ALEBRIJES Ť Patricia Vega
Verdadera cátedra

El escritor José Emilio Pacheco dictará, mañana, la conferencia inaugural de la Cátedra Extraordinaria Octavio Paz, auspiciada por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y el Fondo de Cultura Económica.

Es probable que la destacada intervención de JEP en un acto de homenaje al Nobel mexicano cause azoro en nuestro medio cultural. Los más sorprendidos serán, seguramente, algunos integrantes de la revista Vuelta, que todavía no se acostumbran al nuevo acercamiento entre Octavio Paz y el autor de El reposo del fuego.

Si la primera señal fue lanzada hace apenas unos meses cuando JEP participó en la presentación del tercer tomo de poesía, que forma parte de las obras completas de Paz en edición del FCE; el segundo signo fue la publicación de poemas de José Emilio Pacheco en la revista Vuelta, fundada por Paz en 1976 y de la que JEP había estado ausente durante varios años y, ahora, nada más y nada menos que la participación académica con la que se instalará la cátedra que lleva el nombre del autor del poema Piedra del sol, decisión que el homenajeado vio con buenos ojos.

Estos hechos aparentemente aislados pueden verse como la continuación de un intenso diálogo literario que se había iniciado muchísimo antes de su temporal interrupción. Baste recordar que el 27 de febrero de 1961, José Emilio Pacheco publicó en el suplemento México en la Cultura --de Novedades-- la reseña ``Un momento estelar de la poesía mexicana. Libertad bajo palabra de Octavio Paz'', quien a su vez rindió a JEP un homenaje poético al dedicarle el poema Palabras en forma de tolvanera: ``...Dicen/ no lo que dijimos/ otra cosa siempre otra...''

El difícil arte de combinar la creación imaginativa con el pensamiento crítico: si las convicciones políticas y las mutuas actitudes personales mantuvieron distanciados a los dos escritores mexicanos más sobresalientes de nuestro tiempo, a la larga se impuso el recíproco goce provocado por la lectura de la obra mutua. Por supuesto que también contó el generoso trabajo de intermediación para limar asperezas realizado por interlocutores inteligentes como Gabriel Zaid.

La de José Emilio Pacheco ha sido una lealtad crítica. Amante de la literatura, es de los que piensan que, después de Alfonso Reyes, el escritor mexicano más importante es, sin duda, Octavio Paz.

Por otro lado, JEP se ha gando a lo largo de más de 30 años el lugar que tiene como punto de referencia obligado en nuestra literatura. Amén de diversos premios y reconocimientos ha sido considerado como el escritor más indispensable de su generación. Su obra es tan diversa y apasiona tanto como la de Octavio Paz. Abarca la poesía, la narrativa (cuento y novela), la divulgación cultural (investigación histórica y literaria, redacción editorial, periodismo) y otras formas literarias como las traducciones y adaptaciones, los guiones teatrales y cinematográficos. Méritos que lo convierten en un digno interlocutor del único escritor mexicano que hasta ahora ha merecido el galardón sueco.

Y es que como el propio Paz escribió en alguna ocasión: ``Cada vida, desde que el hombre es hombre, podría definirse como un juego, no pocas veces cruel, de los encuentros y los desencuentros''.

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