PARABOLA Ť Emilio Lomas M.
Liberación de los servicios financieros

Sobradas razones tiene Bill Clinton para estar contento por el acuerdo en la Organización Mundial de Comercio (OMC) de liberar los servicios financieros a partir de marzo de 1999. Digamos que es la coronación de una estrategia que desde principios de los años ochenta han seguido los gobiernos estadunidenses en lo que se conoce como la conformación de la nueva división internacional de trabajo.

¿En qué consiste este aspecto?: a lo largo de la historia en lo que va de este siglo, las grandes potencias han detentado el control de la producción y los medios para lograrla, y la mayoría de las naciones han sido abastecedoras de las materias primas (el petróleo, entre ellas).

Hacia la década de los setenta, tras recurrentes crisis incluso bélicas para mantener la garantía de suministro de aquellas materias primas, los países desarrollados --encabezados por Estados Unidos-- replantearon la estrategia cuando observaron que para la producción se requerían innumerables apoyos, englobados todos en una palabra: servicios.

Servicios que se concentran en dos elementos básicos: tecnología y aspectos financieros, los dos pilares sobre los cuales avanza la economía estadunidense, y para los que --desde aquellas negociaciones en el seno del extinto GATT, en 1982-- demandó la liberalización para acceder a los mercados de todo el mundo, a lo que todas las naciones se opusieron.

La administración Reagan adoptó entonces la estrategia de avanzar en la liberación de los servicios financieros, primero a través de acuerdos bilaterales (México firmó uno), luego con acuerdos regionales (México está en el TLC), hasta alcanzar la aceptación de la apertura en los órganos internacionales, la Organización Mundial de Comercio (cuyo antecedente es el GATT).

No ha faltado la aceptación de la OMC para que el proceso liberalizador de los servicios financieros sea una realidad. De hecho, los coletazos del dragón en las últimas semanas, la propia crisis mexicana conocida como el efecto tequila, las dificultades de la economía brasileña, han mostrado al mundo la crudeza de una apertura sin barreras.

La liberación acordada en la Organización Mundial de Comercio implica dejar abierta la acción de bancos, empresas de seguros y casas de corretaje para consolidar su fortaleza.

Esta nueva división internacional del trabajo avanza. En México es un hecho cotidiano. El control financiero está cada vez más concentrado en manos extranjeras y en el terreno tecnológico han arremetido con gran fuerza para ganar el mercado.

La gran incógnita sigue siendo --más aún que Estados Unidos ve coronado un trabajo de muchos años-- ¿hasta dónde pueden existir salvaguardas reales que protejan el interés nacional?

Melée

Ahora que ha pasado ya la miscelánea fiscal, vale la pena anotar que en el caso de las máquinas de comprobación fiscal las autoridades hacendarias tuvieron demasiados problemas para lograr que los empresarios aceptaran la introducción de esos aparatos. Las cifras disponibles indican que en un mercado potencial de 3 millones de negocios que podían haber operado las máquinas, sólo 400 mil las adquirieron. De ahí que, en mucho, haber ofrecido la no obligación de tener ese dispositivo --dentro del paquete de incentivos fiscales-- haya sido la aceptación de una derrota en materia de fiscalización... Las exportaciones, que de 1994 a este año operaron prácticamente como un salvavidas e impidieron que la economía nacional tuviera mayores índices negativos, podrían seguir su tendencia descendente en 1998, quizá con mayor fuerza, debido a que, entre otros factores, se prevé una reducción de la ventaja derivada de la devaluación que sufrió hace tres años el peso frente al dólar... De esa manera, según analistas económicos, las ventas mexicanas al extranjero podrían aumentar 10.2 por ciento en 1998, luego de que en 1996 alcanzaron un crecimiento de 18.7 por ciento y en 1997 cerrarían con un incremento de 16.3 por ciento. No obstante, las exportaciones que se registren el año próximo serían superiores en 94.2 por ciento a las realizadas en el tan difícil 1994.