Masiosare, domingo 14 de diciembre de 1997



LA TRAGEDIA DE LOS DESPLAZADOS


Blanche Petrich


La guerra de baja intensidad ha llegado a los Altos de Chiapas. El experimento que en 1995 y 1996 ensangrentó calladamente los municipios del norte de esa entidad, reproduce desde el pasado mes de septiembre la misma fórmula: comandos paramilitares protegidos por el Ejército y los caciques matan, roban, queman viviendas y saquean cosechas. Los zapatistas, luego de cuatro años de resistir pacíficamente apostando a la vía del diálogo, se ven obligados a responder con las armas. El jueves, priístas y zapatistas dicidieron poner un ``alto definitivo a las agresiones de ambas partes''. Pero recomponer el tejido social desgarrado no será fácil. La guerra, sin adjetivos, ha regresado por sus fueros.



Xoyeb es un caserío a medio camino entre Polhó y Yabteclum, al lado de un umbroso ocotal, en una hondonada entre cerros. Son 13 casitas familiares -tablas y techo de zinc- entre milpas y platanares. Todas han abierto sus puertas y su pobreza para compartir lo poco que tienen con la oleada de recién llegados, sus vecinos.

Estos -488, contando a dos recién nacidos- son de Yibeljoj y están en dos ``campamentos'', que no son otra cosa que mínimas techumbres de hojas de plátano. A los más enfermos los alojan dentro de las casas o debajo de los pocos plásticos disponibles, porque es el invierno y llueve constantemente.

Desplazados, refugiados internos, expulsados de su tierra ancestral, llevan dos meses en este paraje. Un diagnóstico del promotor de salud estima que 80 por ciento de los niños y 60 por ciento de los adultos padecen fiebre. Hay disentería, enfermedades respiratorias, gastrointestinales, tifoidea, alto riesgo de cólera.

En uno de estos cobertizos minúsculos está Zenaida. Tiene 16 años. Su primer hijo, los ojos adormilados por la calentura, la pancita inflamada de bichos, gatea sobre el lodo. Todavía no come tortilla y quiere chichi. Pero su mamá lo mira sin ver, se abraza las rodillas, se queja: a ella también le duele el vientre y su falda azul añil está empapada en sangre. Su segundo hijo ya no va a nacer. Y no hay antibióticos, ni siquiera una asipirina, para ayudarla a soportar las secuelas del aborto. Su tía, arrodillada a su lado, hilvana frases en tzotzil. Su marido se mantiene en silencio. Nada pueden hacer por Zenaida. Ni un té.

Cuando amanece en los campamentos ya ninguna mujer está bajo las palapas. De todas las chimeneas sale humo. Cada casa es una cocina colectiva. Son centenares de manos las que cooperan para atizar los fogones, partir la leña, cocer el maíz, molerlo, echar tortillas. Tocarán dos o tres a cada quien. Para toda la jornada. Hasta mañana.

Al mediodía todos habrán cumplido alguna tarea. Aprovechando un poquito de sol, los hombres tienden sus camisas mojadas. Las mujeres secan sus huipiles sobre sus cuerpos. Se espulgan el cabello mutuamente y platican. Y los niños, en medio del drama, ríen.

Los jefes de familia de Yibeljoj se colocan en semicírculo para contar, también en colectivo, su historia y sus reflexiones. Interpreta del tzotzil al español Lorenzo Vázquez, el anfitrión de Xoyeb.

-Hay en una colonia de Los Chorros un grupo de priísta con armas. Creo que como 60 armas, puro cuerno de chivo. Vinieron a nuestra comunidad a exigir a cada familia 330 pesos para comprar más arma, con amenaza de bala. (A) Los que no tenían para pagar (les) bajaron sus banderas blancas con bala.

-Nosotros como chiapanecos somos sociedad civil y como religión Las Abejas. Colonia Los Chorros es contrario a la sociedad civil. También somos base de apoyo zapatista pero no queremos la guerra. Lo que no apoyamos es al gobierno porque no da justicia, no da paz. Ya al gobierno no le pedimos nada, porque de por sí no da nada.

-Los priístas pedían cooperación a la pobre gente para comprar armas. Y a los que no daban, perseguían. Decían que era cooperación para que se arregle el problema.

-Antes estábamos unidos en nuestro pueblo Chenalhó. Todos unidos en gobierno, todos unidos en partido priísta. Pero el gobierno dice siempre que su pueblo está tranquilo, está contento, no le falta nada porque él le da todo. Pero eso no es cierto. Estaban echando mentira porque hay necesidad, sufrimiento. Decían que tenemos casa, drenaje, comida. Y decían todo eso para poder pedir dinero prestado a otros gobiernos. Nosotros dimos cuenta de la mentira. Por eso nos hicimos sociedad civil, organizando con diócesis, de grupo en grupo.

