En homenaje a Jorge Castañeda por su patriotismo y amor a México
En las elecciones del Partido Republicano para seleccionar candidato, Reagan fácilmente le ganó a su contrincante Bush con un eslogan muy sencillo: prometía reducir los impuestos, aumentar el gasto público en armamento y reducir el déficit presupuestal, como esto aritméticamente no cuadraba, Bush lo llamó ``economía vudú'' porque ni utilizando el fetichismo funciona.
Aquí, tanto el gobierno como la oposición, recurren sin ningún rubor, a la economía vudú, lo que demuestra el nivel técnico tan bajo de la discusión económica oficial. A los legisladores de oposición el gobierno los acusa de hacerlo por falta de experiencia ¿pero de qué le ha servido la suya a los diputados del PRI?, para cobrar y el levantar el dedo, cuidando, entre sueño y sueño, de no equivocarse.
Al Ejecutivo, su experiencia como colaboradores de Salinas, no les permitó esquivar ``el error de diciembre'', y tampoco les sirvió para resolverlo, ya que fue una muestra de ineptitud, arrogancia y de pánico que los llevó a pedirle ayuda a quienes, según ellos, sí podrían hacerlo: Estados Unidos y los organismos internacionales de crédito. ¿Para eso les sirvió la experiencia de que presumen?
La lucha para que el IVA no baje 3 puntos es francamente mediocre. La pérdida del ingreso es mínima, quizá 18 mil millones de pesos, dentro de un gasto programable de 500 mil millones de pesos, cuando menos. Esto no es como para rasgarse las vestiduras ni aterrorizar con ello a la gente. El país no quiebra con esto, ni se devalúa la moneda y mucho menos se hunde la economía. Con un manejo financiero medianamente aceptable, esto se compensa cobrando mejor. Con una evasión fiscal, no menor al 40 por ciento, fácilmente se puede recobrar el 3 por ciento perdido con el IVA.
Mucho más se puede recobrar por el lado del gasto. Solamente reduciendo el subsidio a los bancos y a los caminos de cuota. Con una fracción del subsidio a la ineptitud y deshonestidad bancaria, es suficiente. Este gasto puede llegar a 400 mil millones de pesos.
Llevar este problema al exterior, es una reacción que demuestra poca seriedad, madurez y conocimiento del problema y tomar a los miembros del gabinete para llorar por lo que pueden perder en su presupuesto, tiene un efecto negativo; este grupo de niños cantores de la alta burocracia, desacredita al gobierno, porque es un abuso de poder del Ejecutivo, además, con una muy baja opinión ``del hombre de la calle'', porque nadie se traga los discursos, ni los argumentos utilizados y deja una desoladora impresión de ``vergüenza ajena''.
La acción del gobierno deja una impresión doble o es una gran tontería o se trata de una táctica de distracción; con un problema secundario como el del IVA, se quiere distraer a la opiníon pública de problemas de fondo: de la pobreza, la discriminación racial porque eso es Chiapas y mañana puede ser todo el México indio, la falta de democracia y de justicia, desempleo, el descuido de la política exterior, la inseguridad, la creciente concentración del ingreso, etcétera.
En el aspecto presupuestal, lo más grave no es el IVA ni el déficit fiscal, es la evasión fiscal, y la tolerancia con los grandes evasores. Elevar los ingresos impositivos es necesario, pero sólo después de reducir la evasión, porque si no, se castiga a los que sí cumplen con sus obligaciones fiscales.
Desde luego que en México es indispensable subir los impuestos, no bajarlos, y eliminar los subsidios a los capitalistas. En estos subsidios, no debe gastarse un solo peso más, porque es un robo escandaloso al patrimonio del pueblo y, además, con ello no salvan de la quiebra a los bancos. De los tres grandes bancos dos están técnicamente quebrados. Esto ya es un barril sin fondo que puede causar una crisis peor que la del 94, de mucha mayor gravedad porque ocurrirá en medio de una gran inestabilidad política y sin otro objetivo que salvar a gente que no lo merece.
Asustar con el aumento del déficit presupuestal, es pedestre. ¿Cuál de los grandes países no incurre en él y sigue creciendo sin inflación? Es la magnitud del déficit lo que crea problemas. En el nivel que estamos nosotros no causa ningún efecto negativo. La inflación, que tanto les preocupa, es un resultado de la ausencia de una política de producción que permita abastecer el mercado interno y exportar. Salvando bancos no se gana nada, la ayuda debe ser para el sector productivo y no para los intermediarios financieros.
El desequilibrio de la balanza de pagos lo causa la temeridad del Banco de México en sostener un tipo de cambio artificial, que hace cada día más difícil competir a nuestras exportaciones en el exterior y más atractivas las importaciones; parece que nada aprendieron del ``error de diciembre''.
Los problemas son tan grandes que por ello rechazan hacerles frente, pero cuando se oculta la verdad, en un inútil acto de travestismo económico, se transforma la verdad en mentira, y se intenta presentar el retroceso del país como un progreso sobre el pasado reciente, creándose un ambiente de incertidumbre y de inseguridad en la capacidad de quienes nos gobiernan que sí pone en peligro a la economía y que se pagará con una alta cuota de inestabilidad política.