Marco Rascón
Incendiar el Congreso

En 1988, luego de la calificación fraudulenta en favor de Salinas, el gran escenario de San Lázaro se incendió, lo que coincidió con una explosión en la estación de bomberos cercana al recinto legislativo. La vida de la LIV Legislatura en San Lázaro fue muy breve, pues ese primer periodo tuvo que concluir en el Auditorio de la Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional hasta que en 1991 Salinas ``recuperó'' la mayoría en el país.

Las causas del incendio no fueron ni serán aclaradas, pero lo cierto es que las llamas que devoraron el salón de sesiones aquella madrugada del otoño de 1988 también consumieron el poco poder que había ganado el Legislativo frente al Ejecutivo, cuando el voto puso en jaque la estabilidad del sistema político mexicano y cuando una mayoría cínica, en contra de las pruebas y la conciencia del país, legalizó la usurpación de Carlos Salinas. La LIV fue por ello una legislatura muerta, marginada y acorralada. Salinas fue comprando, una a una, fracciones y diputados hasta deshacer el primer bloque opositor constituido por el Frente Democrático Nacional (FDN) y lograr que el PAN asumiera que se legitimaría ``con los hechos''; y efectivamente lo hizo a través de una ley electoral a la medida del PAN y estableciendo los compromisos para reformar el artículo 27, el 130. También lo logró usando el programa económico del PAN como sostenía desde su huevera de serpiente el tinterillo Fernández de Cevallos que, tres años después ya como diputado, mandaría a la hoguera los paquetes electorales con los votos del 88 celosamente custodiados por el ejército pues aquellos montones de papel se convirtieron en un peligro para la ``seguridad nacional'' del bloque salinista-panista.

Estos dos incendios demuestran que cuando el Congreso tiene vida propia, se incendia o estalla en conflictos internos; cuando es es sumiso, cualquier protesta de los diputados se vuelve afrenta, aceitada gratamente con dinero a través de los medios de comunicación hechos para servir al que concentra el poder.

El origen moderno del antiparlamentarismo lo aprendió Plutarco Elías Calles de Hitler, quien al ser expulsado del país llevaba como libro de cabecera Mi lucha. Para el nazismo y las derechas es la democracia del führer, la única y verdadera democracia, pues consideran que el debate, el voto libre de los parlamentarios, no es más que una trampa judía contra la unidad nacional. ¿Cuántas veces durante el debate del presupuesto en 1997 no hemos escuchado argumentos semejantes?

La ofensiva contra el Congreso, el ``empantanamiento'' y los escándalos tienen su origen en la concepción de que la estabilidad del país sólo reside en el führer y que un Congreso insumiso es la causa del caos y el desorden. Desde el Poder Ejecutivo del Estado mexicano se viene forjando un esquema de polarización política que marcará seguramente el próximo año y que se centrará en el desgaste del Legislativo y las fracciones insumisas y en el Distrito Federal, considerado ya escenario de las presiones y la disputa por el poder.

La campaña contra el Congreso mexicano proviene centralmente del Ejecutivo y equivale al incendio de San Lázaro en 1988. Ernesto Zedillo movió toda la política del Estado para desarticular las alianzas opositoras y reestructurar la suya, quebrada desde la expulsión de Lozano de la Procuraduría General de la República. Esta nueva alianza PRI-PAN en el Congreso se basa en los efectos del escándalo Lankenau, en el sentimiento común de la derrota del PRI y del PAN el 6 de julio, y en su compromiso de unir esfuerzos en contra del PRD, considerado el enemigo a vencer. Estas alianzas incluyen no sólo a Zedillo, quien trata de extenderse y agrupar contra el cardenismo y el PRD a la derecha empresarial, al salinismo y a la Iglesia, lo que explicaría la inserción del vocero del salinismo, José Carreño Carlón, como director del Departamento de Comunicación Social de la Universidad Iberoamericana.

La tendencia hacia la polarización es el origen de la campaña contra el Congreso y el Distrito Federal. Es un Teletón de los Diz(que)Capacitados que piensan en el milagro de ver corregido el rumbo hacia la derecha y el neoliberalismo.