La Jornada 29 de diciembre de 1997

Demanda el nuncio Mullor ``incorporar a los indígenas a la cultura judeocristiana''

Salvador Guerrero Chiprés Ť El nuncio Justo Mullor García exhortó a ``quienes lloran a sus muertos'', a funcionarios, a organismos no gubernamentales y a quienes ``tratan de interpretar'' los sentimientos indígenas a nutrir solamente sentimientos pacíficos en el proceso de construcción de ``la catedral de la paz''.

Señaló que de los indígenas hay que preservar sus valores, ``pero hacer que se inserten en la gran corriente mundial que yo llamo de civilización judeocristiana, porque en el fondo la libertad, el respeto de la persona humana, es la gran civilización judeocristiana''.

Dijo no dejar de pensar en que, cuando el Papa venga a México -en alusión a la visita que realizará en 1998-, lo encuentre ``pacificado'', convertido en lo que llamó ``eje de las América''. Ojalá, expresó, ``que se le ofrezca un gran paisaje de paz''.

En entrevista difundida por Multivisión, el nuncio señaló que no esperaba encontrarse un país de tantos extremos y profundidades como México. Los ``extremos'' que reconoció en este país fueron sobre todo de carácter cultural, aunque los de naturaleza económica los ha destacado después de su primera visita al estado de México.

``No podía imaginar que en México había estos extremos. Ciertamente, esta cultura euroamericana, que yo digo the top, realmente muy elevada, y al mismo tiempo estas poblaciones que están pues... en un estadio cultural, no digo de retroceso porque también tienen acceso a tantas cosas, pero al mismo tiempo quiza la grandiosidad del país puede producir también esto.

``De todas maneras, yo les felicito a los mexicanos, porque nuestros indígenas -y digo nuestros porque también son míos- están ahí. En otros países no quedan indígenas. Yo creo que México tiene ahí una reserva de sabiduría''.

Al referirse a la ``catástrofe antropológica'' que, en su opinión, fue el comunismo y relacionarla con Chiapas, agregó: ``aquellos hombres estaban más humillados... Se humilló a la gente hasta hacerles perder el gusto por la libertad. En cambio, éstos están atrasados, digamos económicamente, socialmente, pero no han perdido el gusto por la libertad y, de hecho, las reivindicaciones que hacen actualmente es porque aman la libertad, porque aman su modo de ser, porque aman su cultura''.

Antes, dijo, ``mi pensamiento para Chiapas era un pensamiento de esperanza, y sigue siéndolo. Ahora lo escribo con mayúscula y subrayado: que el año que viene por estas fechas, cuando celebremos la Navidad, podamos celebrar también la paz''.