-Ahora nuestro pueblo Chenalhó está dividido en tres. Uno es los zapatistas que están luchando para decir directamente que la gente no está contenta, está muriendo de hambre y enfermedad. Dividido de priísta. Y priísta dividido de sociedad civil.

-Ya una vez dividido nuestro pueblo Chenalhó, el partido priísta no quería estar dividido sino unido otra vez aunque a la fuerza. Ellos dicen que EZ están locos. Dicen: es mejor estar juntos como antes. Pero nosotros no queremos ya.

-No, no queremos porque ya nació sociedad civil. Nosotros no queremos el arma para matar.

-Nosotros somos sociedad civil organizada en grupo pero no mero como Ejército Zapatista. Ellos están en una lucha, pero como nosotros estamos mirando que estamos en el mismo camino.

-Queremos retornar a Yibeljoj. Un sitio no se deja así como así. Pero queremos seguir aparte del PRI. Entonces, para encontrar solución tienen que quitarle el arma a los priístas. Con arma hay miedo, hay amenaza. Los PRI con seguridad pública juntos nos robaron los caballos, los animales, la cosecha de maíz, el café toditito.

-Que le quiten el arma a los priístas y podemos volver a vivir juntos. Somos hermanos. Somos parientes.

-Tenemos temor y no tenemos armas. Si vuelve el peligro tendremos que defendernos porque ya no hay a dónde ir con las familias. Ya no puedo buscar otro camino.

Lorenzo, el intérprete, termina el relato de las múltiples voces abatido de tanto sufrimiento. ``Venga ver nuestro pozo'', sugiere.

Es un mínimo ojo de agua turbia a unos cuantos metros del hacinamiento humano. No hay cómo hervir. No hay recipientes donde clorarla. De todas maneras no tienen demasiadas pastillas de cloro. Ahí comparten destino y riesgo de cólera los de Xoyeb y los de Yibeljoj. Lorenzo mira adentro del pozo y concluye: ``Nuestra única arma es Dios''.

Por la tarde bajan de otro cerro los jóvenes. Ya vienen con troncos. Ya van chapeando un lugar. De la piel del monte, los desplazados vuelven a levantar sus casas, a reconstruirse en ellas, a seguir sus vidas.



LA HORA DEL CASTIGO


Al amanecer del primero de enero de 1994 el municipio de San Pedro Chenalhó, ``cueva de agua'', era 100% priísta. Como se es priísta en estos parajes, masiva y ciegamente, porque así lo dice el presidente municipal y punto. Pero después del alzamiento del EZLN el universo tzotzil, inmutable desde hacía tanto tiempo, dio un vuelco.

Domingo Pérez, presidente del municipio autónomo de Polhó, explica que el priísmo de esos parajes comenzó a resquebrajarse cuando empezaron a circular ``las demandas del Marcos... justicia, salud, educación, democracia, tierra, libertad... Ya luego empezamos a ser simpatizante zapatista, poco a poco organizándonos con EZ. Somos base de apoyo, que significa apoyar las demandas''.

Ahora parece haber llegado la hora del castigo.

Así lo entiende el ex agente municipal de Chimix Lorenzo Pérez Ruiz, desplazado junto con su pueblo. ``La causa por lo que los priístas nos atacan es porque toda la comunidad se concientizó de la pobreza y el sufrimiento. Ahí es donde nos acusan de ser zapatistas. Lo cual es cierto.''

Los manuales de contrainsurgencia dictan como regla número uno para descabezar al enemigo lo que el estratega de la antigua China, Tsun Tsu, llamó exquisitamente ``quitarle el agua al pez'', fórmula aplicada universalmente, desde Vietnam hasta Guatemala. El general Efraín Ríos Montt utilizó la variante de tierra arrasada. Alguien en México, en algún centro neurálgico del poder, halló una fórmula mejor: hablar de ``conflictos intercomunitarios'', algo que no acarrea costos políticos ni de imagen.

Se ensayó durante 1995 y 1996 en la región chol, que ofrecía varias ventajas. El foco de la opinión pública estaba centrado en la ``zona de conflicto'' oficial (los famosos cuatro municipios). Otra ventaja era que cortando un solo punto carretero, el llamado Crucero, en Tila, se cerraba el acceso a una zona de por sí aislada y solitaria. La naturaleza chol, ensimismada e independiente, contribuía al objetivo.

