Dos ayuntamientos perredistas, ante la eventual injerencia de César Camacho
Roberto Garduño E., enviado/ II, Acolman, Méx., 15 de diciembre Ť Con sólo 11 meses de la nueva administración perredista, los ayuntamientos de Los Reyes La Paz y Acolman se debaten entre las pugnas internas, la ineficacia y la lucha por el control de los recursos económicos. En ambos ronda la sombra de la intervención del gobierno estatal y una probable solicitud de revocación del mandato constitucional.
En esas demarcaciones los conflictos tienen origen común: la inconformidad de síndicos y regidores que integran los cabildos. En Los Reyes se prevé se solicite al gobernador la revocación, y en Acolman la petición ya existe, pero está en vías de extinguirse por falta de argumentos contra el alcalde José Antonio Saavedra.
En el Congreso del estado, el coordinador de la fracción perredista, Rosendo Marín, indica que en los dos ayuntamientos César Camacho ``tiene las manos metidas, con acciones dirigidas por el gobernador y la Secretaría de Gobierno''.
``En Acolman se atienden todas las demandas populares, hay obra pública, hay trabajo. En Los Reyes tengo que reconocer que el problema es grave, hay una falta de ejercicio público del poder'', puntualiza.
Acolman: más salario y menos gasto social ¿el dilema?
Rumbo a las Pirámides de Teotihuacán, al norte de la zona urbana de la ciudad de México, aún se deja sentir la influencia del ex alcalde de Tecamac Eduardo Bernal -hoy diputado federal por el PRI-, quien pretende, admite Rosendo Marín, ``manipular a los cabildos perredistas de la región mediante confabulaciones con los grupos de priístas que perdieron el poder en los comicios del 10 de noviembre de 1996.
Una situación de esas características ocurrió a fines de septiembre, porque el síndico procurador Apolinar Zúñiga y los regidores César Juárez, Martín Pineda, Mario López, Reyna Chávez, Lázaro Campillo, Gustavo Vargas, Alfredo Casto y Arturo Hernández demandaron un incremento de 50 por ciento a sus dietas.
Querían pasar de 8 mil a 12 mil pesos. Los nueve integrantes del cuerpo edilicio hicieron la propuesta en cabildo abierto -ante unas 200 personas- y su argumentación se fundamentó en que los recursos para elevar sus salarios podrían salir del presupuesto designado al DIF municipal.
Esa actitud provocó un gran malestar entre la población, y el alcalde José Antonio Saavedra respondió que eso era prácticamente imposible, que sería arrebatarle asistencia a la mayoría para dar mucho a pocos. ``Y el problema se hizo político. No quisieron firmar el presupuesto'' del municipio.
Días después, al tiempo que se agotaba el plazo para presentar el presupuesto, los funcionarios administrativos del municipio revisaron una por una las partidas de egresos. Se bajaron los gastos de representación, de publicidad, consumos de combustible; se hicieron ajustes, pero no se logró un incremento a las dietas del cabildo. El síndico y los regidores firmaron todas las previsiones económicas, menos una, la del DIF. Persistían en ``jalar'' de ahí el dinero que demandaban para sus bolsillos.
En 1996, los recursos asignados al DIF sumaron 700 mil pesos (5 por ciento del total) para Acolman. La solicitud de presupuesto para el presente año incluía un incremento de 15 por ciento, cercano a los 2 millones de pesos. Este último se ejerció. Los resultados fueron evidentes: se adquirió una nueva unidad médica móvil, se contrató una trabajadora social, un médico de planta; se instituyó un programa de abasto popular que ya beneficia a 2 mil 500 familias; la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) apoyó con la edificación de un centro de atención a discapacitados.
Pero aun así persistió la demanda de aumento salarial del síndico y los regidores. ``En este tiempo no se da una solicitud de incremento de 50 por ciento ni en las más exitosas empresas. Y, por supuesto, nosotros la rechazamos'', señala el alcalde.
La primera reacción de los integrantes del ayuntamiento inconformes fue solicitar ante el Congreso local la revocación del mandato constitucional, con el argumento de que se les ``trataba mal''. Hasta ahora la ampliación, que fue autorizada a ese recurso, está por agotarse, y en Acolman la función del gobierno se mantiene sin contratiempos.
