Masiosare, domíngo 28 de diciembre de 1997


CHIAPAS
resucitó en EU.

Jim Cason y David Brooks/ Washington

La masacre de Acteal provocó que el tema de Chiapas, olvidado aquí en Estados Unidos, reapareciera en las pantallas de tv, la radio y las primeras planas. Hubo reacciones que fueron de pronunciamientos de la Casa Blanca a protestas de diversas comunidades a lo largo del país.

Los medios han puesto el acento en las condenas de la matanza, pero poco han dicho sobre el contexto político en que se perpetró.

El Washington Post acompañó un reportaje con la foto de una pinta que decía ``Zedillo Genocidio''. La nota de Los Angeles Times puso énfasis en la falta de acción gubernamental ante los paramilitares en el periodo anterior al 22 de diciembre.

Pero, en general, la prensa estadunidense no ha considerado al gobierno de Zedillo un factor del violento hecho y, en consecuencia, ha expresado su apoyo a la intervención del gobierno federal en la investigación y también su preocupación por el desafío que el hecho representa para las reformas emprendidas del presidente mexicano.

Ernesto Zedillo y su gobierno no han sido responsabilizados por los medios, ni por los grupos de derechos humanos, ni por funcionarios del gobierno estadunidense, más alla de señalarse que, al parecer, los asesinos forman parte del mismo partido del presidente.

A pesar de esta actitud, Chiapas, que había desaparecido del debate estadunidense, que no existía en los medios y en esta capital sólo era tema para especialistas, ha regresado desde el pasado 22 de diciembre, debido a la matanza en Acteal.

Durante los últimos días, la matanza ocupó las primeras planas de The New York Times y de Los Angeles Times, y también ha sido noticia principal en el Washington Post y el Wall Street Journal.

Desde el miércoles, los estadunidenses se enteraron de la masacre a través de National Public Radio y, hasta 24 horas después de los sucesos, los noticiarios nacionales de la NBC y CNN trasmitieron imágenes y reportajes desde Chiapas.

El Departamento de Estado condenó los hechos e instó al gobierno mexicano a llevar a cabo una investigación ``plena y rápida'' del asunto.

Pero el día siguiente, miércoles, después de que la cancillería mexicana criticó a voceros de gobiernos extranjeros, que ``demandaban'' o ``instaban'' a México a tomar decisiones sobre el asunto, la Casa Blanca ordenó al Departamento de Estado no emitir más declaraciones sobre la masacre.

Fue entonces cuando el presidente Bill Clinton emitió su propia declaración, describiendo el ataque como ``una violación de los valores humanos más básicos''.

En su declaración, Clinton expresó ``apoyo'' para la investigación anunciada por Zedillo e hizo un llamado al diálogo político y la reconciliación.

Como en Guatemala: Chomsky

Sin embargo, algunos analistas en este país señalan que sí hay una alarmante semejanza entre los eventos en Chiapas y conflictos previos en América Latina.

``Es bastante parecido a lo que ocurrió en Guatemala, donde las fuerzas de defensa civil se convirtieron en fuerzas paramilitares para minar apoyo a la guerrilla entre la población local'', afirmó el profesor Noam Chomsky, en una entrevista con La Jornada, este viernes. ``Todos esperaban desde el comienzo que, tan pronto desapareciera el apoyo internacional para los zapatistas, hubiera un uso creciente de estas fuerzas paramilitares''.

Chomsky explicó que aunque no conoce todos los detalles de la dinámica local en Chiapas, el patrón de la violencia rural debería de ser familiar para cualquiera que sigue los conflictos latinoamericanos. ``Cosas parecidas ocurrieron en Brasil, donde los ejércitos privados actuaron en el interés de los finqueros con impunidad''.

Hoy, el impacto de la masacre ha interrumpido el silencio sobre Chiapas en este país.

``Durante los últimos dos años hemos estado tratando de alertar al gobierno estadunidense de la gravedad de la situación en el sur de México'', comentó a La Jornada Eric Olson, de la Oficina de Washington sobre América Latina (WOLA).

``Pero todos decían que no se podía hacer nada. Ahora, se tiene una tragedia de esta magnitud y con ello en algunos de los niveles más altos del gobierno estadunidense están reconociendo y aceptando que prevalece una situación muy grave''.

Olson considera que los gobiernos de México y Estados Unidos estaban concientes del conflicto, y que ``todos los que contribuyeron a la demora de implementar los acuerdos de paz tienen cierta responsabilidad por lo ocurrido''.

Un golpe a la confianza en el PRI: NYT

Bajo el título Muerte en Chiapas, el New York Times aseveró en un editorial que los hechos son ``un nuevo golpe a la confianza pública en el partido en el poder de México y un desafío a los planes de reforma del presidente Ernesto Zedillo''.

Aunque elogia la decisión de llevar a cabo una investigación federal sobre el asunto, el rotativo más influyente de Estados Unidos advierte que ``el récord reciente de México de investigar crímenes políticamente sensibles es pobre''.

Y concluye que ``la carnicería en Acteal se pareció a las atrocidades de los escuadrones de la muerte en Guatemala, algo que la mayoría de mexicanos pensaban nunca podría ocurrir en su propio país. Tristemente, se equivocaron''.

El 2 de enero se realizarán manifestaciones de protesta frente a los 42 consulados de México en Estados Unidos, organizadas por grupos que desestiman las versiones oficiales y piensan -como Joel Solomon, encargado de Human Rights Watch/Americas para México- que la masacre en Acteal ``no fue un incidente aislado''.