El Ejército estableció destacamentos ágiles, bien equipados y mucho menos vistosos que en otros puntos de Chiapas, con el propósito de conservar las manos limpias. El cuerpo policiaco estatal, Seguridad Pública, reforzó sus unidades y alimentó con armas, entrenamiento y quizá algún tipo de ideología a los grupos de caciques locales. Ahí nacieron los Chinchulines, en Chilón y Bachajón, y Paz y Justicia en Tila, Sabanilla y Tumbalá. Según reiteradas e inatendidas denuncias de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, el financiamiento de estos escuadrones corrió por cuenta de los finqueros de Palenque, Salto de Agua y Playas de Catazajá, interesados en cortar el corredor natural de comunicación entre la selva y el norte. El entrenamiento lo dieron policías estatales y en ocasiones soldados del Ejército Mexicano.

Primero fueron hostigamientos y presiones contra familias zapatistas y perredistas en comunidades donde eran aún minoritarias. Después fueron asesinatos y enfrentamientos.

Más tarde se montaron acciones mayores para desalojar a comunidades enteras. La respuesta armada no se hizo esperar. Los zapatistas empezaron a desalojar a su vez a las bases priístas, pero según el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, la proporción de expulsados es de un priísta por diez perredistas. Y el gran total hasta hoy arroja 300 muertos, 4 mil 600 desplazados y cientos de familias que no pueden retornar.



CHENALHO


Cronología de la violencia

Septiembre de 1997

* 17: Huyen 60 familias de Los Chorros hacia Naranjatik cuando el PRI local anuncia que lanzará una ofensiva para despojar del banco de arena al consejo autónomo de Polhó y exige que la gente los ayude a comprar armas. Los priístas detienen a siete personas y queman 17 casas.

* 25: Durante una manifestación del consejo autónomo para demandar el retorno de esos desplazados, los zapatistas detienen dos horas a un hombre que se había ocultado con un máuser en una azotea, presuntamente para disparar contra la marcha.

Octubre

* 1: El presidente Zedillo visita San Cristóbal de Las Casas y se reúne con autoridades de los Altos. Los priístas de Chenalhó solicitan un decreto que autorice a los civiles tener armas en sus casas.

* 2: En Las Limas Chitamucum son asesinados seis miembros de una familia, entre ellos una niña, por encapuchados.

* 4: Primer ataque de paramilitares de Los Chorros en La Esperanza. Huyen 52 familias. Son quemadas sus casas.

* 15: Dos campesinos asesinados en Tzanembolóm, tres más son heridos. Huyen 475 personas. Las casas, los animales y las cosechas son saqueados.

* 23: En un camión del municipio de San Pedro Chenalhó llega a Las Láminas un grupo de encapuchados disparando y 130 personas huyen.

* 25: Enfrentamiento en Majomut, 12 priístas resultan heridos.

* 27: En Chimix, nuevo ataque de encapuchados con armas de alto poder. Destruyen varias casas de zapatistas, disparan al aire. Vuelven al día siguiente, son repelidos y quedan dos heridos y un muerto. En la mismo fecha, en Kanolal, queman viviendas de zapatistas, que huyen.

Noviembre

* 10: Ataque priísta en Yibeljoj. Huyen 18 familias y los agresores saquean sus pertenencias.

* 14: Cerca de San Andrés, en la zona chamula, matan al maestro Mariano Arias Pérez, del PRI, nativo de Yibeljoj, que había expresado públicamente su desacuerdo con las acciones de su partido en Chenalhó. Dos días después, durante su entierro en Yibeljoj, los priístas hacen disparos al aire y culpan a los zapatistas del crimen. Los zapatistas huyen hacia Xoyeb.

* 17: Agresión y robos por parte de priístas armados en Akteal.

* 18: En Aurora Chica asesinan a varios pobladores, entre ellos dos niños, de 13 y 15 años. En Polhó, Seguridad Pública arresta a tres más; uno tiene 14 años.

* 19: Tres desaparecidos en Polhó, entre ellos un niño de 9 años. Varias casas quemadas en Tzalalucum.

* A partir del 17 se generaliza la agresión: familias perredistas o zapatistas huyen de diez comunidades.

* 29: Coordinados por el Centro Fray Bartolomé y la Red de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos, varias ONG visitan el norte de Chiapas y Chenalhó. Constatan la presencia de 700 desplazados que viven a la intemperie cerca de Polhó. El gobernador Julio César Ruiz Ferro habla de 800 desplazados en toda la entidad, pero en la prensa nacional y local su oficina insiste en que sólo son 500.

Diciembre

* 2: El consejo autónomo de Polhó revela que hay un enorme grupo de desplazados en el monte, no lejos de Shkumumal, junto con numerosos desplazados de Chimix, Joveltik, Kanolal y Tzanembolóm. Estos no reciben ayuda alguna y no pueden salir a buscar comida. Según testimonios, se trata de casi 2 mil personas en las peores condiciones.