Los agresores, encapuchados y con armas largas; se comportaban como policías o militares: testigos
Maribel Gutiérrez, corresponsal, Coyuca de Benítez, Gro., 15 de diciembre Ť Ocho hombres encapuchados, con armas largas y vestidos de negro, integrantes de un presunto ``grupo paramilitar'', incursionaron en la comunidad de El Coapinolar, en la sierra de Tepetixtla, y detuvieron por unas horas al militante de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) Felipe Nava, a quien interrogaron y torturaron en presencia de unos 80 pobladores reunidos en una iglesia del lugar.
El dirigente de la OCSS en esa región, Eusebio Vázquez Juárez, con una comisión de campesinos de varias comunidades, informó que los hechos ocurrieron la madrugada del 12 de diciembre, cuando el pueblo velaba en la iglesia por el día de la Virgen de Guadalupe.
Asimismo, informó de diversos actos de hostigamiento del Ejército y la Policía Judicial del estado contra miembros de la OCSS, como la detención, el miércoles 10, de Alba Hurtado Arias, de 17 años, quien fue trasladada en un vehículo militar de Tepetixtla a Coyuca de Benítez.
En esta ciudad fue interrogada por soldados que dijeron ser agentes de inteligencia militar. Le preguntaron acerca de las actividades de la dirigente de esa organización, Rocío Mesino, y fue amenazada con ser encarcelada ``la próxima vez'' que la vean en Tepetixtla. Además la acusaron de tener vínculos con el Ejército Popular Revolucionario (EPR).
Sobre los hechos en El Coapinolar, una de las comunidades de la parte alta de la sierra, Eusebio Vázquez relató que poco después de la medianoche del 11 de diciembre llegaron los ocho hombres armados y rodearon la iglesia de la Santa Cruz. Apuntaban con sus armas a los habitantes reunidos y amenazaban con disparar a quien se moviera. Obligaron a todos, incluso niños y ancianos, a tirarse al suelo.
Detuvieron a Felipe Nava, militante de la OCSS, a quien interrogaron por el paradero de Victorino Pita, militante de la misma organización. Como dijo desconocer dónde se encontraba, los hombres armados se lo llevaron a unos 10 metros de la iglesia, y trataron de obligarlo a decir que él es Victorino Pita.
En dos ocasiones uno de los encapuchados cortó cartucho frente a Felipe Nava, mientras otro gritaba ``¡quiébralo!'' Siguió el interrogatorio hasta que Juan Nava, padre del detenido, y dos mujeres de la misma familia fueron a defenderlo. Felipe corrió y pudo huir cuando los hombres armados y con el rostro cubierto con paliacates rojos golpeaban y pateaban en el suelo a las los tres familiares.
Según testigos, los agresores hablaban con acento distinto al de los habitantes de la sierra y se comportaban como militares o policías judiciales.
El Ejército llegó tarde y sólo para atemorizar a la población
Al día siguiente, habitantes de El Coapinolar bajaron a Tepetixtla, donde presentaron una denuncia de los hechos en la agencia del Ministerio Público del Fuero Común.
También acudieron al retén del Ejército que desde el 29 de junio de 1996 (un día después de la primera aparición pública del EPR en el vado de Aguas Blancas) está en la entrada de esa población para impedir la presencia de hombres armados.
Un agrupamiento militar se trasladó a El Coapinolar dos días después, el 14 de diciembre, cuando los hombres armados ya no estaban.
Los campesinos de esa comunidad que este mediodía se trasladaron a Coyuca de Benítez para informar de los hechos, dijeron que el domingo los soldados pusieron retenes en el camino de Tepetixtla a El Coapinolar, y se distribuyeron por el área disparando sus armas. Criticaron la tardanza en el movimiento de las tropas , así como la forma de actuar del Ejército, que con sus disparos atemorizó a los habitantes.
Vázquez Juárez informó que como parte del hostigamiento fue detenido en Tepetixtla el campesino Pedro Cano de Jesús, acusado de diversos delitos ``inventados'', entre ellos el de ser autor de varios mensajes enviados a ciudadanos de esa comunidad con amenazas de secuestro, que pretenden atribuir al EPR.