Acuerdo sobre la miscelánea fiscal
Oscar Camacho y Ciro Pérez Ť Quisieron levantar las manos todos, pero al final de la contienda Carlos Medina y Porfirio Muñoz Ledo, uno a la izquierda y el otro a la derecha, terminaron alzando los brazos del priísta Arturo Núñez, cual ganador de una batalla legislativa que mantuvo en vilo por siete días el destino de la miscelánea fiscal.
Con esa imagen concluyó ayer la conferencia de prensa en la que los coordinadores de los cinco grupos parlamentarios (PRI, PRD, PAN, PT y PVEM) anunciaron el acuerdo político por el cual se determinó congelar el proyecto de miscelánea fiscal enviada por el presidente Ernesto Zedillo y presentar este jueves ``una nueva iniciativa de ley fiscal'' elaborada conjuntamente por todas las bancadas de la Cámara.
El anuncio se hizo alrededor de las siete de la noche, luego de una intensa reunión en la que los coordinadores y los expertos jurídicos de sus respectivas bancadas analizaron cinco opciones para evitar violación alguna a la Constitución, a la Ley Orgánica del Congreso y al Reglamento Interno de la Cámara de Diputados.
``Con la presión de la opinión pública encima'', según declaró Carlos Medina, la preocupación de los coordinadores se centró en hallar la vía jurídica que permitirá a cada una de las partes, el bloque por un lado y el PRI por otro, salir al paso de las declaraciones hechas en días anteriores en torno al trámite que se le dio a la iniciativa del Presidente hace una semana.
Según el Partido Revolucionario Institucional, el procedimiento legislativo concluyó cuando el presidente de la mesa, Luis Meneses, declaró desechado el dictamen de la iniciativa presidencial y por lo tanto los priístas consideraban que, de acuerdo con el artículo 72 de la Constitución, era imposible volver a presentar ``el mismo proyecto'' durante el periodo de sesiones del año en curso. Debido a ello el PRI proponía que fuera el año entrante, en un periodo extraordinario, cuando se volviera a presentar la miscelánea fiscal. No hacerlo así, decían, equivaldría a ``torturar a la Constitución''.
A juicio del bloque opositor, los priístas interrumpieron el procedimiento legislativo al tomar la tribuna, y por ello su propuesta era que se dejara concluir el trámite a fin de que el dictamen regresara a comisiones, se revisara y se devolviera al pleno para su aprobación.
En su defensa, el bloque argumentó que declarar desechado el dictamen, como lo pedían los priístas, equivalía a violar el artículo 117 del Reglamento Interno de la cámara.
Francisco José Paoli Bolio señaló, en la rueda de prensa ayer por la noche, que la salida acordada ``por consenso respeta con ortodoxia el artículo 72 de la Constitución y el artículo 117 del Reglamento''.
Explicó que la fórmula jurídica consistió en ``dejar en suspenso'' el trámite legislativo seguido en torno al dictamen de la iniciativa presidencial de miscelánea fiscal que desde hace siete días ha sido motivo de controversia.
Ante las dudas, aclaró que ``dejar en suspenso'' el trámite significa que no se declara desechado el dictamen (como quería el PRI) ni se continúa con el procedimiento para regresarlo a comisiones (como exigía el bloque), y de esa forma se cumple el requisito de no violentar el artículo 117 del Reglamento, en tanto que el mandato constitucional de no presentar el mismo proyecto de ley el mismo año de sesiones se cumple con la presentación de ``una nueva iniciativa'' que elaborarán todas las fracciones en forma conjunta.
Carlos Medina (PAN), Arturo Núñez (PRI), Porfirio Muñoz Ledo (PRD) y Gonzalo Yáñez (PT) --Emilio González no habló-- dijeron que el acuerdo se logró al tomar en cuenta que ``los intereses del país y de la República deben estar por encima de cualquier otro interés''. En aras de ello, dijeron, todos pusieron su cuota de voluntad política para que el país tenga miscelánea fiscal a partir del primero de enero de 1998.
``Yo quiero decir que esto lo hacemos porque estábamos, a juicio nuestro, incurriendo obviamente en una contradicción, pues todos le decíamos a la opinión pública que queríamos miscelánea fiscal y que queríamos beneficios para el pueblo de México, y no tenía sentido que por controversias jurídicas, por intereses de interpretación, estuviésemos privando a la sociedad de algo que todos queremos para ella'', afirmó Porfirio Muñoz Ledo.
Gonzalo Yáñez, del Partido del Trabajo, sostuvo que el interés del país fue el centro de las discusiones y lo que llevó a todos los partidos a buscar una solución negociada.
Al final de la sesión todos coincidieron en que ``no hubo vencedores ni vencidos'', pero una imagen, la del final de la conferencia de prensa, pareció decir lo contrario:
En el templete de la sala, de pie, las sonrisas plenas de satisfacción, Gonzalo Yáñez alzó los brazos en el extremo izquierdo de la mesa. Del otro lado, Fidel Herrera se contagió y también subió las manos. Al centro, Arturo Núñez se mantuvo rígido, escoltado por Muñoz Ledo a su derecha y Carlos Medina a su izquierda.
En plena euforia, Medina y Muñoz Ledo levantan una mano cada uno, buscan las de Núñez, y al no encontrar respuesta inmediata le sujetan las muñecas y le alzan los brazos. Al menos en la foto, es el ganador.
Abajo, los reporteros digerían la información. Uno de radio comentaba: ``No, no se torturó a la Constitución: sólo le dieron una calentadita''.