos, porque a veces se llegan a presentar asaltos y los dueños empiezan a reclamar y arman broncas''.

Los policías dijeron que durante el día los restaurantes contratan también este servicio, ``que ya se conoce entre los dueños de los negocios como código águila presencia'', que significa vigilancia permanente.

Otros negocios como la prostitución que ejercen homosexuales también representan una ganancia que engrosa la corrupción policiaca, pues los centros nocturnos para gays también compran este tipo de seguridad.

Además, agregaron, ``el trabajo en esta zona es más tranquilo. La gente nos toma en cuenta y nos trata con educación. Aquí prácticamente nos ven como supermán''.

Los policías que volvían a este sector y que estuvieron durante tres meses cubriendo la seguridad de las colonias Doctores y Buenos Aires dijeron: ``Vivimos una pesadilla. Gracias a Dios estábamos francos el día de la balacera del 8 de septiembre''.