Los precios de 96 se han duplicado: Amedec
Patricia Muñoz Ríos/II y último Ť Incrementos de hasta 100 por ciento en los precios de los juguetes; distorsión del mercado de estos productos por los abusos que encarecen en forma excesiva un mismo artículo entre un establecimiento y otro, y costos inaccesibles para los bolsillos de las clases medias, enfrentarán Santa y los Reyes Magos en esta temporada navideña.
Un informe sobre precios de juguetes elaborado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) revela que prácticamente cada establecimiento fija sus precios en forma arbitraria y según la zona en que está ubicado, por lo que se corre el riesgo de pagar hasta 200 por ciento más caro por un mismo modelo.
No hay ningún control de precios, por lo que la dependencia invita a los consumidores a ``informarse'' antes de comprar, ya que si bien los industriales advirtieron que habría un aumento de entre 10 y 15 por ciento en los juguetes, la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor (Amedec) señala que hasta se han duplicado de valor en esta temporada respecto de la anterior.
La línea de muñecas Barbi, por ejemplo, se elevaron de precio entre 50 y 60 por ciento en esta temporada; los patines en 45 por ciento en promedio; los montables eléctricos --carros, motocicletas-- por arriba de 100 por ciento; los montables mecánicos --triciclos, bicicletas-- en 70 y los educativos se fueron más allá del 110 por ciento, según el estudio de la Amedec.
A su vez, el análisis de la Profeco apunta que una encuesta levantada entre niños de cinco a 12 años de edad arrojó como resultado que la televisión influyó en forma determinante en la petición de ciertos juguetes.
Según este estudio, los niños no saben qué pedir y únicamente se basan en los comerciales de la televisión para hacer sus demandas a los Reyes o a Santa Clós, por los anuncios que están de moda. El 60 por ciento de los encuestados dijo que sus juguetes del año pasado están en buen estado y ``guardados''; un número importante de los mismos demandó juguetes ``por moda''; señalaron haber recibido juguetes en exceso porque además obtuvieron artículos de entretenimiento de parte de sus tíos, abuelos, etcétera.
Entre los preferidos se encuentran los videojuegos, sobre todo los de contenido violento en los que se trata de ``matar'', ``eliminar'' o ``destruir'' para ganar, y en menor proporción los educativos, reveló esta investigación.
En cuanto a precios, otro informe de la dependencia establece que la distorsión del mercado es tal que, por ejemplo, adquirir un Playskool Beisbol 1-2-3 cuesta en Aurrerá 299 pesos y en tiendas como Juguetrón vale 415 pesos o en Woolworth 450 pesos, casi 50 por ciento más respecto del primer establecimiento.
Una muñeca como la Barbi-Maestra tiene un precio de 289 pesos en Bodega-Gigante y sube hasta 375 pesos en Liverpool o Juguetrón, que representa casi 30 por ciento de sobreprecio; de igual forma juguetes educativos como Mi Alegría-Anatomía Humana, cuesta 70 pesos en las tiendas del ISSTE, IMSS y Bodega Aurrerá, mientras en el Palacio de Hierro vale 120 pesos, lo que equivale a un encarecimiento de 70 por ciento en el mismo producto.
Los ejemplos de los ``disparos'' de precios entre un establecimiento y otro son múltiples, casi cada producto investigado por la dependencia tiene diferencias extraordinarias entre su mínimo y su máximo a pagar. En los juguetes caros el abuso es mayor, como en el Fisher-Price 2344 Kawasaki Ninja, montable que vale mil 700 pesos en la Bodega Comercial Mexicana y alcanza un precio de hasta 3 mil 500 pesos en De Todo, Liverpool y Woolworth, 100 por ciento más caro.
En general, según la investigación de la Profeco, los almacenes más baratos para adquirir juguetes son las Bodegas Aurrerá, Gigante o Comercial Mexicana y las tiendas de carácter social como IMSS, ISSTE y la UNAM. La peor opción que pueden tomar los Reyes Magos es hacer sus compras en tiendas como Liverpool, Palacio de Hierro, Woolworth, Juguetrón y Juguetibici.
Otro factor importante es la inaccesibilidad de una parte de los juguetes a los hogares medios del país, ya que los aumentos de precios han puesto a una parte importante de estos productos de entretenimiento por arriba de las posibilidades de Santa Clós.
Así, un Súper Centro de Cocina de Fisher-Price equivale a un mes y diez días de salario mínimo; uno de los muñecos Nenucos llega a costar lo que un obrero con este salario gana en una quincena; de los juguetes baratos, el denominado Celular Periquín vale lo de los días de trabajo para un obrero; y de entre los caros, un carro de pilas-recargable cuesta hasta 110 días de minisalario.
Recomienda la Amedec que antes de comprar un juguete se tome en cuenta que contenga información comercial adecuada; la edad de los niños a los cuales se les va a regalar, así como los gustos y hábitos que tengan; la calidad y el etiquetado de los productos; que se trate de juguetes fuerte y bien hechos, sin partes pequeñas desprendibles; que no hagan ruidos estridentes que dañen los oídos; que no puedan provocar intoxicaciones y que en el caso de los bebés sean suficientemente grandes para evitar que los traguen, ya que hay una cifra estimada en cerca de 200 mil accidentes infantiles por esta causa en estas temporadas.