Tranquilo, en su pequeñísima oficina, el alcalde asegura que no existen elementos para que se le revoque el mandato. ``Yo soy el representante del pueblo, no puedo realizar lo imposible, no puedo dar el incremento si no tengo recursos para hacerlo. No hay ingobernabilidad''.
A principios de diciembre los regidores y el síndico retornaron a sus obligaciones -pero sin incremento de sueldo-, pero pesa sobre dos de ellos, César Chávez y Reyna Chávez (ambos de filiación perredista y familiares entre sí), una denuncia penal por haber propiciado, junto con los campesinos Jesús Miranda y Agustín Juárez, la toma de la alcaldía.
-¿Hay señales del gobierno del estado?
-No hemos tenido ninguna plática con el gobernador; él sólo hizo una declaración en la que dijo que en Acolman y Los Reyes había indicios de ingobernabilidad. Pero no hay ninguna señal de esto; repito: en este caso yo tengo el apoyo del pueblo.
-¿Habrá incremento en sueldos?
-Quiero decir que el aumento de salario no se va a dar en esa proporción. Vamos a hacer una revisión del presupuesto y se dará si es factible.
Los Reyes La Paz ¿ineficacia?
De los dos municipios perredistas en conflicto, Los Reyes supone una explicación incontrovertible por las actitudes ``irreconciliables'' del cabildo y el alcalde. Dice el diputado del PRD Rosendo Marín:
``No hay voluntad de alguna de las partes que están en conflicto en Los Reyes; no cumplen su palabra unos con otros, esto es un señalamiento claro y un reclamo de la ciudadanía que se tiene que solucionar por la vía de la solicitud de revocación. Es muy lamentable para nosotros reconocerlo, y haríamos mal al no reconocerlo, por eso debe hacer algo, por decir, la revocación del mandato.''
Denuncias de perredistas, priístas y panistas se han multiplicado contra el alcalde Gabriel Islas. Lo acusan de desviar recursos de un presupuesto de 43 millones de pesos -elevado si se le compara con el de Acolman, que llega a 21 millones- y de asumir actitudes intolerantes contra las integrantes del cabildo.
La Jornada intentó conocer la versión de Islas, pero su ``jefa de prensa'', Isela de Jesús González, lo único que logró fue obstaculizar la entrevista con el argumento de que el alcalde estaba ocupadísimo entregando obra pública.
En un recorrido por la población de La Magdalena Atlicpac, donde el munícipe entregaría obra terminada, lo único que se encontró fueron calles terregosas, con drenaje, pavimentación y guarniciones a medio avance, semiabandonadas.
El juicio de Rosendo Marín sobre el trabajo de Gabriel Islas es el siguiente: ``Yo creo que hay un problema de ingobernabilidad entre gente que no tiene la menor intención de servirle a la ciudadanía y gente que está allí por interés. No hay madurez, ni capacidad.
``Esto sólo le sirve al gobierno. El PRI ha tomado tres veces el palacio municipal. Debe haber mucha capacidad política y un acuerdo político porque los que están ahora encabezando el municipio o son muy malos perredistas o son incapaces, de lo cual no tiene la culpa el PRD. Tenemos que cambiar eso.''
La postura del gobernador Camacho Quiroz es distinta, ``el Partido de la Revolución Democrática debe actuar'':
-¿Cómo vislumbra que se solucione?
-Tengo la impresión de que en Los Reyes hace falta mucho más comunicación, mucho más despliegue de oficio político y también una mayor intervención de la dirigencia del PRD, toda vez que el conflicto se da entre miembros de ese partido y es una instancia adicional, pero no ilegal, de tal modo que hago votos porque cada uno haga lo que le toca.
En su enorme oficina, el gobernador confiesa, al momento de despedirnos: ``No es posible que Gabriel Islas me
pida mejor opinión sobre lo que debe hacer, y yo lo atiendo. Me pregunta:
`¿señor, les doy el dinero que me piden (a los integrantes del cabildo)?' Y le digo que ¡no!''