La Jornada 20 de diciembre de 1997

En 98, aumento promedio de 14.73% a los salarios mínimos

Jesusa Cervantes ¤ A partir del primero de enero próximo los salarios mínimos generales y profesionales se incrementarán en promedio 14.73 por ciento para un millón 840 mil trabajadores, de los casi 11 millones que cuentan con trabajo formal.

Luego de varias reuniones realizadas en los últimos dos meses, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM) aprobó dicho aumento que, aplicado a las tres zonas geográficas en que se divide el país, quedaría de la siguiente manera:

En la zona A, con percepciones actualmente de 26.45 pesos, en 1998 serán de 30.20 por día, es decir, un incremento de 14.17 por ciento. La B, con 24.50, pasará a 28 pesos, 14.25 por ciento más, y en la C, con 22.50 pesos, a partir del año próximo sube a 26.05, con un aumento de 15.77.

Aunque esta última zona tendrá un mayor incremento porcentual, en los hechos es la que percibirá menos dinero, pues en ella se ubican los municipios más pobres del país, que son la mayoría.

En dicha zona están los municipios de Oaxaca, Chiapas, Guerrero (menos Acapulco), Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas, más algunos de Chihuahua, Jalisco, estado de México, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas y Veracruz.

En la zona B se encuentran municipios de Jalisco, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas y Veracruz; en la A todos los de Baja California, Baja California Sur, Distrito Federal, el puerto de Acapulco y algunos del estado de México, Sonora, Tamaulipas y Veracruz.

A pesar de que el sector obrero, representado por miembros de sindicatos o centrales oficiales, exigió la homologación de las tres zonas por considerar que la C es la más necesitada y la que menos recibe, la propuesta fue rechazada.

Basilio González Núñez, presidente de la CNSM, argumentó que nivelar a la zona C con la B implicaba dar otro aumento de 25 por ciento, lo que provocaría ``desmotivación'' del empleo y competencia con zonas aledañas en materia de inversión.

Adolfo Gott Trujillo, representante del sector obrero ante la comisión, informó que aceptaron los incrementos pero ``bajo inconformidad, por considerar que con ello no se recupera el poder adquisitivo de los salarios mínimos''.

Al respecto, el presidente de la CNSM aseguró que los aumentos acordados ``permitirán continuar con el proceso gradual de recuperación del poder adquisitivo de esos salarios, toda vez que supera a la inflación prevista para 1998''. Sin embargo -según datos del Banco de México-, dicha recuperación no se ha dado, pues desde la llegada de Ernesto Zedillo al poder (de diciembre de 1994 a junio de 1997) el salario en el sector manufacturero ha perdido en promedio 25 por ciento de su capacidad.

Sobre la ``pulverización'' que esos incrementos podrían enfrentar ante los próximos aumentos de tarifas de bienes y servicios como gas, teléfono o comida, González negó que ello vaya a ocurrir, ya que no serán mayores a 12 por ciento de la inflación que se calcula de manera oficial.

Sin embargo, no existe ningún acuerdo firmado entre gobierno y empresarios (por lo menos de manera pública) en el que se especifique que al término de 1998 dichos aumentos no serán mayores a 12 por ciento, ni tampoco si los incrementos graduales que se den a lo largo del año serán sobre el precio inicial de enero o el inmediato anterior.

``Se espera que el resultado global (de los aumentos en precios) sea inferior al incremento que hoy se ha dado a los salarios'', comentó González Núñez.

Este será el segundo año consecutivo en que el incremento a los salarios mínimos generales y profesionales se da en dos puntos porcentuales por encima de la inflación calculada de manera oficial; todas las anteriores ocasiones fueron por debajo de los índices inflacionarios.

En 1996 se autorizó un aumento de 17 por ciento, luego de estimar una inflación de 15 por ciento; ahora se otorga 14.73, y se espera un índice de 12 por ciento.

Los elementos que se consideraron fueron ``la adecuada evolución de la política económica y la actividad productiva, el nivel inflacionario y el desenvolvimiento de los salarios contractuales, que es libre'', los cuales subieron 19 por ciento en promedio.

Nuevamente, el sector obrero oficial pidió un aumento elevado, pero terminó por firmar con ocho puntos por debajo de lo exigido y sin lograr la homologación de las zonas.